ACCESO A LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL Y POBLACIONES VULNERABLES El acceso a la justica, especialmente, la constitucional, es un tema desafiante en los sistemas modernos. No porque no haya acceso a este tipo de justicia, sino, porque no basta el acceso al servicio público para ver satisfecha la necesidad y cumplido el anhelo contenido en el valor justicia. Los procesos constitucionales, por ser numerosos, cortos y rápidos, producen un efecto invisibilizante de quién está detrás del expediente, de la estadística, del papel. Más allá de los hechos expuestos en un escrito de interposición, no debe perderse de vista que, cada caso implica un drama social, moral o legal que, en materia constitucional, alcanza proporciones políticas, en el sentido aristotélico de la locución. Esto hace que debamos tener presente que, la justicia constitucional, primero, no basta con ser accesible, sino que, además, debe ser humanizante y humanizada, entendiendo por estas expresiones que, quien juzga o conoce el caso concreto, debe identificarse con el drama, el sufrimiento, las carencias, el dolor humano, la frustración y muchas otras emociones que genera la violación de la dignidad humana. La principal tarea de un Tribunal de Constitucionalidad, por tanto, de Derechos Humanos y Fundamentales no es, simplemente, hacer justicia rápida y cumplida, como si se estuviera elaborando un platillo a partir de una receta de cocina. Su medular trabajo y función es reordenar y reorientar las decisiones del Estado, en tanto intérprete único y auténtico de la Constitución, progresivamente, velando por más y mejores condiciones de protección. Lo anterior, especialmente, en relación con poblaciones en condición de vulnerabilidad, en tanto han sido invisibilizadas y discriminadas históricamente. Ante los nuevos paradigmas de la justicia constitucional contemporánea, estas poblaciones reclaman un espacio diáfano, oportuno, adecuado, transparente y efectivo para el amparo de sus derechos. M.Sc. José Joaquín Alvarado Acuña