“Sean compasivos como es compasivo su Padre;...” DOMINGO VII Tiempo Ordinario-Ciclo C “Sean compasivos como es compasivo su Padre;...” BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano

ORACIÓN COLECTA DEL DOMINGO VII, T.O.- C “Dios todopoderoso y eterno, concede a tu pueblo que la meditación asidua de tu doctrina le enseñe a cumplir, de palabra y de obra, lo que a ti te complace”

«El Señor es compasivo y misericordioso» Salmo (102)

Ser cristiano no es fácil. Este es un Evangelio que nos provoca desconcierto y objeciones Y motivo del rechazo es pensar que se nos invita a la cobardía, a la indolencia, a rendirnos ante el mal. Y eso no puede ser. Solo pensarlo es ofender a Dios, santo y sabio Y nos damos cuenta de que ser cristiano demanda cambio de mente y de conducta = conversión. Y que tener el Reino de Dios dentro de sí, tener esa fuerza y esa paz no es fácil sin conversión

«En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos : Lucas 6, 27-38 «En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos : A los que me escuchan les digo, amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, oren por los que los injurian.

Es lo opuesto a lo que sentimos ante quien nos hace mal Jesús nos dice : Tú has siempre el bien, no hagas el mal, ni siquiera al que te lo hace Entonces, no dejemos que nuestra primera reacción crezca y se haga fuerte en nosotros

Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjale también la túnica. A quien te pida, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

SER DIFERENTES y SER MEJORES La justicia humana plantea todo lo contrario No entendemos la justicia divina. ¿Podremos entenderla? Jesús nos deja perplejos, porque sabemos que en el mundo la pasividad es negativa El Espíritu Santo nos enseñará a discernir cuándo será mejor actuar así

Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. Pues, si aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacen el bien solo a los que les hacen el bien, ¿qué mérito tienen? También los pecadores lo hacen.

y nos hacen mal voluntariamente Nos parece un pedido extremo porque Jesús sabe que hay personas que nos tratan mal y nos hacen mal voluntariamente Pero “Dios reina a través del amor que llega hasta el extremo” * Empecemos por tener corazón bueno, bien dispuesto para todos. Podemos reclamar y corregir sin iras porque el Señor está con nosotros * “Jesús de Nazaret”, Benedicto XVI

Y si prestan solo cuando esperan cobrar, ¿qué mérito tienen Y si prestan solo cuando esperan cobrar, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. Más bien, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada; tendrán ustedes un gran premio y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos.

¿Seremos capaces de aspirar a ese nivel? Actuar con altruismo no nos parece tan difícil. La vida nos ha enseñado que ser egoístas no es digno y es frustrante Pero actuar como Dios, que “es bueno con los malvados y desagradecidos”, ya es otro nivel de amor ¿Seremos capaces de aspirar a ese nivel?

Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes”. Sean compasivos como es compasivo su Padre; no juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados; den, y se les dará : recibirán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes”. Palabra de Dios

Aquí las indicaciones del Señor vienen con recompensas seguras Aún así nos cuesta porque razonamos y pensamos : “Así no es la vida” Pero, si vivo gracias a la bondad de Dios, ¿no debo y puedo compartir esa bondad a los demás? ¡El problema está en que no acabo de darme cuenta de lo bueno que es Dios conmigo!

Señor, ayúdame a recordar que Tú me mandas hacer siempre el bien y nunca el mal, ni aún a los que me lo hacen. Fortaléceme para avanzar en conversión y obedecerte, porque mis fuerzas no me bastan. «Sean misericordiosos, como también su Padre es misericordioso» Lc 6, 36 Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano