Palabras clave: líder, equipo de baloncesto, hostilidad, agresividad, ansiedad, logro. Aplicadas escalas de medida, observacionales y test sociométrico a un equipo juvenil de baloncesto en fase de “tormenta”, hemos podido apreciar la posición del líder interno (criterio laboral, esto es, lúdico-deportivo) en la canalización de ansiedades y hostilidad intragrupales. La conducta y actitud del líder sirvió de puente conciliador entre los dos subgrupos de compañeros (hostiles y no-hostiles) que ponían en entredicho las normas y posiciones de juego. De forma estadísticamente diferencial, la actitud del líder se mostró más centrada en el desarrollo del juego que en los resultados finales. La posición intersticial del líder, empero, no garantizó la cohesión grupal cuyo valor que pone en riesgo la continuidad del equipo. Pese a ello, los niveles de agresividad y ansiedad endrogrupales parecen haberse atenuado al identificarse el grupo con un líder (11 elecciones) no-hostil y que despierta simpatías por sus capacidades deportivas, satisfaciendo deseos de referencia de ambos subgrupos. A través de la canalización de la agresividad del equipo, el líder actuó como válvula de escape regulando su propia actitud de obsesión en el juego (Gráfico 2). Futuras investigaciones deberían monitorizar el comportamiento de los líderes internos a la hora de gestionar y equilibrar los deseos grupales de competitividad-ansiedad (motivación extrínseca) con el disfrute de la practica deportiva per se (motivación intrínseca). * Investigación inicialmente planificada y redactada íntegramente en inglés dentro del programa de docencia bilingüe de la asignatura “Psychology of Groups”. Supervisión del poster por Eduardo Infante. MÉTODO PARTICIPANTES: 14 chicos de un equipo de baloncesto (junior) de edades comprendidas entre 11 y 12 años, que fueron conscientes de que se estaba llevando a cabo un estudio sobre ellos. MATERIAL: (1) test sociométrico; (2) test de ansiedad y competición deportiva (SCAT); y (3), test de actitudes hacia el juego (elaboración propia), con dos sistemas de categorías de ocho ítems, unos para el entrenamiento y otros para la fase de juego. PROCEDIMIENTO El equipo de investigación tuvo acceso a 6 sesiones de entrenamiento y 3 de competición completando un total de 675 minutos de observación sin grabación más la aplicación de tests. Nuestro objetivo era estudiar el papel del líder (formal o informal) en la atenuación de la agresividad y ansiedad inherentes a la actividad deportiva y propia de la fase de tormenta (Tuckman, 1965) en la que se encontraba el grupo seleccionado. El presente trabajo de investigación tuvo como objetivo el estudio de los procesos grupales propios de un equipo alevín de baloncesto. Para ello se tuvieron en cuenta las siguiente variables: agresividad, liderazgo, comunicación, cohesión y efectividad. La muestra seleccionada estaba compuesta por 14 varones de edades comprendidas entre los once y los doce años. Se utilizó la técnica de triangulación para la recogida de datos: observación directa, encuesta y cálculos sociométricos. Los resultados analizados confirmaron baja cohesión grupal y altos índices de agresividad que podrían resultar problemáticos para el adecuado funcionamiento del grupo por lo que se propusieron distintas actividades y técnicas para la mejora de dichos aspectos. DIMENSIÓN# itemsLíderEquipo sin líder Gratificación 44,324,57 Autonomía 34,023,82 Seguridad** 23,232,89 Apariencia 21,912,13 Superación 22,622,78 Obsesión* 21,892,21 Actitud hacia el proceso* 33,893,64 Actitud hacia el resultado** 22,132,41 Gráfico 1. Grado de hostilidad mostrado por cada miembro del grupo. Gráfico 2. Nivel de ansiedad global obtenidos con la escala SCAT y monitorización de la actitud de obsesión del líder. Tabla 1. Actitud hacia el baloncesto: contraste entre datos del equipo y del líder en solitario (* = 0,05; **= 0,01). DISCUSIÓN María López Navarro Ana Martínez García José Antonio Matías García María Priego Ojeda Valle Rodríguez Hiruela Laura Ruiz Benito FUENTES DE COOPERACIÓN EN EQUIPOS DEPORTIVOS: LA LABOR DE MEDIACION DEL LIDER INTERNO* INTRODUCCIÓN El baloncesto, como deporte de equipo, requiere intervenciones que no se limiten solo al tratamiento individual sino que deben contemplar al equipo como grupo de individuos en interacción (Weinberg y Gould, 1982; San Pedro, 1987). Las investigaciones han encontrado una relación positiva entre cohesión y rendimiento siendo un requisito la existencia de formas de cooperación entre sus miembros, donde el líder interno juega un papel clave al poder influir en los procesos de interacción y hostilidad intragrupales (Carron, 1982; Oviedo, 1987; Ucha 1999). En un estudio realizado por Buceta (1999), la influencia positiva de las estrategias de reforzamiento e identificación con el líder era alta a corto plazo, y que la mera observación del líder también actuaba como motivación para los jugadores, en claro efecto de facilitación social. Para que esta influencia perdure, el líder debe encontrar cauces adecuados para canalizar la ansiedad y hostilidad propias de la naturaleza competitiva (Hahn, 1988). El líder debe destacar y recordar el deporte como actividad no-instrumental. Tal y como defienden algunas investigaciones (Wankel y Kreisel, 1985; Ryan, Valleran y Deci, 1984), los motivos de carácter intrínseco al propio deporte juegan un papel importante en la participación infantil, por encima de los extrínsecos. Algunos trabajos de investigación revelan que la tasa de abandono en los programas de deporte juveniles es del 35% por año, siendo motivos principales el historial de fracasos deportivos y los niveles de hostilidad (Butcher, Linder y Jones, 2002; Gould, Feltz, Hurn y Weis, 1981). Todos estos factores permiten apoyar las bases psicopedagógicas del deporte educativo en los jóvenes deportistas (véase, Zinin, 1982; La Bouchech, 1991). Hostilidad 11 ELECCIONES <6 RESTO ENTRENAMIENTO JUEGO