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Sacramentos 6 Liturgia 6 Música sagrada, 1ª parte.

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Presentación del tema: "Sacramentos 6 Liturgia 6 Música sagrada, 1ª parte."— Transcripción de la presentación:

1 Sacramentos 6 Liturgia 6 Música sagrada, 1ª parte

2 Un ministerio al que se le da bastante importancia en la liturgia es al encargado del canto. A quienes lo ejecutan en grupo se les suele llamar “schola cantorum” o simplemente “coro”. A veces se les destina cantos especiales, difíciles para el pueblo; pero lo que interesa es que acompañen al pueblo y que le guíen. Entre estos la tradición litúrgica destacaba al solista de los salmos o “salmista”.

3 Dice el Conc. Vat.II: “La tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras, constituye una parte necesaria o integral de la Liturgia solemne”.

4 La composición y el canto de salmos inspirados, con frecuencia acompañados por instrumentos musicales, ya estaban estrechamente ligados en las celebraciones litúrgicas de la Antigua Alianza. La Iglesia continúa y desarrolla esa tradición. Los cantos de María, la hermana de Moisés, eran como una especie de liturgia.

5 Ya decía san Pablo: Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados, cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor”.

6 San Agustín se entusiasmaba cuando oía los cánticos en el templo
San Agustín se entusiasmaba cuando oía los cánticos en el templo. Es famosa su frase: “el que canta ora dos veces”. Esto es lo que pretendemos: que el canto sea una oración. Dice el Conc Vat 2º: La Música Sacra será tanto más santa cuanto más íntimamente se halle unida a la acción litúrgica.

7 Tenemos que atender a tres criterios respecto al canto litúrgico:
1. Que sea bello, es decir, que el canto sea una belleza expresiva de la oración. 2. Que haya una participación unánime de la asamblea en los momentos previstos. 3. Que el canto dé un carácter solemne a la celebración. Así participará de la finalidad de las palabras y de las acciones litúrgicas: la gloria de Dios y la santificación de los fieles.

8 Cuántas personas se entusiasman cuando hay un canto que contribuye a ello. Para ello es necesario que tenga belleza y que se ejecute también con el corazón. Ya san Agustín se entusiasmaba y decía: “Cuánto lloré al oír vuestros himnos y cánticos, fuertemente conmovido por las voces de vuestra Iglesia, que suavemente cantaba! Entraban aquellas voces en mis oídos, y vuestra verdad se derretía en mi corazón, y con esto se inflamaba el afecto de piedad, y corrían las lágrimas, y me iba bien con ellas”.

9 Dice el Conc. Vat 2º: “La acción litúrgica reviste una forma más noble cuando los oficios divinos se celebran solemnemente con canto y cuando en ellos intervienen los ministros sagrados y el pueblo también participa activamente.”

10 En cuanto a la música tradicional de la Iglesia, en algunos lugares se han conservado cantos cuyos signos musicales aún no se han descifrado. Pero la música más importante en la Iglesia durante siglos ha sido el gregoriano. Uno de estos cantos estamos escuchando. Se llama así porque se atribuye (se supone que sólo los comienzos) a san Gregorio Magno.

11 No es que se compusiese mucho en tiempos de san Gregorio, finales del siglo sexto. Durante varios siglos se fue incrementando el caudal de estas melodías que se acomodaban con eficacia al texto sagrado y podían mover a los fieles a la devoción. El canto gregoriano era como el arquetipo de la música sagrada.

12 El canto gregoriano era propiamente el canto sagrado de la iglesia romana, donde residía el papa. En otros lugares había otra clase de cantos. Pero el gregoriano fue extendiéndose por toda la Iglesia, muy especialmente por medio de los monjes benedictinos, quienes siguen teniendo el esplendor de este canto gregoriano.

13 Después vinieron otras clases de música, algunas dignas y otras no tanto. En el siglo 19º hubo una desviación grande, pues se tomaba la música sagrada en algunos lugares como para hacer teatro o ser un concierto en la misma celebración litúrgica. Entonces el papa san Pío X, el 22 de Noviembre, fiesta de santa Cecilia, de 1903 sacó una especie de encíclica (motu propio) muy importante sobre la música sagrada.

14 Después de declarar el papa que la música sagrada es para la gloria de Dios y para la edificación de los fieles, manifiesta que la música debe ser “suave”, debe expresar las palabras del texto litúrgico, debe ser santa, debe tener verdadero arte y debe ser universal, como universal es la Iglesia. Por todo ello, para aquel tiempo, propuso especial-mente el canto gregoriano.

