Oaxaca, México – 1 y 2 de Mayo, 2006 Amor al Prójimo Oaxaca, México – 1 y 2 de Mayo, 2006
Honra a tu Padre y a tu Madre V Honra a tu Padre y a tu Madre
Efesios 6:1-3 y Colosenses 3:20 Es justo Agrada a Dios Tiene Promesa
Efesios 6:4 y Colosenses 3:21 Usas sarcasmo o burla. Los expones delante de los demás. Cambias la instrucción según tu estado de ánimo. Impones normas que tú mismo no cumples. Estableces tus preferencias como si fueran mandamientos divinos. No cumples lo que prometes. No reconoces tus errores. Los comparas con sus hermanos o coetáneos. Su dominio propio es mayor que la libertad otorgada. Traes al presente asuntos atendidos y cerrados en el pasado. Sentencias sin haber escuchado. Hablas con ellos sólo cuando han hecho algo malo. Te preocupa más tu reputación como padre que el bienestar espiritual de tu hijo. Hablas con ellos como si fueran casos perdidos.
VI No Matarás
La razón del Mandamiento El ser humano fue hecho a Imagen de Dios Génesis 9:6 “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre”. No es lo mismo matar a un animal que a un ser humano.
La enseñanza de Jesús Jesús enseñó que no tienes que “jalar el gatillo” para quebrantar este mandamiento “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mateo 5:21)
Aplicaciones Preservar nuestras propias vidas Preservar la vida de otros Abandonar el odio Dejar la venganza al Señor
No cometerás adulterio VII No cometerás adulterio
Lo que implica Este mandamiento está dirigido a preservar la pureza sexual. Está en contra de toda la familia de pecados sexuales. Relaciones sexuales fuera del matrimonio, adulterio, pornografía, bestialismo, incesto, homosexualidad, violencia sexual y otras formas de pecados sexuales.
La enseñanza de Jesús Mateo 5:27: “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. El mandamiento regula no sólo el acto sino también el deseo.
Aplicaciones Cuidar nuestra pureza en todos sus aspectos: pensamientos, palabras y acciones. Tomar medidas drásticas si es necesario para preservar la pureza sexual personal. Rendir cuentas Cuidar nuestros matrimonios diligentemente
VIII No Hurtarás
La razón Dios es dueño de todas las cosas Nosotros somos únicamente mayordomos Hurtar es despojar pecaminosamente a nuestro prójimo de lo que Dios le ha dado para que administre. En vez de despojar a nuestro prójimo, debemos compartir con él de lo nuestro: “El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. (Efesios 4:28)
Aplicaciones Ser honestos, fieles y justos en nuestros contratos y negocios. Pagar nuestras deudas y devolver lo que nos dan prestado. Evitar el robo en todas sus manifestaciones: plagio, piratería, contrabando, comprar mercancía robada, etc.
No dirás falso testimonio contra tu prójimo IX No dirás falso testimonio contra tu prójimo
Lo que implica Este mandamiento nos lleva a hablar y vivir en la verdad. El falso testimonio lo damos a favor de otro o en contra de otro. De igual manera, estamos violando este mandamiento. La Biblia enseña: “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros” (Efesios 4:25)
Aplicaciones Promover y preservar la buena reputación de nuestro prójimo Dar testimonio verdadero siempre aunque salgamos perdiendo Hablar palabras de verdad y edificación Evitar toda forma de pecado de palabras: Chisme, adulación, engaño, insultos, escarnio, etc.
X No codiciarás
El Corazón Este mandamiento nos confronta al nivel del corazón. Con los anteriores, podíamos “escudarnos” con las meras acciones externas, pero este mandamiento va directamente hacia adentro. Prohíbe los deseos ilícitos por lo que no nos corresponde.
Aplicaciones Desarrollar el contentamiento y la gratitud Gozarnos por las bendiciones de los demás