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El clima social en Huelva. Enero, 2013 Estudio cualitativo, a partir de los discursos de seis grupos de observadores de la realidad social de la provincia.

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1 El clima social en Huelva. Enero, 2013 Estudio cualitativo, a partir de los discursos de seis grupos de observadores de la realidad social de la provincia. Observadores: 32 del ámbito de la cultura: escritura, pintura, fotografía, escultura, música, gestión cultural, librería… 8 de medios de comunicación: prensa, radio, publicidad… 25 de la esfera política: cargos públicos (alcaldes, concejales, asesores…), partidos (PSOE, PP, IU, PA, 15M), sindicatos. 43 de la economía: instituciones económicas (FOE, Cámara de Comercio, bancos), empresarios, economistas… 51 de la salud material, espiritual y social: sanidad, religión, ONGs… 95 de la universidad (todas las áreas de conocimiento) (Respondieron 87 de los observadores entre los días 14 y 19 de enero) Se formuló una sola cuestión: ¿La gente habla de algo o de alguien bien? Expón libremente lo que consideres que merece la pena destacar como algo positivo que haya sucedido durante este último mes y lo que esperas que va a suceder en los próximos meses. Razónalo brevemente. La realidad social tiene varios planos o niveles. Por lo tanto se debe analizar desde diferentes perspectivas y con distintos métodos y técnicas (Pluralismo metodológico). En este caso, utilizamos una técnica cualitativa que nos permite complementar los datos cuantitativos del estudio anterior, dándole mayor profundidad. Comenzando con un análisis de contenido, en el que se miden tanto las ocurrencias (frecuencia de cada palabra) como las co-ocurrencias (veces que dos o más palabras coinciden), desembocamos en la aplicación de la Teoría Fundamentada (Grounded Theory), método inductivo de investigación, que no parte de teorías previas, sino de los propios datos, en este caso de los discursos.

2 En el gráfico que ilustra esta página aparecen las palabras claves del discurso que produce la totalidad de los observadores que han respondido. SOLIDARIDAD no es la palabra que obtiene el mayor número de ocurrencias, pero se convierte en el eje principal del discurso, a pesar de que la palabra CRISIS aparece más veces. Esto sucede porque SOLIDARIDAD registra co-ocurrencias con casi la totalidad de las palabras claves, como puedes observar si haces clic en el gráfico. Aparecen unas líneas, con distintos niveles de intensidad entre esta palabra y las restantes, que indican una mayor relación entre ellas. Así, la solidaridad se manifiesta aportando alimentos o cooperando con las diferentes campañas programadas por las ONGs, ante la grave situación de crisis económica, que genera un fuerte crecimiento del paro, y para la que no son capaces de establecer adecuadas medidas los políticos. Ese “río de solidaridad” ha brotado en la sociedad, pero encuentra su principal manifestación en la familia y en el ámbito personal, más que en público.

3 Cambio de valores en una sociedad en crisis; el lado bueno de las cosas. Es sabido que los chinos utilizan dos pinceladas para escribir la palabra crisis 危机. Una pincelada significa “peligro” 危, la otra “oportunidad” 机. Los observadores consideran positivamente a la misma crisis precisamente por la oportunidad que ha supuesto de cambio de actitudes, rescatando valores ocultos en los tiempos de bonanza. Se le da más valor a las pequeñas cosas cotidianas, a las relaciones familiares y sociales, al propio trabajo, como bien escaso. Se cambian hábitos de consumo, que se hace más responsable y respetuoso con el medio ambiente. Se llega a valorar positivamente que salgan a la luz pública las “fechorías” de los políticos, para que se tome conciencia de la importancia de la honestidad en los gestores de la “cosa pública”. Nuestros observadores resaltan “el lado bueno de las cosas”. Dos coincidencias: 1ª Una película con ese nombre concurre con 8 nominaciones a los premios Oscar, del próximo 14 de marzo. 2ª Hoy mismo sale a la luz un nuevo periódico digital con la cabecera “Huelva, buenas noticias”.

