Domingo XII Tiempo Ordinario PAJARILLOS Coment. Evangelio Domingo XII T. Ordinario A 25 Junio 2017 + Francisco Cerro Chaves. Obispo de Coria-Cáceres Secretariado Catequesis de Cádiz y Ceuta Música: Dios, Tú eres mi Dios Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual

TEXTO BÍBLICO Mt. 10. 26-33 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo».

Este texto es el que nos introduce en la alegría de una profunda confianza en el Corazón de Jesús.

Cuando en Corea y en otros países asiáticos hombre adultos piden el bautismo hay una respuesta unánime, el cristianismo no transmite miedo, ni pánico, ni pavor.

Es la religión de la confianza en el Amor de Dios.

Confiamos en su Misericordia que nos conoce y no nos rechaza.

Como una madre que ama a su hijo y lo limpia aunque esté sucio y no se le ocurre tirarlo por la ventana por muchas suciedades en que esté envuelto, pues su amor es compasivo y misericordioso.

También la confianza en Jesús nace de la contemplación.

Siempre nos invita a mirar, a contemplar los lirios del campo, las aves del cielo.

No es difícil descubrir que nosotros valemos más que ellos.

Somos hijos y nos cuida el Señor, que nos ofrece continuamente su Misericordia y su Ternura.

Sólo la oración contemplativa, el mirar con los ojos de la fe es una vivencia de confianza plena en el Amor de Dios que nos envuelve con su Ternura.

Los contemplativos, los místicos, han vivido sumergidos en una confianza plena de un Amor incondicional.

Es necesario volver siempre al corazón del Evangelio y nos encontramos con la realidad de que somos cuidados y mimados por la Ternura de un Dios que ama con un Corazón humano.

Aparecen los pajarillos y Jesús se convierte en el poeta del Amor del Padre, en poesía de corazón grande, en la Ternura hecha realidad.

La tentación siempre será la sospecha de que Dios, al permitir aquella muerte inesperada, aquella enfermedad que se llevó tantas ilusiones, aquel fracaso que envolverá mi vida en tantas complicaciones, que nos cerremos y no seamos capaces de descubrir que Él siempre está a nuestro favor en las duras y en las maduras.

No es verdad que el Señor juega al escondite con nosotros y nos abandona cuando peor lo estamos pasando.

Decía San Juan de la Cruz que la mayor presencia de Jesús es su aparente ausencia.

La lógica de los pajarillos, de las aves del cielo nos lleva a descubrir que no hemos estado más lejos de su Corazón,

que nos pide confiar aún en medio de no pocas oscuridades. FIN