El sostén: Los Bailleres y otros empresarios Los Bailleres dieron viabilidad al proyecto de nación que los intelectuales políticos habían planteado y desarrollado a lo largo del siglo XX. Raúl Bailleres Chaves fue uno de los empresarios más importantes del México del siglo XX.

Se asoció con el estadounidense John G Se asoció con el estadounidense John G. Blend para financiar la actividad de pequeños mineros y buscadores de oro, a quienes les compraban los metales. En esta línea de negocios, constituyó la primera empresa dedicada al financiamiento de las actividades mineras. En 1932, por iniciativa de Salvador Ugarte se formó el Banco de Comercio (más tarde Bancomer y ahora BBVA), proyecto en el que Raúl Bailleres tuvo uno de los papeles principales y cuya organización institucional fue encomendada a Aníbal de Iturbide.

Tiempo después, junto crearían Crédito Hipotecario, S Tiempo después, junto crearían Crédito Hipotecario, S. A, y Crédito Afianzador S. A. También participarían en la formación del Banco General de Capitalización. Pero los conflictos generados por el control del Banco del Comercio provocaron la salida de Raúl Bailleres. Posteriormente, él e Iturbide fueron invitados a integrarse al Banco Comercial Mexicano (Comermex) como director y miembro del consejo de administración, respectivamente.

Aunque la mayor parte de las actividades de Bailleres se encontraban en el campo minero, en 1941 presidió al grupo de inversionistas mexicanos que adquirieron la mayoría de las acciones de la Cervecería Moctezuma S. A. Dirigió al grupo financiero que compro la mayoría de las acciones de la cadena de tiendas departamentales de El Palacio de Hierro. El grupo también adquirió la textil Industrial de Orizaba y Manantiales Peñafiel S. A.

Ocupó la presidencia de la Asociación Mexicana de Banqueros, organización del sector privado que representa al sector bancario. Gran parte de sus proyectos empresariales los creó con el grupo BUDA, constituido en la de los treinta, en el que participaban Salvador Ugarte, Mario Domínguez y Ernesto J. Amezcua; con todos ellos y Luis Montes de Oca, Bailleres impulsó a la Asociación Mexicana de Cultura Instituto que creo el Instituto Tecnológico de México (ITM), más tarde Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

Desde la época Cardenista mostró su desacuerdo con la política económica del gobierno por su creciente participación en la economía. Concebía la educación y la cultura como valores importantes del ser humano y la nación. Cuándo López Portillo estatizó el sistema bancario, Bailleres y los accionistas perdieron la Banca Cremi, pero después adquirió el Grupo Nacional Provincial (GNP). Iturbide describe al empresario como “un hombre educado, de modales finos y cuidadoso de su apariencia, pero que al mismo tiempo era muy reservado. Un hombre poco comunicativo y con una vida interior muy vigorosa, aunque siempre fue muy audaz en sus negocios, nunca se enredaba ni perdía la cabeza”.

Desde su formación en 1887, Industria Peñoles, S. A. , de C. V Desde su formación en 1887, Industria Peñoles, S. A., de C. V., era uno de los grupos industriales más importantes de México, orientado al aprovechamiento de recursos naturales no renovables. En la actualidad el grupo está constituido por más de 20 plantas operativas y es el mayor productor mundial de plata afinada y uno de los mayores exportadores netos del sector privado de México. El ex secretario de hacienda Pedro Aspe Armella enumera las 3 características que han dado el estilo empresarial de Alberto Bailleres: 1-. Considerar que la visión empresarial debe ser de largo alcance y no especulativa o de corto plazo. 2-. Que la creación del valor de empresa debe derramarse en y para México. 3-. A pesar de que sus actividades sean globales, la formación de capital humano en una familia, en una empresa o en una nación será determinante para su competitividad de largo plazo.

La Revolución Mexicana brindó oportunidades de acumulación para un nuevo grupo de hombres dedicado a los negocios, y los Bailleres supieron aprovecharlas. Al respecto, Nora Hamilton sostiene que el nuevo gobierno revolucionario, además de crear condiciones para la acumulación del capital, formo una nueva clase política. Hamilton sustenta un ejemplo de ese proceso con Aarón Sáenz quien fue jefe del Estado Mayor del General Álvaro Obregón, con quien mantuvo una gran amistad y en 1924 Obregón lo nombró Secretario de Relaciones Exteriores y después fue Secretario de la Industria del Comercio.

La misma autora explica que después paso de militar y funcionario del gobierno a empresario, convirtiéndose en un magnate del azúcar que hizo su fortuna a través de conexiones políticas adquiridas a través de la revolución y los puestos públicos que ocupo. Mantuvo estrechos vínculos con los grupos empresariales Conservadores de Monterrey y también fue presidente del Banco Azucarero, especializado en la inversión, en la industria azucarera y que más tarde, se convertiría en el Banco de Industria y Comercio