15 El problema del gregoriano es que es en latín
El problema del gregoriano es que es en latín. Los papas, a partir de san Pío X han insistido mucho en la participación de los fieles. Por ello algunos han querido poner en música gregoriana textos en lengua vernácula. Pero resulta que no resulta. Parece ser que al gregoriano le va muy bien el latín, pero no otro tipo de lenguas.

16 Ya al final de la Edad Media y en el Renacimiento tuvo mucho auge otra clase de música sagrada, una música a varias voces, que por eso se llama: polifonía sagrada. Estamos escuchando el Credo de la misa “papa Marcelo” de Jovanni Pierluigi da Palestrina. Es curioso, porque esta música entró en la Iglesia por la belleza, no por el apoyo de los papas.

17 En realidad los papas y altas dignidades eclesiales estaban un poco divididos sobre estima o no estima de este género musical. Había habido buenos músicos como Desprez, Morales, Guerrero. Ya estaban Di Lasso y Victoria. Pero a cierto papa no le convencían. No sólo prefería el gregoriano, sino que decía que era lo único que se debía cantar en las acciones litúrgicas.

18 Un día invitaron al papa a un concierto especial
Un día invitaron al papa a un concierto especial. En él se cantaba la misa “papa Marcelo” de Palestrina. El papa se entusiasmó y desde entonces permitió que se cantase el polifónico. Oigamos el final del Credo de la misa “papa Marcelo” de Palestrina.

19 Creo en la vida eterna Automático

20 E n l a v i d a e t e r n a

21 Amén

22 A m é n

23 Amén

24 Hacer CLICK

25 Después de san Pío X ha habido otros papas que han hablado especialmente sobre la música. Pío XI señala como una de las grandes necesidades de la Iglesia: Instruir en el canto y la música sagrada a los que se preparan al sacerdocio. Porque si el sacerdote no sabe de música, es difícil que funcione bien la música en esa parroquia. E invitaba a que se formasen coros de niños, al menos en las iglesias más importantes.

26 También decía Pío XI que la voz humana en la liturgia tiene primacía sobre los instrumentos musicales. Por eso corregía lo que hacían en algunos lugares donde los instrumentos tapaban la voz. El canto, decía, es para participación del pueblo. Por eso no debería ser el coro tan protago-nista que no permita cantar al pueblo.

27 Después Pío XII, en 1947, dio otras normas importantes sobre la música
Después Pío XII, en 1947, dio otras normas importantes sobre la música. Insistió más en que los fieles no sean espectadores mudos y habló con aprecio sobre la música moderna con tal que no tenga sabor profano. Desde entonces comenzaron los cantos litúrgicos con sabor moderno, poniendo los salmos con estilo no tradicional, como Gelineau. Podríamos decir que es un intermedio entre el canto gregoriano y otros cantos más modernos. Ponemos un ejemplo:

28 En Dios pongo mi espe-ranza
Automático

29 y confío en tu palabra.

30 Desde el abismo clamo a ti, Señor,

31 Señor, oye mi voz.

32 Estén tus oídos atentos

33 a la voz de mi plegaria.

34 En Dios pongo mi esperanza

35 y confío en tu palabra. Hacer CLICK

36 A mitad del siglo XX salieron otra serie de cantos
A mitad del siglo XX salieron otra serie de cantos. Algunos continúan siendo populares, como varios de Deiss: Pueblo de reyes, acuérdate de Jesucristo, ciudadanos del cielo, como brotes de olivo, sí me levantaré, etc..

37 En el año 1955 sale un decreto muy especial sobre la música diciendo cómo la música es “la sierva de la liturgia”. Por lo tanto la liturgia no puede ser prácticamente un concierto. La música será más sagrada cuanto más se acerque a la Eucaristía. Se admitía la música en lengua vulgar, aunque sin insistir demasiado. Y decía para los misioneros: que sepan aplicar a la liturgia la música de los pueblos lejanos.

38 En 1958 la Congregación de Ritos sacó una instrucción muy importante
En 1958 la Congregación de Ritos sacó una instrucción muy importante. Ya se retransmitían misas radiadas y televisadas. Decía que la música religiosa se diferenciase de otros géneros de música; que los instrumentos para la liturgia no fuesen demasiado metálicos; que la liturgia en cuanto a la música se diferenciase bien de un concierto.

