La cábula del SENA y los Takatakas

Refieren las crónicas que en 2004 se celebró una competencia para formar un Tecnólogo en Canotaje entre una entidad de formación japonesa y el SENA Los japoneses se destacaron desde el comienzo, sus aprendices se formaron con calidad y se vincularon al mercado laboral, mientras que los aprendices del SENA ni siquiera terminaron el curso.

Las primeras observaciones fueron: El Consejo Directivo del SENA se reunió para analizar las causas de tan desconcertante e imprevisto resultado. Las primeras observaciones fueron:

En la Entidad del Japón había: En el SENA había: 10 Coordinadores Académicos 1 Coordinador académico 1 Instructor de canotaje 10 Instructores

La decisión para el próximo curso pasó a la esfera de la Dirección General, con una reestructuración que iba a introducir cambios realmente significativos.

En 2005, se inicia de nuevo el curso, la Entidad japonesa nuevamente fue exitosa. Esta vez los aprendices del SENA terminaron el curso, pero los recortes del currículo les impidió vincularse al mercado laboral.

El nuevo análisis del Comité de Dirección arrojó los siguientes resultados.

En el recién reestructurado SENA había: En la Entidad japonesa había: 1 Director Regional 2 Subdirectores de Centro 1 Coordinador Académico 7 Coordinadores académicos 10 Instructores 1 Instructor de canotaje

La conclusión del Comité de Dirección fue unánime y lapidaria: “El instructor es un incompetente”.

En 2006 se le presentó una nueva oportunidad al SENA.

La Dirección General había puesto en marcha un plan destinado a mejorar la calidad, introduciendo novedosas modificaciones en la Entidad que generarían, sin lugar a dudas, incrementos substanciales de efectividad, eficiencia y eficacia. Serían la llave de éxito, el broche de oro de un trabajo que humillaría hasta a los magos de CINTERFOR.

Las conclusiones revelaron datos escalofriantes El resultado fue catastrófico. El SENA no pudo terminar el curso y sus aprendices desmotivados desertaron en su totalidad Las conclusiones revelaron datos escalofriantes

La Entidad japonesa nuevamente tenía: En el renovado SENA había La Entidad japonesa nuevamente tenía: 1 Director Regional 2 Subdirectores de Centro 1 Coordinador Misional 1 Coordinador académico 1 Coordinador Administrativo 10 Instructores 1 Coordinador de Programas Especiales 1 Supervisor de Contratistas 1 Coordinador de recursos humanos 1 Normalizador 1 Integrador 1 Instructor de canotaje

Luego de varios días de agotadoras reuniones y profundo análisis, el Director General, conjuntamente con los Directores Regionales y Subdirectores de Centro decidieron castigar al Instructor quitándole todos los derechos laborales e incentivos por el fracaso alcanzado.

En la reunión de cierre, el Director General junto con los Directores Regionales y Subdirectores de Centro, concluyeron: “Recurriremos a la contratación de un nuevo instructor, pero a través de una cooperativa de trabajo asociado o de una OPS, con el objeto de no tener que lidiar con el sindicato y no estar atado a convenios laborales anquilosados, que sin duda, degradan la eficiencia y productividad de los recursos”.

De la anterior experiencia se desprenden las siguientes conclusiones:

No hay justicia entre las entidades de formación profesional. Los takatakas hacen trampa.

El instructor del SENA era reactivo en lugar de ser proactivo. El instructor SENA era flojo y no se apegó a la misión, visión, objetivos, estrategias y tácticas de la reestructuración institucional. Por si fuera poco no supo trabajar en equipo. Por gente como ésta el país no progresa. Además el instructor no se ambientó porque no conocía las TIC´S a emplear.

Se le congela el salario por inepto. Se le reducen las prestaciones. No tiene derecho a ropa de trabajo. Se le recorta a la mitad la semana de la confraternidad. Se le quita el S.M.A. Se lo saca del Fondo de Vivienda Firman: Darío Alonso Montoya John Jairo Díaz ¿Y con la actual Administración, qué sigue? ¿más de lo mismo o cambios sustanciales?. Aún nada es claro, por ello URGEN decisiones de fondo para resolver la crisis institucional.

F I N