4 Los observadores del ámbito de la cultura (escritores, pintores, escultores, fotógrafos, músicos, gestores culturales…) producen el discurso más pesimista tanto de la situación actual como de las perspectivas de futuro. “No sólo no se ha producido nada positivo, sino que todo va a empeorar; puede haber más tensiones”. Ciertamente la cultura suele ser la actividad a la que más tarde se atiende después de una crisis económica: “primum vivere, deinde philosophari” que atribuyen a Hobbes. Por eso no es extraño que los observadores recurran a los tópicos refraneros (“no hay mal que cien años dure” o “Dios aprieta pero no ahoga”) para referirse a los aspectos positivos que observan a su alrededor, cuando no se decantan directamente por aspectos completamente negativos, aunque expresados con bellas palabras: “el panorama es desolador”. Frente al cansancio de la gente con los políticos y a la desconfianza en las “jerarquías económicas”, se contempla la economía sumergida como una válvula de escape y no se pierde la esperanza en que después de la tormenta venga la calma. Valoran débilmente una cierta mejoría en la macroeconomía, “aunque sin tirar cohetes”, con una bajada de la prima de riesgo que está evitando el temido rescate. Pero si se puede hablar realmente de algo que consideren positivo, hay que limitarlo a las relaciones familiares, vecinales y de amistades, que hacen la vida más llevadera, así como al florecimiento de la solidaridad y la esperanza en un mañana mejor. análisis por sectores

5 Discurso optimista, centrado principalmente en lo económico, es el de los observadores vinculados a los medios de comunicación. Independientemente de que, a nivel personal, les vayan bien las cosas porque sus empresas logren mantenerse en estos tiempos que corren, observan un sensible cambio de tendencia, con ciertos matices e intensidades. Así, encontramos el discurso más triunfalista, de quien manifiesta que hay indicadores macroeconómicos que indican que los durísimos ajustes están dando algunos resultados, con la reducción de la prima de riesgo y del déficit como principales señales. Bajando el tono, otros observadores consideran bastante positivo el mero hecho de que haya finalizado el año 2012, lo que supone que estamos más cerca de la salida de la crisis, aunque no podamos sentir esa mejoría hasta el verano, cuando los bancos empiecen a ceder créditos y los empresarios a ofertar trabajo, lo que va a repercutir en la activación del consumo. Otro cree que “la cosa está cambiando para bien” porque si le hablas a la gente haciéndole propuestas en positivo y animándolos a compartir iniciativas que supongan confiar en el futuro, participan. De menor intensidad es el optimismo de quien no espera cambios a corto plazo en los recortes y el desempleo, pero valora el esfuerzo de muchas personas para hacer felices a sus allegados con un regalo de Reyes y celebra que próximamente se abra una nueva edición del Festival Internacional de Fotografía LATITUDES, a pesar de no disponer del respaldo económico necesario. análisis por sectores

6 Los observadores vinculados a la actividad política aparecen, como era de esperar, claramente divididos. Una visión netamente positiva de quien valora la reducción del desempleo y el superávit de la balanza comercial, aunque reconociendo que son datos coyunturales, que se complementa con la de quien se fija en la “inesperada subida de la bolsa y la bajada de la prima de riesgo”, esperando una mejoría de la situación a medio plazo, aunque pueda subir el paro un poco más, y la llegada de nuevos capitales que aumentará la liquidez del sistema y, así, la actividad económica en general. En una posición totalmente opuesta, quienes manifiestan que llevan dos días pensando y no encuentran nada positivo, salvo que se sobrevive. Y es que “estamos sumidos en una profunda crisis, no sólo económica sino también social, que está desmoronando muchos de los pilares de la sociedad occidental (familia, estado, educación, justicia, etc.)” Pero, al menos, mantiene un fino hilo de esperanza en que todo cambiará a mejor, distinto a lo vivido, pero mejor. Esta pésima situación de desamparo de la sociedad tiene, sin embargo, consecuencias positivas: el fortalecimiento de los lazos familiares, que se haya creado una conciencia social sobre el problema de los desahucios y la participación en las campañas organizadas por las ONGs. análisis por sectores

