Una Agenda Para Una Etica Mejor Dr. Rafael Cartagena

Una Agenda Para Una Ética Mejor Tomarse en serio uno mismo: Es necesario concebirse como lo que uno es, a saber, una criatura sensible, con un tiempo limitado en la tierra y equipado con la capacidad de hacer juicios responsables y de actuar según ellos. Esto significa que lo que uno decide y cómo lo decide son medidas de carácter.

Los fracasos éticos repetidos como el fraude, la indidelidad y el engaño apuntan a la conclusión de que la humanidad está avocada a desperdiciar su capacidad para el bien. Sin embargo, hay evidencia en las vidas de mucha gente que las cosas pueden ser diferentes y que hay generosidad y virtud.

Resistir la Tentación: Buena parta de nuestros momentos de lucha ética tienen que ver con la búsqueda de la fuerza para resistir la tentación para no hacer lo que creemos que no debemos hacer. Muchas veces hacemos lo incorrecto en la vida personal y profesional, no porque no sepamos lo que es bueno o malo, sino porque no tenemos la fuerza de voluntad para hacer lo correcto Hay que aprender a que cuando sintamos venir la tentación, tomar acción inmediata, tomando las medidas para minimizar el daño.

Aceptar la Culpa: Nuestra cultura ética es tolerante y comprensiva y nos llenamos de excepciones, excusas y justificaciones. Huimos de la culpa, y este mal hábito nos puede convertir en una cultura de “engañadores”. El comportamiento ético no es afrontar las cosas cuando nos cogen.

Aprender de los Errores: Todos cometemos errores, sin embargo, nuestro valor como seres humanos, con la capacidad de juzgar y actuar responsablemente permanece.

Ser un competidor limpio: El engaño y sus formas relacionadas de deshonestidad son costosas para la sociedad y dañinas para los individuos que son sus víctimas. La deshonestidad en los deportes, los negocios y la política es impulsada por el deseo de vencer a los competidores.

Es importante tener un sentido equilibrado de la competencia: Buscar lo máximo que uno puede dar sin compararse con los demás y pensando que uno no tiene que ser el máximo de todo.

No tratar de soslayar la ética: Cuando se percibe que ciertas reglas éticas se interponen entre nosotros y nuestros objetivos, un comportamiento típico es la suspensión de estas reglas usando explicaciones de autoengaño.

Cultivar a los jóvenes Necesitamos hombres y mujeres de caracteres fuertes para hacer el trabajo. Por eso tenemos que participar en la formación de los jóvenes en nuestra función de padres, maestros, profesionales de distintos campos, líderes de negocios y ciudadanos. Aquí incluimos los programas de educación moral en las escuelas y los cursos de ética a todos los niveles.

Hacer cumplir los estándares éticos Además de los aspectos formativos, hay que buscar formas de detener las faltas, si se puede. Ejemplo: uso de tecnologías de detección para identificar el plagio. Es necesario tener los reglamentos, las normas y las sanciones que establezcan las consecuencias. Hay que crear mecanismo para que los “whistle blowers” puedan manifestarse.

Buscar los asuntos éticos escondidos Es necesario saber qué cuento como asunto ético, pues no todas las decisiones importantes cualifican como éticas: algunas son estéticas, de prudencia, buen gusto. Hay que demarcar los dominios de la ética, los que son obvios y los escondidos. A veces hay daños a nosotros mismos o a otros que no son obvios. Ej.: El abuso indiscriminado del ambiente puede no causar un daño aparente a nadie, pero a lo largo ser una calamidad.

Autoeducarse: Dadas las muchas opciones que a veces se nos presentan necesitamos una auto educación ética continua. Los hechos del asunto son importantes. Así por ejemplo hay hechos que tenemos que saber antes de hacer investigaciones o escoger una tecnología médica nueva. Tenemos que calar profundo para descubrir todas las dimensiones éticas de las decisiones que hacemos. La religión, la educación moral, los códigos de conducta y las leyes están ahí para guiarnos. Tenemos los medios, los libros, la internet, los profesionales, para buscar información.

Reconocer la interdependencia: Somos animales sociales que viven vidas independientes, por lo tanto, hay que hacer decisiones teniendo en mente las obligaciones a otros y las necesidades que tenemos de otros. Las buenas decisiones benefician a otros o los perjudican.

Valorizar para mejorar las tradiciones: Las comunidades se definen parcialmente por sus tradiciones. Pero éstas no están libres de reproches. Por eso, hay que ver su valor con ojos bien abiertos, descartando los que tienen problemas. Ej.: algunas religiones están reexaminando la tradición del valor de la jerarquía y del secreto a la luz de los abusos sexuales a menores. Lo mismo se está haciendo con ciertas tradiciones en los negocios.

Conclusión: Cita de Anita L. Allen en su libro “The New Ethics” “The pessimist thinks, “What is the point?” But ethics do have a point. The point is a more peaceful, just world in which individuals secure more of what they want and need because they and others live cooperatively. Pessimism leads to caring less or caring not at all. Pessimism undermines a much needed ethical faith, the belief that acting in accord with common moral rules bestows long-term benefits on individuals and on our communities.

Americans enjoy many blessings Americans enjoy many blessings. A national commitment to legal reform, science and technology initiated in the last century has transformed our society in many desirable ways. Compared to fifty years ago, diverse groups of Americans have more medical options, more economic options and more political voice. As in the past, ethical living requires coping well with the lives Fate has dealt. Increasingly, though, our lives routinely demand that we choose well from among myriad options for shaping our common destinies. We have every reason to give ethics our best shot.

I believe ethical living as conceived here importantly contributes to the amelioration of want, indignity and terrifying evil. Being engaged by ethics, alive to ethical capacity, carries a reward. We are enlarged by the magnitude of our responsibilities for shaping the future. Every human life takes on a singular majesty when dedicated to the noble quest for ethical living.”