39 Por entonces en la misa se concedió que algunas partes, que siempre se habían dicho y cantado en latín, pudieran ser cantadas en el lengua vernácula. Y comenzaron los músicos a poner música a las partes fijas de la misa que se permitían cantar en lengua vernácula. Yo creo que la música de un texto en español que más se habrá repetido en todas las naciones donde se habla el español, durante más de sesenta años, será el siguiente:

40 Señor, ten piedad. Automático

41 Señor, ten piedad.

42 Cristo, ten piedad

43 Cristo, ten piedad.

44 Señor, ten piedad.

45 Señor, ten piedad. Hacer CLICK

46 El Concilio insiste en la participación activa de la asamblea.
Y llegó el concilio Vaticano 2º. Reafirma todo lo proclamado desde san Pío X. Da más cabida a la lengua vulgar: “Como el uso de la lengua vulgar es muy útil para el pueblo en no pocas ocasiones, tanto en la Misa como en la administración de los Sacramentos y en otras partes de la Liturgia, se le podrá dar mayor cabida”. El Concilio insiste en la participación activa de la asamblea.

47 El concilio da mucha importancia a la formación musical en los seminarios y casas de formación masculinas y femeninas. Recomienda que se erijan institutos superiores de música sacra. Sigue reconociendo, como música más propia de la Iglesia, el canto gregoriano; pero desea fomentar el canto religioso popular. Por ello anima a los compositores a preparar cantos, no sólo para coros, sino para el pueblo.

48 En 1967 el papa aprobó un documento, redactado por un grupo de personas, para determinar las líneas de acción en la música sagrada. Decía que la música da muchos frutos en la liturgia por varias razones. Una es porque la oración adopta una expresión más penetrante. Otra, que por la unión de las voces se llega a una más profunda unión de corazones.

49 Otras razones: Porque se manifiesta más claramente el misterio de la sagrada liturgia y su carácter jerárquico y comunitario. Y otra: Porque la belleza de lo sagrado se eleva más fácilmente a lo invisible.

50 Y luego daba varias normas
Y luego daba varias normas. Entre lo más novedoso hace ver que la verdadera solemnidad de la liturgia no depende tanto de la forma rebuscada de un canto o del desarrollo magnífico de las ceremonias, sino del realizar una celebración digna y religiosa, que tenga en cuenta la integridad de la acción litúrgica misma. Es decir, la ejecución de todas sus partes según su propia naturaleza. No habría unidad si en un lugar sencillo se lleva un gran coro para realizar música demasiado rebuscada.

51 Por lo tanto debe haber unidad según todas las expresiones de esa celebración. Y dice el documento que la participación de los fieles no es algo que se puede hacer o no, sino que es un verdadero derecho y a la vez es una obligación de todo bautizado. Por eso la música no debe ser cosa sólo de un corito, sino también de toda la asamblea.

52 Insiste el documento que a los coros se les debe dar una conveniente formación litúrgico-musical, para poder desarrollar su ministerio conforme a la voluntad de la Iglesia. Esto porque a veces el coro prepara las canciones que le parece sin entender nada de liturgia. Por lo tanto a veces no pegan con lo que se trata, pero las escogen porque les parecen más bonitas.

53 Este documento habla específicamente de los cantos para las diferentes partes de la liturgia, lo cual veremos en la 2ª parte. Y no sólo de la misa, sino también del oficio divino, especialmente: laudes y vísperas. Y acentúa que el canto en laudes y vísperas no es exclusivo de clérigos y monjes, sino que es un derecho de toda la comunidad cristiana.

54 Y al hacer hincapié en la necesidad de la participación activa, aunque el latín siga siendo la lengua oficial de la Iglesia, da más importancia a las lenguas vernáculas, pues no se puede participar bien si no se entiende lo que se dice o se canta.

55 Se fija en los himnos propios para comenzar, que suelen ser de alabanza al Señor, pero acomodado al momento. Al poderse cantar himnos litúrgicos en lengua vernácula, se han podido aprovechar letras hermosas de la literatura clásica. Terminamos esta primera parte de “Música sagrada” con un himno a la Santísima Virgen María. La letra es de Juan del Encina.

56 ¿A quién debo yo llamar "vida mía"
Automático

57 sino a ti, Virgen María?

58 Virgen María.

59 Todos te deben servir, Virgen y Madre de Dios,

60 que siempre ruegas por nos y tú nos haces vivir.

61 Nunca me verán decir "vida mía"

62 sino a ti, Virgen María.

63 Tanta fue tu perfección y de tanto merecer,

64 que de ti quiso nacer quien fue nuestra redención.

65 No hay otra consolación, vida mía,

66 sino a ti, Virgen María.

67 ¿A quién debo yo llamar "vida mía"

68 sino a ti, Virgen María?

69 AMÉN


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