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LA LITERATURA EN EL BARROCO

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Presentación del tema: "LA LITERATURA EN EL BARROCO"— Transcripción de la presentación:

1 LA LITERATURA EN EL BARROCO

2 EL BARROCO El Barroco se ha considerado como un período cultural que surge como producto de la crisis de la época. Dicha crisis crea un clima de malestar que se refleja en las creaciones de los escritores o de los artistas, en general. Son varias las actitudes que el escritor puede adoptar ante las condiciones de vida que le rodean: La protesta, que se observa claramente en ciertos escritores políticos a través de la sátira y en algunas novelas picarescas. La angustia íntima, que alcanza tonos hondísimos en la lírica, especialmente con Quevedo. La búsqueda de consuelo, por los caminos de la filosofía o de la religión. La evasión, bien refugiándose en la estética pura (Góngora), bien entregándose a formas de diversión (así es gran parte del teatro de la época).

3 CONTEXTO SOCIO-HISTÓRICO
En el siglo XVII, las continuas guerras conducen a nuestro país a una decadencia política y a una depresión económica que presidirán la crisis española durante los reinados de los últimos Austrias: Felipe III, Felipe IV y Carlos II. A partir de Felipe III, la monarquía española irá decayendo. Sin embargo, el Barroco es una época de contrastes y de clarososcuros. Por un lado, el hombre vive con amargura los problemas que le acechan, pero, a la vez, es un tiempo también de fiesta y de bullicio: festejos cortesanos, espectáculos populares, solemnidades religiosas, etc. En contraste con la decadencia política y la crisis económica, el XVII es un siglo de gran riqueza cultural y de especial floración artística en todos los campos: arquitectura, pintura, literatura, etc. Por tanto, el siglo XVII es una época en la que resurgen aspectos ideológicos y culturales ligados a la Edad Media. La exaltación optimista de todo lo humano y el vitalismo del siglo anterior se sustituyen ahora en buena parte por una actitud pesimista ante la realidad y ante la vida. Surge una nueva visión del mundo más angustiosa y desolada, acorde con la realidad histórica y social de la España del siglo XVII. El aspecto económico es posiblemente uno de los factores más decisivos y relevantes en la crisis del siglo XVII. El país no supo aprovechar para su desarrollo y modernización las muchas riquezas que llegaban de América. Todo lo contrario: el mal gobierno de los reyes y sus respectivos validos o privados; la nefasta política fiscal y monetaria; el aumento de la inflación; la corrupción; la tensa situación social; el desprecio del trabajo manual, considerado como ejercicio infame y vil por la nobleza; las frecuentes malas cosechas; la expulsión de los moriscos, que se dedicaban a la agricultura y a la artesanía, y las continuas guerras, entre otros aspectos, fueron las causas principales de una galopante depresión o crisis económica, de la decadencia del país y de la crisis social, aumentando así la despoblación y la pobreza.

