LA FORMACIÓN DE LOS CATEQUISTAS EN EL MARCO GENERAL PARA LA FORMACIÓN
Relación Arquidiocesana
Criterios Conciencia de ser llamados por Jesús. Para hacer resonar la fe con la forma de vivir. En constante conversión: siempre discípulos. Con el fin de construir fraternidad.
Al servicio de la comunidad. En comunión eclesial. Con espíritu misionero.
Marco General para la Formación Agentes de renovación pastoral. Construir Iglesia comunión. Avanzar en la renovación pastoral viviendo la conversión pastoral.
Descubrir nuestro entorno social como el lugar donde Dios se revela. Sentido de encarnación. Catequesis que toma en cuenta a las personas y su condición.
Urgencia de atender con mayor cuidado la formación de los agentes evangelizadores. Columna vertebral para crecer en el servicio específico de los catequistas.
Diversidad de ministerios específicos para atender la realidad multifacética en que vivimos. Ambientes humanos que brotan del trabajo, de la vida cultural, del esparcimiento, de la vida social y de las situaciones económicas y políticas. Convertirnos en Buena Noticia para la Ciudad.
Catequizar para que los cristianos sean responsables de sus realidades impregnando sus tareas temporales de los valores evangélico. Formar el ser y la identidad del laico. Descubrir su propia vocación y misión. Laicos formadores de otros laicos.
La formación se concretiza como el proceso personal de maduración en la fe y de configuración con Jesucristo. A la comunidad creyente le corresponde acompañar en este itinerario a los que se inician en la fe y en el seguimiento de Jesús.
La pedagogía de Jesús es cercanía y misericordia para todos. Santa María de Guadalupe la traduce como hacer sentirse aceptado y protegido por una madre.
Corresponsabilidad En las metas pastorales diocesanas. En particular, en la etapa de formación inicial: siembra y primer cultivo. En la maduración de los cristianos y de la comunidad como discípulos de Jesús.
En el cultivo del espíritu apostólico misionero de los bautizados y la comunidad en su conjunto.