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JUSTIFICADOS POR LA FE Lección 4 para el 24 de julio de 2010.

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Presentación del tema: "JUSTIFICADOS POR LA FE Lección 4 para el 24 de julio de 2010."— Transcripción de la presentación:

1 JUSTIFICADOS POR LA FE Lección 4 para el 24 de julio de 2010

2 “Concluimos, pues, que el Hombre es justificado por fe
PARA MEMORIZAR: “Concluimos, pues, que el Hombre es justificado por fe sin las obras de la ley” Romanos 3:28

3 “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado” Romanos, 3: 19-20

4 ¿QUÉ ES LA LEY? La ley es la Toráh (especialmente, el Pentateuco y, por extensión, todo el Antiguo Testamento) ¿PARA QUÉ SIRVE LA LEY? Revela al hombre el pecado y su culpa ante Dios No puede, de ninguna forma, eliminar la culpa ni hacernos justos a la vista de Dios Señala el camino para obtener el perdón (por ejemplo: el sistema de ritos del santuario) Muestra el carácter de Dios

5 Pablo está usando el término
ley en su sentido amplio, como lo entendían los judíos de su tiempo. Con el término torah (la palabra hebrea para “ley”), un judío aun hoy piensa específicamente en las instrucciones que Dios dio en los primeros cinco libros de Moisés, pero también, en forma más general, en todo el Antiguo Testamento. La ley moral, la amplificación de ésta en los estatutos y juicios, así como los preceptos ceremoniales, era una parte de esta instrucción. Por causa de esto, podemos pensar aquí que la ley era todo el sistema judaico.

6 Estar bajo la ley significa estar bajo su jurisdicción
Estar bajo la ley significa estar bajo su jurisdicción. La ley revela las faltas de una persona y su culpa ante Dios. Sin embargo, la ley no puede eliminar dicha culpa; lo que puede hacer es conducir al pecador a buscar un remedio para ella.

7 Al aplicar el libro de Romanos a nuestros días, pensamos
en la ley específicamente en términos de la ley moral. Esta ley no puede salvarnos más de lo que podía salvar el sistema del judaísmo a los judíos. Salvar a un pecador no es la función de la ley moral. Su función es revelar el carácter de Dios y mostrar a la gente dónde falla en reflejar ese carácter.

8 Cualquiera que fuera la ley
–moral, ceremonial, civil o todas combinadas–, el guardar alguna de ellas o todas no hacía que un hombre fuera justo a la vista de Dios. De hecho, la ley nunca tuvo la intención de hacer eso. Por el contrario, la ley señala nuestras fallas y nos conduce a Cristo. La ley no puede salvarnos, así como los síntomas de una enfermedad no pueden curarla. Los síntomas no curan: señalan la necesidad de una cura. Así funciona la ley.

9 “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” Romanos, 3: 21-23

10 DOS CLASES DE JUSTICIA Esa nueva justicia contrasta con la justicia de la ley, que era la justicia con la cual los judíos estaban familiarizados. La nueva justicia es llamada “la justicia de Dios”; es decir, una justicia que viene de Dios, una justicia que Dios provee y la única que él acepta como la verdadera justicia. Esta es, por supuesto, la justicia que Jesús produjo en su vida mientras estuvo en carne humana, una justicia que él ofrece a todos los que la acepten por fe, que la reclamen como de ellos, no porque la merezcan, sino porque la necesitan.

11 La ley nos enseña que todos somos pecadores y estamos destituidos de la gloria de Dios.
Además, en el Antiguo Testamento Dios ya había manifestado la forma en que Él nos iba a salvar. No obstante, hasta que no vino Jesús no pudimos comprender plenamente esta salvación. Aunque todos somos pecadores, todos podemos ser salvos por medio de la fe en Jesús.

12 Solo los justos, los que obedecen perfectamente la ley, pueden ser aceptados por la justicia de Dios
Ninguno de nosotros somos justos, ni podemos llegar a serlo RECHAZADO: El pecador no cumple la justicia exigida por Dios (obediencia a la ley) El pecador se presenta ante Dios con su propia “justicia” Jesús se presenta ante Dios con su justicia El pecador acepta por fe a Jesús PECADOR DIOS JESÚS ACEPTADO: La justicia de Jesús es aceptada en lugar de la del pecador Jesús vivió una vida justa. Esta vida justa es aceptada por Dios. Cuando el pecador acepta por fe el sacrificio de Jesús, Dios acepta la vida justa de Jesús en lugar de la del pecador, y éste es declarado justo.