7 Los empresarios y demás agentes económicos, que han expresado sus observaciones, se posicionan en unos términos moderadamente optimistas, a pesar de que constatan problemas en las altas esferas del poder (monarquía, independentismo catalán…) y un deterioro de la economía de las familias que antes tenían la vida resuelta y ahora buscan en los contenedores. Ese moderado optimismo lo basan principalmente en el control de la prima de riesgo, aunque alguien lo ve como un espejismo, y en la mejora de las exportaciones que alienta la esperanza en que se ralentice la destrucción del empleo. De todas formas constatan que no importa lo que pueda venir, sino cómo lo encajemos y afrontemos, apuntando a que ya es hora de levantarse, porque hemos tocado fondo. En un plano más cercano, lo mejor que ha sucedido se circunscribe al ámbito familiar y de amistades, al ambiente navideño, a algo tan sencillo como que “abro mi negocio todas las mañanas, de momento” y, por supuesto, a la corriente de solidaridad con los más necesitados y al buen hacer de las ONGs en este sentido. En general, se valora más lo que se tiene: la familia, el trabajo, los amigos. Se tiende a pensar que no se puede esperar nada de las instituciones políticas, por lo que nuestro futuro lo vamos a decidir nosotros mismos. análisis por sectores

8 El grupo de observadores de la sanidad, religión y ONGs produce un discurso muy rico en matices, centrado principalmente en la solidaridad. Tienen los pies en el suelo, parten de la dura realidad que ya conocemos, aunque alguien se atreva a decir que “parece que por fin hay brotes verdes”. En el sector sanitario se valora positivamente que hayan aumentado en quince días los contratos eventuales y “las movilizaciones sociales en defensa de la sanidad pública, frente a los planes de privatización del gobierno”. El río de solidaridad que ha brotado puede que se deba al propio ambiente navideño, pero lo cierto es que ha supuesto un despertar de la generosidad de la gente con quienes lo están pasando mal. Se trata de una solidaridad informal – hay quien la define como caótica – de gente anónima y sin intereses ni individuales ni colectivos, que no se limita a aportaciones materiales, sino también a tiempo de voluntariado en diferentes ONGs. Se está creando conciencia ciudadana sobre alternativas para salir de la situación actual de crisis. Se observa un frenazo al consumismo desaforado que había en la sociedad; ahora se consume lo necesario, lo posible, lo racional y hay más tiempo para compartir con la familia y los amigos. Esperan que en los próximos meses sean valores referentes la cooperación, la solidaridad, la creatividad, el comercio justo… análisis por sectores

9 El discurso de los profesores universitarios es reflexivo, crítico y moderadamente positivo, con alta dosis de realismo. Unos constatan que se ha ralentizado el aumento del paro, lo que hace suponer que la crisis ha tocado fondo, aunque va a ser necesario seguir luchando. Alguien atribuye esto a las medidas del gobierno central, mientras que otros se lo conceden a “pequeños proyectos hechos por mucha gente” y a la “creatividad de otras para buscar nuevas formas de ganarse la vida”. También este sector hace un canto a la solidaridad en todos los planos y niveles: el micro, o familiar, “en un doblaje social ante la pérdida de cobertura estatal”, con el apoyo de los abuelos a hijos en paro y a sus nietos, y el macro, de las organizaciones de ayuda a las víctimas de la crisis (ONGs) y de las instituciones oficiales, revisando la normativa de caducidad de los alimentos, por ejemplo. Dos interesantes reflexiones del colectivo: “El confort y la calidad de vida que habíamos alcanzado hace que hoy seamos más conscientes de las necesidades y de su adecuado nivel de satisfacción”, “Todo esto está sirviendo para que el primer mundo conozca cifras de lo que se tira en alimentos”. El futuro se imagina con “gente más comprometida, una juventud que reivindique todo por lo que ha luchado, unos políticos que no se miren el ombligo, reconozcan sus limitaciones y aprendan a cooperar. Si sobrevivimos a esta crisis, tendremos una sociedad más sana y fuerte, capaz de reconstruir la economía”.


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