Fondo de Solidaridad Parroquial

Justificación Así como la Conferencia de Aparecida urgía la creación de un Fondo Solidaridad Continental entre las Iglesias de América Latina y el Caribe, desde el CELAM vemos la conveniencia de animar a las parroquias a que también tengan su Fondo de Solidaridad Parroquial. Aparecida n. 545: “Conscientes de que la misión evangelizadora no puede ir separada de la solidaridad con los pobres y su promoción integral, y sabiendo que hay comunidades eclesiales que carecen de los medios necesarios, es imperativo ayudarlas a imitación de las primeras comunidades cristianas, para que de verdad se sientan amadas. Urge, pues, la creación de un fondo de solidaridad entre las Iglesias de América Latina y El Caribe que esté al servicio de las iniciativas pastorales propias”.

La realidad: A las puertas de nuestras parroquias nos llegan continuas solitudes de ayuda para todo tipo de obra: Comunidades religiosas que tienen una rifa para arreglar el convento El párroco vecino que quiere vender boletos para un evento Solidario y recaudar fondos para ayudar a reparar los daños sufridos en el último fenómeno natural. Para ayudar a sostener los asilos donde atienden a niños, ancianos, jóvenes en adicciones Gente sin trabajo y que pertenecen a nuestras pastorales parroquiales La Diócesis que requiere para una asamblea diocesana El Seminario que tiene ferias o rifas para levantar fondos para los seminaristas

A cada nivel, personal, parroquial, diocesano, nacional, Continental, se descubren necesidades imperantes que la caridad urge satisfacer y que son propias de ese nivel. Por eso se recomienda la creación de estos fondos de solidaridad – inclusive a nivel personal – cada creyente debería tener su propio fondo de solidaridad mediante el cual pueda atender las mil necesidades que se presentan.  El objetivo del fondo de solidaridad es hacer presente el amor de Dios a los que estén pasando por una necesidad para que todos se sientan amados.

Cómo se alimenta el FdS Para dar, hay que recibir. ¿Cómo recibir ayudas a este fondo de un modo fácil, recurrente y sostenido? El párroco es el primero que ha de contribuir el capital se milla a este fondo Contribuyendo con un porcentaje de su salario y de sus ahorros Aportando donativos que reciba por bendiciones de casas, carros, y sobre todo aportando esos donativos de libre disposición que tatas veces recibe de los feligreses Buscando donantes de entre los feligreses, parientes y amigos Estipendios de las misas comunitarias Alcancía en el templo parroquial específicamente destinada para el FdS Organizando actividades parroquiales para alimentar el fondo de solidaridad Conciertos / Comidas / Verbenas / Bingos / Rifas / Ferias / Peregrinaciones / Otros

Distribuyendo sobres entre los fieles o anotando familias que quieran donar mensualmente mediante debido bancarios Destinando un % de los ingresos anuales de la parroquia Otros

¿Cómo distribuir la solidaridad? Denles ustedes de comer  Cómo organizar el dar – de modo que sea ágil, eficaz y prudente Se sugiere crear un comité de 5 miembros que coordine el proceso de recibir las peticiones de ayudas, estudiarlas y analizarlas y aprobar o rechazar la ayuda solicitada. Este comité se reunirá con la periodicidad que sea necesaria – al menos una reunión mensual- y estudiará las solicitudes de ayudas recibidas y habiendo analizados los méritos de la solicitud, hará las consultas y pedirá la información adicional que sea necesario para la aprobación o negación de la petición de ayuda. Estas decisiones se harán de modo colegial, haciendo un voto y eligiendo por mayoría, siempre con el visto bueno del párroco. Se levantará un acta de entrega que contenga el nombre de la persona o institución que recibe la ayuda, cedula de identidad, cantidad recibida, concepto y termino de tiempo en lo que se espera que devuelva la ayuda recibida en caso de que sea posible.

Algunas de estas ayudas son estricta caridad y no se espera que la persona o institución tenga la capacidad de devolver la ayuda recibida. Otras veces, dependiendo de la situación de la persona, si lo que necesita es una ayuda temporal, se espera que la ayuda dada sea devuelta al fondo, creando así un fondo rotatorio de ayudas que se retroalimenta una vez que el organismo o persona que recibió ayuda pueda aportar de vuelta al fondo. Como la parroquia no es un banco ni es una financiera, no puede hacer préstamos cobrando intereses. Lo que ofrece es una ayuda solidaria, no un préstamo, la cual pudiera ser devuelta al fondo si la ocasión lo permite.

Una de las ventajas de tener un fondo de solidaridad parroquial, es que por un lado, se podrán atender las solicitudes de caridad que llegan constantemente a la parroquia. Cuando se acerque alguien a pedir a la parroquia, se dirige la petición a la atención de los administradores del FdS a que atiendan oportunamente la solicitud. Así se práctica la caridad de modo ágil y eficiente y no se quema a la feligresía con peticiones de ayuda constantemente.