Lectio divina del Salmo dominical Domingo XXI del Tiempo Ordinario Año C: La salvación de Dios es para todos. Is 66, 18-21: De todos los países traerán a todos vuestros hermanos. Sal 116,1.2: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio. Hb 12,5-7.11-13: El Señor reprende a los que ama. Lc 13,22-30: Vendrán de oriente y occidente y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos.

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Lectio: Ahora leemos el salmo entero, despacio… 1Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos. 2Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. [¡Aleluya!] Si quieres escuchar este salmo en hebreo, pincha aquí.

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Nuestro salmo se encuentra en la segunda parte del salterio, dedicado a las alabanzas a Dios, formada por los libros: 4º: salmos 89-105 y 5º: salmos 106-150 Salmo 116: Invitación universal a la alabanza divina. Dentro del quinto libro, este salmo pertenece al llamado “Hallel egipcio” (salmos 110-117).

Lectio: ¿Qué dice el texto? El salmo 116 es un himno de alabanza a Dios. Es el salmo más breve del salterio pero, a pesar de su brevedad, contiene los elementos esenciales a toda alabanza: Invitación a la alabanza: v.1 Motivación: el amor/misericordia y fidelidad de Dios, v.2 La invitación es universal, se dirige a todas las naciones que no son Israel, todos están invitados a alabar al Señor y a aclamarlo con ternura. La motivación es clara: el amor y la fidelidad del Señor en los cuales nos podemos apoyar como roca firme que nos ha sostenido, sostiene y que dura por siempre. En cuanto al “nosotros” del v.2 no sabemos si el salmista se refiere a Israel o a todas las naciones. De todas formas con Cristo este “nosotros” se abre claramente a todos los hombres y mujeres del mundo. Por todos ha muerto y resucitado Cristo como nos enseña san Pablo en Rm 15, 8-12.

Meditatio: Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto Meditatio: Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Alabad al Señor todas las naciones. Hoy cantamos una realidad ya anunciada por el profeta Isaías y aún no terminada: el anuncio del Evangelio a toda nación. ¡Nosotros somos los descendientes de aquellos de Oriente y Occidente que vendrán a sentarse a la mesa del Reino! ¿Somos conscientes de ello? Este salmo nos interpela en su sencillez, nos cuesta quedarnos en simple, serena y gozosa contemplación de la “catolicidad” (es decir, de la “universalidad”) de nuestra fe… Intentémoslo y alabemos al Señor por ello.

Firme es su misericordia con nosotros. Todos estamos llamados a la salvación. Dios no se desdice, su fidelidad dura por siempre pero, ¿cuál es nuestra respuesta a la gracia? Dios nos ha creado libres. Que no nos pase como a los del Evangelio: mucho decir: “Señor, Señor…” pero Dios no los reconoce. Son palabras duras que nos interpelan para invitarnos a la cogerencia de vida, a una fe viva y operante. Firme es su misericordia con nosotros.

Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, porque nos llamas a la salvación por medio del Evangelio. Te pedimos que lleves en nosotros a su plenitud la obra salvadora de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros… “Es evidente a todos que se trata de una profecía referida a la iglesia de los creyentes, y predicción de la predicación que ha llegado a todo el orbe de la tierra. Ciertamente, este salmo no llama a una, ni a dos, ni a tres naciones solamente sino a la tierra y al mar enteros. Lo que también sucedió cuando resplandeció la venida de Cristo. Expone además la causa de la salvación, ya no serán salvados por las propias acciones buenas, ni por la vida, ni por la promesa, sino por la sola bondad. Ha sido confirmada –dice- su misericordia sobre nosotros, es decir, se ha solidificado, se ha hecho firme y más estable que una piedra. En efecto, aumenta cada día. Y su misericordia permanece por siempre.” (San Juan Crisóstomo, Comentario al salmo 116)

Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”… Id al mundo entero y predicad el Evangelio.