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Mc 6, 30-34 AMBIENTACIÓN: I. LECTIO ¿Qué dice el texto? – Mc 6, 30-34.

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2 Mc 6, 30-34

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4 AMBIENTACIÓN:

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7 I. LECTIO ¿Qué dice el texto? – Mc 6, 30-34

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10 32 Se fueron en la barca a un sitio tranquilo y apartado.

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14 Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención S a n M a r c o s 6, 3 0 - 3 4 E n a q u e l t i e m p o, l o s a p ó s t o l e s v o l v i e r o n a r e u n i r s e c o n J e s ú s y l e c o n t a r o n t o d o l o q u e h a b í a n h e c h o y e n s e ñ a d o. É l l e s d i j o : “ V e n g a n u s t e d e s s o l o s a u n s i t i o t r a n q u i l o a d e s c a n s a r u n p o c o ”. P o r q u e e r a n t a n t o s l o s q u e i b a n y v e n í a n, q u e n o e n c o n t r a b a n t i e m p o n i p a r a c o m e r. S e f u e r o n e n l a b a r c a a u n s i t i o t r a n q u i l o y a p a r t a d o. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todos los pueblos fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y sintió compasión de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

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18 ¿Qué hace Jesús al darse cuenta de que hay gente que busca y necesita algo?

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20 ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto? II. MEDITATIO

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23 ¿Tengo los mismos sentimientos que tenía Jesús por la gente?

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26 ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

27 Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante:la alabanza, la acción de gracias o la súplica confiada.

28 Salmo 22 Salmo 22 El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. El Señor es mi pastor,nada me falta.

29 Me guía por el sendero justo por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan Me guía por el sendero justo por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan El Señor es mi pastor, nada me falta. El Señor es mi pastor, nada me falta.

30 Pr eparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. Pr eparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. El Señor es mi pastor, nada me falta. El Señor es mi pastor, nada me falta.

31 IV. CONTEMPLATIO ¿Qué me lleva a hacer el texto? “Pidámosle, pues, a Dios, hermanos míos, que nos dé este espíritu de compasión y de misericordia, que nos llene de él, que nos lo conserve, de forma que quienes vean a un misionero puedan decir: "He aquí un hombre lleno de misericordia". El Papa Francisco enumeró, algunos “cansancios” como el cansancio de la gente, de las multitudes, el de Jesús, un cansancio bueno, cansancio lleno de frutos y de alegría; también se da lo que podemos llamar, dijo el Papa, el cansancio de los enemigos, porque no sólo se trata de hacer el bien, con toda la fatiga que conlleva, sino que hay que defender al rebaño y defenderse uno mismo contra el mal; y por último, está también el cansancio de uno mismo, dijo Francisco, quizás el más peligroso. Porque los otros dos provienen de estar expuestos, de salir de nosotros mismos a ungir y a pelear. Este cansancio, en cambio, es más auto-referencial; es la desilusión de uno mismo. Se trata del cansancio que da el «querer y no querer», el haberse jugado todo y después añorar los ajos y las cebollas de Egipto. A este cansancio, me gusta llamarlo dijo el Pontífice, “coquetear con la mundanidad espiritual”.

32 El otro camino es el de los maestros, el de los predicadores de aquel tiempo: los doctores de la ley, los escribas, los fariseos… Alejados del pueblo, hablaban… bien: hablaban bien. Enseñaban la ley, bien. Pero alejados. Y ésta no era una visita del Señor: era otra cosa. El pueblo no sentía esto como una gracia, porque faltaba la cercanía, faltaba la compasión, es decir, padecer con el pueblo. En la historia hubo tantos buenos predicadores, pero si no fueron capaces de sembrar esperanza, esa prédica no sirve. Es vanidad.

33 Compromisos :

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