4 DIFERENCIAS ENTRE RENACIMIENTO Y BARROCO
CARACTERÍSTICAS DIFERENCIAS ENTRE RENACIMIENTO Y BARROCO RENACIMIENTO BARROCO Momento político-social Ascenso y crecimiento del imperio Decadencia política y económica Estado anímico y social Predomina la ilusión Predomina el escepticismo Movimiento religioso La reforma y el erasmismo La Contrarreforma Ideal estético Equilibrio de forma y contenido Deformación formal o conceptual Temas literarios La belleza Es armonía Es artificio, complejidad El amor Es el tema central de la poesía Es un tema más (muerte, dolor,...) La naturaleza Es bella y está idealizada Es deforme y, a veces, horrible Las estaciones La primavera y el verano El otoño y el invierno La existencia Temas en torno a la vida Temas en torno a la muerte Época de la vida Predomina la juventud Predomina la vejez Mujer Es símbolo de perfección Es imperfecta (excepto en temas bucólicos) Mitología Presencia equilibrada de sus motivos Recurso excesivo en poemas culteranos Paisaje Es idealizado (locus amoenus) Gusto por las ruinas En la literatura y en el arte aparecerán de forma recurrente nuevos temas que reflejan esa actitud vital: - El desencanto en aspectos políticos y sociales. - El desengaño ante las perspectivas humanas, ideológicas y culturales del Renacimiento. - El pesimismo, que solo pueden combatir con resignación. - Obsesión por el paso inexorable del tiempo (tópico del tempus fugit). - La desolación al contemplar las ruinas antiguas y famosas ciudades, símbolo de la fugacidad temporal. - Lo vano de nuestra existencia. - La vida considerada como un sueño. - La idea de la locura del mundo o del “mundo al revés”. El Barroco, junto al Renacimiento, constituye uno de los momentos más brillantes y creativos de toda la historia del arte español, que conocemos como los Siglos de Oro (o Siglo de Oro, ya que los años que abarca constituyen un siglo, 2ª mitad del siglo XVI y 1ª mitad del del siglo XVII). No obstante, como ya se ha indicado anteriormente, no hay una continuidad estética con el Renacimiento. Frente a los ideales del formalismo clasicista de orden, de contención, y de serenidad, las formas artísticas y literarias del Barroco: Conceptismo: busca la agudeza y el ingenio y para ello utiliza el juego y asociaciones de palabras y conceptos, ideas, paradojas, equívocos, ironías, antítesis, hipérboles, etc. Está representado por Francisco de Quevedo, por Baltasar Gracián y por Saavedra Fajardo. Culteranismo: tiende a la belleza formal y a la brillantez colorista y sensorial. Se caracteriza por una exageración artificiosa de las formas cultas del lenguaje, es decir, cuidada elaboración de la lengua a través de cultismos, imágenes, metáforas, inversiones gramaticales, abundancia de elementos decorativos y sensoriales (color, sonido, etc.). Su máximo representante es Luis de Góngora. Una tercera corriente es el naturalismo exagerado de la picaresca y la literatura satírica. Dentro del Barroco, se suelen establecer dos tendencias: el conceptismo y el culteranismo, aunque hay sin duda obras y autores que no podrían encuadrarse en ninguna de las dos. Una y otra corriente se extienden más allá de la poesía , y llegan al teatro y a la prosa narrativa. Estos dos movimientos poseen rasgos comunes que los alejan del Renacimiento. Distorsionan el equilibrio del siglo anterior. Rompen los moldes o esquemas propios de la estética renacentista. Abandonan la contención, la serenidad, el optimismo vital, y reflejan con frecuencia la visión desengañada del mundo propia de la época. En el arte, esa concepción de la vida se traduce en mayor artificio estético, en exageración, en desproporción y en comicidad grotesca.

5 La prosa barroca: la novela picaresca y la prosa didáctica
En el campo de la novela desaparece la caballeresca (tras el fulminante ataque del Quijote), y decaen la pastoril y la morisca. En cambio, la novela picaresca experimenta un desarrollo significativo, contrapesado por la moda de la novela cortesana, la cual se evade de las dificultades cotidianas y desarrolla intrigas amorosas en ambientes palaciegos y elegantes. Destaca en este tipo de relatos María de Zayas. En cuanto a la prosa didáctica, hay que destacar a Baltasar Gracián y a Saavedra Fajardo. Baltasar Gracián ofreció en sus obras modelos de lo que, según él, podía ser el hombre de su época, el hombre barroco. Destaca El Criticón, una magna alegoría de la vida humana. Saavedra Fajardo, por su parte, aplica su conceptismo sutil a examinar los problemas políticos y proponer sus teorías sobre el príncipe perfecto en su obra, Empresas políticas. La picaresca recoge el ejemplo del Lazarillo de Tormes para reflejar las lacras morales y sociales, iniciando un género que tendrá su auge en le siglo XVII. Narradores como Mateo Alemán con su obra, Vida del pícaro Guzman de Alfarache, y Vicente Espinel con Vida del escudero Marcos de Obregón, junto con obras como El Estebanillo González, de autor anónimo, y El Buscón, de Francisco de Quevedo, consagran definitivamente este género. El Buscón es, sin duda, la mejor obra en prosa de Quevedo y la culminación de la novela picaresca. El autor narra de forma magistral una serie de episodios y desgracias del protagonista, don Pablos, en medio de un mundo con tintes amargos.