13 “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”
Romanos, 3: 24 Somos justificados cuando somos declarados justos por Dios. El medio que Dios ha dispuesto para declararnos justos es la redención a través de la muerte de Jesús. Esta declaración de justicia no tiene nada que ver con algo que nosotros podamos hacer; no la merecemos. Nos es dada sólo por gracia, como un favor por parte de Dios.

14 “A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe” Romanos, 3: 25-27

15 PROPICIACIÓN El propiciatorio (la tapa del arca) se interponía entre la manifestación de Dios entre los querubines y la ley. Así, Jesús se interpone entre el pecador y Dios para que se cumpla la justicia divina y el pecador sea aceptado por su fe en Jesús. Dios es justo y ésta es la única solución para cumplir la justicia divina que demanda la ley y, además, aceptar al pecador.

16 “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley”
Romanos, 3: 28 Las obras no tienen nada que ver con la justificación, porque nada podemos hacer para ser justificados. La justificación se recibe sólo por la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo. ¿La justificación por la fe nos exime de guardar la ley? De ninguna manera, porque el que ha sido perdonado ¿cómo seguirá pecando (porque el pecado es transgresión de la ley)?

17 EJEMPLO PRÁCTICO La ley de tráfico dice que, cuando un semáforo está en rojo, los vehículos deben parar. Te has saltado un semáforo en rojo y golpeas a otro coche. Además de pagar los desperfectos, recibirás una multa por transgredir la ley de tráfico. Escribes una carta al Director de Tráfico aceptando tu error y pidiendo que se te perdone la multa. Pasado el tiempo, no recibes la multa. Te enteras de que alguien ha destruido tu multa, como si nunca hubieras transgredido la ley. De esta forma, la Ley de Dios nos indica lo que debemos y no debemos hacer para nuestro propio beneficio y el de los demás. Cuando la transgredimos, sufrimos las consecuencias. Cuando nos aferramos a Jesús por fe y le pedimos perdón, nuestros pecados son eliminados por su gracia, de tal forma que ante Dios estamos como si nunca hubiésemos pecado. Este perdón no nos exime para saltarnos los semáforos en rojo de aquí en adelante, sino que tenemos que seguir respetando la ley, tanto la de tráfico como la divina.

18 “La justicia es la obediencia a la ley
“La justicia es la obediencia a la ley. La ley demanda justicia y, ante la ley, el pecador debe ser justo. Pero es incapaz de serlo. La única forma en que puede obtener la justicia es mediante la fe. Por fe puede presentar a Dios los méritos de Cristo, y el Señor coloca la obediencia de su Hijo en la cuenta del pecador. La justicia de Cristo es aceptada en lugar del fracaso del hombre, y Dios recibe, perdona y justifica al alma creyente y arrepentida, la trata como si fuera justa, y la ama como ama a su Hijo” E.G.W. (Mensajes selectos, tomo 1, p. 430)

19 Las lecciones que con mucho aprecio les enviamos, son preparadas originalmente por los esposos Sergio y Eunice Fustero y su equipo de colaboradores. Los Campos de Bienestar Familiar Internacional, solo revisamos, adaptamos y distribuimos, gratuitamente. De ahora en adelante, los esposos Fustero y Campos nos hemos unido para proporcionar a ustedes estas lecciones con las que esperamos poner en vuestras manos un material que usado sabia y sanamente, contribuirá a la predicación de un evangelio lleno de gracia y amor, mediante la participación inmaculada y sacrificada de nuestro Señor y Redentor, Jesucristo. Los Campos Bienestar Familiar Internacional

20 Correos electrónicos:
BIENESTAR FAMILIAR INTERNACIONAL 5356 Greystone Dr. Spring Hill, FL USA (352) 200 – 7670 Oficina (301) 379 – 1214 Adly cel. (301) 346 – 4019 José cel. Correos electrónicos: Adly - José – Sergio y Eunice Fustero, nuestros colaboradores: Bienestar Familiar Internacional NO ES un “Ministerio independiente”, ES un “Ministerio Laico” de apoyo al Ministerio Denominacional. José Luis y Adly Campos Pastor y Evangelista ESTE SERVICIO ES GRATUITO Y PUEDE USARLO PARA HACER OBRA MISIONERA


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