RENACIMIENTO ITALIANO Brunelleschi, Sta. María del Fiore, Florencia La cúpula diseñada por Brunelleschi, anuncia la nueva visión que se teje en la conciencia florentina del siglo XV. Esto es un acercamiento a lo clásico, una superación del “estilo internacional” (el denominado -de modo algo peyorativo- gótico). Acá vemos un cúpula al modo romano (recordemos el Panteón) monumental, armónica y de formas clásicas. Brunelleschi por otro lado será un figura preponderante en cuanto sistematiza matemáticamente la ilusión de Perspectiva.

En ambas obras apreciamos el transito de la imagen medieval a la renacentista. Frente a la impersonalidad de la representación humana en el gótico, Donatello pareciera dotar de vida a su escultura (lenguaje plástico ideológicamente censurado y casi olvidado por el Medioevo) , San Jorge acá pareciera tener carácter propio, una mirada segura y juvenil, su mano cae pero su puño recoge cierta tensión... estas características alejan a la imagen de la idea metafísica propia del Medioevo y la acercan a un horizonte moderno en donde el arte tendrá un carácter mas realista y humano. Abajo en la Anunciación de Fra Angélico, podemos percibir el conocimiento de la técnica de la perspectiva de un modo cabal por parte del artista. Sin embargo, en la representación podemos aun percibir la noción espiritual y metafísica que envuelve a la imagen medieval, espiritualidad que lentamente desaparecerá casi por completo en la cultura occidental de los siguientes siglos en aras de una representación imitativa y racional del mundo propiciada y auspiciada por una nueva clase social en ascenso: la Burguesía

A la izquierda, una cabal idea de la perspectiva sobre un único punto de fuga. La realidad se muestra teniendo en consideración el ojo del espectador como punto de partida y eje central de la representación. Por un lado, la imagen del mundo se organiza científicamente (recordemos que la perspectiva es un calculo matemático) y por ende, es considerando como centro al hombre que observa. Esto demuestra cómo se cambia de un paradigma Teocéntrico a uno Humanista, que tiene al hombre como centro organizador de toda la realidad. Dos ejemplificaciones de este cambio paradigmático son a la izq. Perugino, Entrega de las llaves a San Pedro y el Hombre de Vitruvio de Leonardo (a la derecha)

A la izquierda: Leon Batista Alberti, Palacio Rucellai, A la izquierda: Leon Batista Alberti, Palacio Rucellai,. En esta arquitectura renacentista podemos ver la interaccion epocal... La bisagra epistemologica que representa la obra de Alberti: por un lado ciertos rasgos que recuerdan la presencia aún viva del arte gótico (ver las ventanas y su comparacion con Notre Dame de Paris (a la derecha abajo)) y por otro, la preponderancia de la estructura clásica en la organizacion del edificio, reminiscencia clara a la estructura del Anfiteatro Flavio o Coliseo (a la derecha, arriba)

Dos obras ilustrativas de la nueva conciencia: el renacer del clasicismo. A la izquierda Leon Batista Alberti, el frontis de la Iglesia de Sant'Andrea (1472) que claramente recuerda un arco del triunfo romano, con un timpano griego. A la derecha, la escala humana, la placidez, la sencillez y la proporción en el Tempietto de Bramante (1502)

Leon Batista Alberti, Santa María Novella y El triunfo de Galatea de Rafael Sanzio. En estas dos obras podemos visualizar de un modo claro y transparente las premisas representativas del Clasicismo en general y del Renacimiento italiano en particular: El sentido de ORDEN, PROPORCION, EQUILIBRIO, SIMETRIA, GRACIA, NATURALISMO, BELLEZA, ESCALA HUMANA , ORGANIZACION, UNIDAD, SENCILLEZ, PERFECCION

En la obra de Botticelli, Nacimiento de Venus (1485), podemos ver en el detalle la presencia determinante de la línea (el dibujo) en la estructuración de toda la obra, el “disegno” será otra de las características de este periodo. Sin embargo el dibujo no es fin en si mismo… si nos detenemos en ciertos detalles, veremos las supuestas “imperfecciones” de la figura: lo largo y descolocado de su cuello con respecto a la cabeza, el brazo que cae hacia su vientre parece ser gigante y salir del pecho ya que el hombro casi no existe, por señalar solo algunos… pero esto no pareciera importar, ni al artista ni a la época ni a nosotros mismos. Ya que podemos maravillarnos ante un riqueza armónica delicada y cromática que antecede los detalles y que los subordina a un objetivo mayor : el de Unidad y armonía

Leonardo con la Mona Lisa, no solo lleva a cabo una de sus principales obras, y una de las mas importantes en la historia del arte (de seguro la mas popular), sino una pintura en donde podemos apreciar las características mas sobresalientes de su técnica y de su visión analítica (científica) del mundo. Como en el SAN JORGE de Donatello, acá la imagen de la Gioconda pareciera poseer una psicología interior, parece interpelarnos siempre con un gesto extraño pero a su vez profundamente humano. Para Leonardo, la personalidad propia de su figura no es fruto del azar o la casualidad, sino producto de su observación plástica y científica de la anatomía humana. El utilizará en esta obra una técnica muy particular: el “sfumato”, que consiste básicamente en una difuminación de los bordes que estructuran el dibujo (muy distinto a la línea explicita de Botticelli por ejemplo), si bien Leonardo parte con un boceto dibujado (como todo artista renacentista), sabe (por su propia observación y conocimiento) que los puntos en donde se genera el gesto en la figura humana son la comisura de los labios y el rabo del ojo, los que cuidadamente deja en eterno sfumato logrando que el rostro de la mujer adquiera un gesto indeterminado, de gran carga psicológica, y por ende misterioso y sugerente. Por otro lado, en el paisaje podemos ver esta noción del orden físico en donde la materia esta en estado liquido gaseoso y solido sin fronteras precisas, en donde pareciera surgir el hombre (la figura humana de la Mona Lisa) mas como criatura de un orden natural y físico que como un concepto determinado por una realidad divina. Hay acá, por tanto, todo un planteamiento epistemológico nuevo, que aun hasta hoy, sintetiza el modo que posee la cultura occidental para entender su propia realidad en el mundo.

La bella jardinera de Rafael Sanzio y la Pietá (piedad) de Miguel Ángel Buonarotti

el David de Miguel Ángel Buonarotti (Izquierda), recoge la personalidad de la representación de Donatello así como las premisas del clasicismo griego antiguo, vemos la similitud de la estructura del David con la del Doíforo (siglo V a.C.) y la vitalidad en el rostro de David con la de San Jorge (arriba, derecha). Por otro lado podemos ver la técnica en el esculpido sobre mármol del escultor Buonarrotti.