Es un vehículo de alquiler con conductor que se utiliza en el servicio de transporte de uno o un grupo pequeño de pasajeros por contrato.
Usualmente, en modos de transporte público, los lugares donde se recoge y se deja el pasajero se deciden por el proveedor (oferente), mientras que en el caso del taxi, el usuario (demandante) los determina.
Es decir, a diferencia de los otros tipos de transporte público, como son las líneas del metro, tranvía o del autobús, el servicio ofrecido por el taxi se caracteriza por ser puerta a puerta.
La historia de los taxis se remonta a unos cuantos siglos atrás. Algunas fuentes dicen que los primeros en contar con esta clase de vehículos fueron los griegos; otras, que los romanos.
Sin embargo, muchas de ellas coinciden en que el término ‘taxi’, como tal, surgió aparejado a la creación del taxímetro.
Inventado por el alemán Wilhelm Bruhn, en 1891, este dispositivo posibilita establecer una tarifa al medir la distancia transitada y el tiempo que tomó recorrerla.
Sin lugar a dudas muy necesaria cuando queremos llegar rápido a nuestro destino, la expresión ‘taxi’ (al igual que el término ‘hotel’) posee un carácter universal.
Algunas de las principales ventajas de los taxis son: Servicio rápido y directo. Mayor comodidad. Más privacidad. Disponibilidad diaria y a cualquier hora.
Innegablemente, los taxis constituyen una solución muy efectiva allá donde vayamos. Solamente tenemos que levantar una mano y gritar “taxi, taxi” para que uno de ellos venga por nosotros. Así de simple.
Algunas de las formas que han tomado los taxis en distintas urbes del mundo son: bicitaxis y cocotaxis, en Cuba; ciclotaxis, en México; triciclos, en Vietnam y watertaxis, en Nueva Zelanda, por citar algunos casos.
Algunas de las obras artísticas que se han inspirado en ellos son: la película Collateral, protagonizada por Tom Cruise y Jamie Foxx (narra una serie de asesinatos que se suceden en cada parada del taxi) y la canción “Historia de taxi”, del cantautor guatemalteco Ricardo Arjona.