Creyentes Perdidos Creyentes no salvos

INTRODUCCIÓN Si se puede mostrar que en el Nuevo Testamento alguien creyó en Cristo pero que no se salvó, entonces se demostrará que el “creer en Cristo” no es todo lo que debe hacer el pecador para ser engendrado por Dios en la familia de Dios. ¿Somos renacidos al punto de creer y sin actos adicionales de obediencia? En este estudio, veremos que no.

INTRODUCCIÓN Es falsa la doctrina principal de denominacionalismo, de la salvación por la fe sola. Doctrinas y Disciplina de la Iglesia Metodista, artículos de Religión, Artículo IX, pág. 29, edición 1944, dice que “es doctrina muy sana y de gran consolación la de que somos justificados por la fe sola”. Las iglesias protestantes (“evangélicos”) están básicamente de acuerdo con tal afirmación. Hay sólo un pasaje que contiene la frase “solamente por la fe” y este pasaje dice todo lo contrario del denominacionalismo (Sant. 2:24).

Creyentes Perdidos “Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios” (Jn. 12:42,43). Creyeron en Cristo. No confesaban a Cristo. Amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios. No quisieron perder su membresía en la sinagoga. ¿Fueron salvos?

Creyentes Perdidos “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?” (Hech. 2:36,37). “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hech. 2:38; cf. 2:41). Creyeron en Cristo. En el momento de creer, no tenían el perdón de sus pecados. Estaban perdidos a menos que obedecieran el evangelio.

Creyentes Perdidos “Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor” (Hech. 11:20,21). Creyeron en Cristo, y luego se convirtieron al Señor. Antes de convertirse al Señor eran creyentes perdidos. Hay creyentes no convertidos, creyentes no salvos. La fe sola no salva, la conversión es necesaria.

Creyentes Perdidos “y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer” (Hech. 9:4-6). Creyó en el Señor y fue a Damasco. Pasó tres días en ayuno y oración (¿oración del pecador?, 9:9-11). ¿Fue salvó este creyente sin que tuviera lavados sus pecados (Hech. 22:16)?

Bautismo El agua literalmente no lava pecados, tampoco la sangre literal lava pecados. Pero, el bautismo en agua de la gran comisión sí lava pecados porque la persona es bautizada en la muerte de Cristo (Rom. 6:3,4). La vida nueva y la limpia conciencia (1 Ped. 3:21; Heb. 9:14) siguen al bautismo en la muerte de Cristo.

Si la fe sola salva Entonces somos salvos sin el arrepentimiento, porque la “fe sola” no puede significar “fe más arrepentimiento.” Entonces, Jesús no sabía lo que dijo, al decir, “el que creyere y fuere bautizado será salvo” (Mar. 16:16). Pero, Jesús estableció las dos cosas (fe y bautismo) como esenciales para la salvación.

La fe y las obras El predicador sectario enseña a la gente, diciendo: “Si la persona tiene que ser bautizada para tener el perdón de sus pecados, entonces es salvada por obras”, y luego tuerce Efesios 2:8,9. Sin embargo, Pablo no estaba hablando del plan de salvación, sino la inhabilidad del hombre, aparte del evangelio, de hacer obras suficientes para salvarse a sí mismo.

La clase de fe que salva Cuando la Biblia dice que la salvación es por fe, la palabra “fe” se usa en el sentido comprensivo, amplio o extenso: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Jn. 1:11-13). Entonces, el verbo “creer” incluye la obediencia necesaria que expresa la fe (cf. Hech. 16:30-34).

¿Son todos los creyentes, “creyentes salvos”? CONCLUSIÓN ¿Son todos los creyentes, “creyentes salvos”? La Biblia habla de creyentes perdidos, es decir, creyentes no salvos. Los creyentes salvos son aquellos que han obedecido el evangelio de Cristo. La “fe sola” no salva, porque es una fe cadáver (Sant. 2:26).

Plan de Salvación Rom. 10:17, Oír la palabra de Dios. Jn. 8:24, Creer en Cristo. Hech. 2:38, Arrepentimiento. Rom. 10:10, Confesar la fe en Cristo. Mar. 16:16, Bautismo para el perdón de los pecados. Col. 1:21-23, Perseverar en la fe. Hech. 8:22, Arrepentirse si ha caído, rogar el perdón. 1 Jn. 1:9, Confesar el pecado.