“La manzana de Eva” Miguel-A. Dedicado a Alex P. (de Burgos).

El Instituto de Antropología “Quecosaspasan”, de París, ha hallado, en Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Eufrates, restos petrificados de la manzana que comieron Adán y Eva en el Jardín del Edén. En un principio, se pensó que sería un descubrimiento esclarecedor. Sin embargo, el hallazgo solamente ha creado confusión. Para comenzar, los datos obtenidos en las pruebas realizadas no concuerdan con el relato bíblico. ¡Algo ha tenido que fallar!.

“Las pruebas realizadas con el Carbono-14 -dice el Profesor Nosequién- sacan a la luz que la Biblia da una versión machista del tema”.

“En la manzana -explica- observamos, con suma claridad, dos mordiscos diferentes: uno primero de una dentadura más grande... y otro, posterior, en parte sobre el primero, de una dentadura más pequeña. De lo cual, puede extraerse, con exactitud, que no es cierto que Eva comiera de la manzana y, después, diera de comer a Adán. Obviamente, Adán comió primero”.

“Por otra parte -continua diciendo el Profesor-, para descartar la culpabilidad de Eva, hay otro dato. La manzana fue desgajada del árbol de abajo hacia arriba. Esto sugiere, que participaran ambos. Por la lógica de menor peso, pensamos que Eva se puso encima de Adán. Aunque sabemos que esta clase de lógica no siempre funciona para otras cosas de pareja. De cualquier forma, en hipótesis, queda claro que la responsabilidad debe ser imputada tanto a Eva como a Adán. Aunque, a estas alturas ya nadie podía creer que Eva engañara a Adán. Más bien, pensamos todo lo contrario”.

“Asimismo -dice el Profesor-, a través de la prueba del Carbono- 14, no hemos encontrado ninguna pista de hojas de parra. Es de suponer, que Adán y Eva ni siquiera necesitaran ocultarse nada el uno al otro”.

“Tampoco -añade- la prueba del Carbono-14 resulta concluyente respecto a la posible mediación de la serpiente en el engaño. En cualquier caso, la serpiente parece ser un bicho rastrero, fácil de culpar, de algo de dudosa culpabilidad como unas relaciones sexuales entre un hombre y una mujer... en las cuales se supone que fueron a voluntad de ambos... y, por ello, sin posibilidad de engaño”.

“Finalmente -añade-, a través de la prueba del Carbono-14, no podemos afirmar, o desdecir, la veracidad del relato bíblico sobre la desnudez de Adán y Eva ni respecto a la existencia de la serpiente. No obstante, hemos obtenido datos que no encajan en ninguna parte”.

“En resumen -explica-, la ciencia, a la vista de los datos, no se atreve a descartar siquiera la intervención divina, propugnada por la biblia, en este asunto. Y es que en los resultados de las pruebas realizados con el Carbono-14 en los restos petrificados de la manzana, hemos obtenido resultados altamente sorprendentes... que los científicos ni siquiera podíamos imaginar: La manzana lleva el código genético de ser fruto de un peral”.