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Lectio divina del Salmo dominical Gn 18,20-32: Que no se enfade mi Señor, si sigo hablando. Sal 137,1-2a.2bc-3.6-7ab.7c-8: Cuando te invoqué, Señor, me.

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2 Lectio divina del Salmo dominical Gn 18,20-32: Que no se enfade mi Señor, si sigo hablando. Sal 137,1-2a.2bc-3.6-7ab.7c-8: Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste. Col 2,12-14: Os vivificó con Cristo, perdonándoos todos los pecados. Lc 11,1-13: Pedid y se os dará. Domingo XVII del Tiempo Ordinario Año C: Dios nos escucha como un Padre.

3 Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

4 Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario.

5 Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

6 Daré gracias a tu nombre por tu misericordia y tu lealtad. Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma.

7 Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

8 El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio. Cuando camino entre peligros, me conservas la vida.

9 Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

10 Extiendes tu brazo y tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

11 Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste.

12 Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… Salmo 137 (138) 1 Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, 2 me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama; 3 cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor de mi alma. 4 Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca; 5 canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. 6 El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio. 7 Cuando camino entre peligros, me conservas la vida; extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo, y tu derecha me salva. 8 El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. Si quieres escuchar el salmo en hebreo, pincha en este vínculo.

13 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

14 Nuestro salmo se encuentra en la segunda parte del salterio, dedicado a las alabanzas a Dios, formada por los libros: 4º: salmos 89-105 4º: salmos 89-105 y 5º: salmos 106 - 150 y 5º: salmos 106 - 150 Salmo 137: cántico de acción de gracias y alabanza. Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Dentro del quinto libro, este salmo pertenece a la “tercera colección de David” (s. 137-144) grupo de súplicas que comienzan y acaban con un salmo real (137. 143) Entre ambos, aparece la presencia de los enemigos, propia de los salmos davídicos (s. 138- 142). Todo el conjunto termina con un himno dedicado a YHWH, Rey de TODO (s. 144).

15  El salmo 137 es un cántico de alabanza y de acción de gracias personal y comunitaria que termina con una profesión de confianza en Dios y con una petición dirigida a Él.  Quizá, se trate de la voz de la comunidad posterior al exilio que, a través de un individuo, expresa con una oración pública su gratitud por la liberación.  El salmo se puede estructurar de la siguiente manera: vv. 1-3: acción de gracias. vv. 4-6: himno de alabanza universal. vv. 7-8: profesión de confianza sin límites. Lectio : ¿Qué dice el texto?

16 Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Cuando te invoqué, Señor, me escuchaste. Este es el hilo conductor de este domingo: Dios nos escucha como un padre atiende a su hijo. Abraham, aunque no llama a Dios: “Padre”, tiene la suficiente confianza en Él como para regatearle al más puro estilo oriental… ¿Cómo es nuestra oración con Dios? ¿Sabemos pedir hasta la audacia como Abraham, pero también –como él- estar abiertos a aceptar la libertad humana que con tanta frecuencia –por desgracia- tuerce los planes de salvación de Dios?

17 Daré gracias a tu Nombre. Cada vez que rezamos el Padrenuestro pedimos: “Santificado sea tu Nombre”. Con ello pedimos que el Nombre -Dios mismo- sea reconocido y alabado en nosotros. Cuando esto sucede vivimos en la Presencia de Dios. Su recuerdo es constante e informa todos nuestros pensamientos, palabras y acciones. ¡Vivamos con gozo y acción de gracias nuestra filiación divina!

18 Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. Pidamos al Señor que nos enseñe a gustar y a comprender que Él nunca nos abandona, que siempre nos espera y nos da su Espíritu Santo.

19 Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, porque Tú siempre nos escuchas. Haz que sepamos descubrir tu respuesta y cercanía en lo pequeño y sencillo de cada día. Amén.

20 «A nosotros, cuando oramos, nos son necesarias las palabras: ellas nos amonestan y nos descubren lo que debemos pedir; pero lejos de nosotros el pensar que las palabras de nuestra oración sirvan para mostrar a Dios lo que necesitamos o para forzarlo a concedérnoslo. Si vas discurriendo por todas las plegarias de la santa Escritura, creo que nada hallarás que no se encuentre y contenga en la oración dominical. Por eso, hay libertad de decir estas cosas en la oración con unas u otras palabras, pero no debe haber libertad para decir cosas distintas. Esto es, sin duda alguna, lo que debemos pedir en la oración, tanto para nosotros como para los nuestros, como también para los extraños e incluso para nuestros mismos enemigos, y, aunque roguemos por unos y otros de modo distinto, según las diversas necesidades y los diversos grados de familiaridad, procuremos, sin embargo, que en nuestro corazón nazca y crezca el amor hacia todos. Aquí tienes explicado, a mi juicio, no sólo las cualidades que debe tener tu oración, sino también lo que debes pedir en ella, todo lo cual no soy yo quien te lo ha enseñado, sino aquel que se dignó ser maestro de todos.» (S AN A GUSTÍN, Carta 130, a Proba 11, 21. 22)S AN A GUSTÍN Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…

21 Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá. Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”…


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