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El Padre Marcelo cuenta. CRISTIANOS A LA ESPERA DE UN MILAGRO.

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Presentación del tema: "El Padre Marcelo cuenta. CRISTIANOS A LA ESPERA DE UN MILAGRO."— Transcripción de la presentación:

1 El Padre Marcelo cuenta. CRISTIANOS A LA ESPERA DE UN MILAGRO

2 Los milagros Son muchos los que siempre están esperando un milagro como la solución a sus problemas. Pero se olvidan que un milagro es la acción natural de Dios para con sus hijos. Además, que cada milagro requiere de unos elementos que no se compran en la farmacia, ni a la vuelta de la esquina.

3 Elementos Fe. Sin ella jamás se podrá ni esperar, ni ver a Dios en los acontecimientos. Oración. Es la forma más sencilla de contactar a Dios y encontrarse en su ambiente Constancia. El que persevera vence. Ir a orar una sola vez llevando en las manos unas flores o una vela no quiere decir que Dios ya está a punto de dar lo que pedimos. Fe. Sin ella jamás se podrá ni esperar, ni ver a Dios en los acontecimientos. Oración. Es la forma más sencilla de contactar a Dios y encontrarse en su ambiente Constancia. El que persevera vence. Ir a orar una sola vez llevando en las manos unas flores o una vela no quiere decir que Dios ya está a punto de dar lo que pedimos.

4 ¿Qué buscas? … Un hombre, muy creyente, recorrió muchos caminos buscando al sacerdote que tenía muy buena fama de santo y que hacía milagros. Fue preguntando a todos. ¿Qué milagros han visto del sacerdote? La gente respondía: hay milagros de milagros. Pues, del lugar de donde vienes se considera un milagro el que Dios haga la voluntad de alguien. Entre nosotros se considera un milagro el que alguien haga la voluntad de Dios. Un hombre, muy creyente, recorrió muchos caminos buscando al sacerdote que tenía muy buena fama de santo y que hacía milagros. Fue preguntando a todos. ¿Qué milagros han visto del sacerdote? La gente respondía: hay milagros de milagros. Pues, del lugar de donde vienes se considera un milagro el que Dios haga la voluntad de alguien. Entre nosotros se considera un milagro el que alguien haga la voluntad de Dios.

5 Es muy parecido a … A aquel hombre que buscaba afanosamente a Dios y le decía todos los días: ¡Señor te quiero ver! Y los días transcurrían y Dios no se aparecía. Pero … Una mañana gritó: ¿Quiero ver a Dios? Y de inmediato salió el sol y el hombre exclamó: ¡que calor! ¡otro día de sudor! A media mañana volvió a increpar a Dios: ¿Dónde estás? Y en el ambiente cayó una suave brisa. Y el hombre exclamó: ¡Que fastidio otra vez lloviendo! A media día gritó más fuerte: ¿Aparece Dios? Y a lo lejos salió el arco iris de encendidos colores. Y el hombre dijo: ¡no lo puedo mirar me quita la buena suerte! Por la tarde, cansado de tanto esperar a Dios. Dijo decepcionado: ¡No existe Dios! Y una mariposa empezó ha revoletear por su cabeza y al dar golpes con su mano la mató. (anónimo) A aquel hombre que buscaba afanosamente a Dios y le decía todos los días: ¡Señor te quiero ver! Y los días transcurrían y Dios no se aparecía. Pero … Una mañana gritó: ¿Quiero ver a Dios? Y de inmediato salió el sol y el hombre exclamó: ¡que calor! ¡otro día de sudor! A media mañana volvió a increpar a Dios: ¿Dónde estás? Y en el ambiente cayó una suave brisa. Y el hombre exclamó: ¡Que fastidio otra vez lloviendo! A media día gritó más fuerte: ¿Aparece Dios? Y a lo lejos salió el arco iris de encendidos colores. Y el hombre dijo: ¡no lo puedo mirar me quita la buena suerte! Por la tarde, cansado de tanto esperar a Dios. Dijo decepcionado: ¡No existe Dios! Y una mariposa empezó ha revoletear por su cabeza y al dar golpes con su mano la mató. (anónimo)

6 A todos nos ha pasado … Buscamos y buscamos a Dios y decimos que no lo encontramos. Primero, porque no lo buscamos de corazón. Sino que es simple curiosidad o necesidad de un momento. Segundo, porque vivimos tan de prisa y tan llenos de cosas que no descubrimos en el ambiente, en nuestras vidas su presencia. Buscamos y buscamos a Dios y decimos que no lo encontramos. Primero, porque no lo buscamos de corazón. Sino que es simple curiosidad o necesidad de un momento. Segundo, porque vivimos tan de prisa y tan llenos de cosas que no descubrimos en el ambiente, en nuestras vidas su presencia.

7 Nuevo Testamento … “Jesús entró en cafarnaún y un centurión romano se le acercó y le suplicó: Mi criado está enfermo. Jesús le respondió: Yo iré a curarlo. El centurión le replicó: Señor, no soy digno de que entres en mi casa. Basta que pronuncies una palabra y mi criado quedará sano. Jesús admirado dijo: Una fe semejante no la he encontrado en ningún israelita. Y Jesús agregó: Ve y que suceda como has creído. Y en aquel instante el criado quedó curado” (Mateo 8,5-13) “La palabra se hizo hombre y acampó entre nosotros. Contemplamos su gloria, gloria como de Hijo único del Padre, lleno de lealtad y fidelidad” (Juan 1,14) “Jesús entró en cafarnaún y un centurión romano se le acercó y le suplicó: Mi criado está enfermo. Jesús le respondió: Yo iré a curarlo. El centurión le replicó: Señor, no soy digno de que entres en mi casa. Basta que pronuncies una palabra y mi criado quedará sano. Jesús admirado dijo: Una fe semejante no la he encontrado en ningún israelita. Y Jesús agregó: Ve y que suceda como has creído. Y en aquel instante el criado quedó curado” (Mateo 8,5-13) “La palabra se hizo hombre y acampó entre nosotros. Contemplamos su gloria, gloria como de Hijo único del Padre, lleno de lealtad y fidelidad” (Juan 1,14)

8 Todo queremos … El Profeta exigía la presencia de Yahvé y vino un fuerte viento, un nubarrón, una tempestad … y allí no estaba Yahvé. De pronto una suave brisa y al salir a recibirla era Dios quien venía de visita. Al final de cuentas, pedimos sin saber lo que pedimos y cuando tenemos en las manos lo pedido, no sabemos que hacer con lo que nos regaló Dios. Padre Marcelo El Profeta exigía la presencia de Yahvé y vino un fuerte viento, un nubarrón, una tempestad … y allí no estaba Yahvé. De pronto una suave brisa y al salir a recibirla era Dios quien venía de visita. Al final de cuentas, pedimos sin saber lo que pedimos y cuando tenemos en las manos lo pedido, no sabemos que hacer con lo que nos regaló Dios. Padre Marcelo


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