6 LA LÍRICA BARROCA Características:
La poesía barroca hereda e intensifica algunos de los rasgos de la lírica renacentista, pero también rompe con muchos moldes clasicistas de la literatura anterior. En el Barroco, la métrica y las estrofas italianas conviven con los versos y las formas líricas castellanas. En cuanto a los temas, estos se diversifican y se acomodan a la nueva concepción de la época: - Poesía amorosa o sentimental, en la que aún perviven la herencia del petrarquismo y sus tópicos e imágenes más tradicionales. Pero tal petrarquismo queda superado y renovado gracias a la fuerza de los grandes poetas, como Lope de Vega o Quevedo. - Poesía de carácter moral y metafísico, en la que se consideran temas como la vida retirada, el paso del tiempo, lo efímero de la belleza; o se reflexiona sobre la propia existencia, el desengaño de este mundo, etc. - Poesía religiosa, movida por la devoción y la piedad que muestran diversos poetas. - Poesía de carácter satírico-burlesco, donde se cuestionan y se parodian tipos y personajes, mitos, vicios, costumbres, etc. Por tanto, los poetas barrocos siguen utilizando el verso endecasílabo y combinaciones métricas como el soneto, la octava real, la silva, etc. El instrumento formal sigue siendo el mismo, pero ahora sirve para plasmar otros contenidos, nuevas ideas y sentimientos. Junto con las formas italianas, abundan también las composiciones cultas escritas según la métrica castellana: quintillas, redondillas, etc., así como una estrofa, cuyo esquema se fija en esa época y que tuvo gran éxito: la décima. Tales estrofas se usan, por ejemplo, para los versos de carácter satírico-burlesco. Asimismo, se revitalizan las formas líricas populares como las letrillas, los romances, los villancicos, ... que son utilizados con frecuencias por autores cultos como Lope de Vega o Góngora.

7 LUIS DE GÓNGORA Luis de Góngora y Argote ( ) nació en Cordoba en el seno de una familia ilustre. Cursa sus estudios en la Universidad de Salamanca y regresa a su ciudad natal, donde desempeña un cargo en la catedral. Hacia los cincuenta años, se ordena sacerdote y, gracias a la protección del duque de Lerma, se traslada a Madrid como capellán de honor del Rey. Cosechó gran fama como poeta, pero también enemistades, especialmente la de Quevedo. Su cargo de capellán en el año 1617, lejos de mejorar su situación, la empeora debido a su afición a los lujos y su pasión por el juego. En 1626 sufre un ataque cerebral del que no se repondrá, y en Córdoba muere en 1627. La Fábula de Polifemo y Galatea está constituida por 63 octavas reales. Inspirándose en las Metamorfosis de Ovidio, cuenta cómo el cíclope Polifemo, enamorado de la ninfa Galatea y celoso del pastor Acis, mata a este arrojándole un enorme peñasco. La ninfa convierte a su amado en río. Las Soledades es el más ambicioso proyecto de Góngora: iban a ser cuatro extensos poemas de exaltación de la naturaleza, pero solo escribió la Soledad primera y parte de la segunda. Utiliza en este caso como estrofa la silva, los versos más elaborados y el lenguaje más exuberante, suntuoso y culterano de toda su producción poética. A diferencia de otros autores, la obra literaria de Góngora es casi exclusivamente poética. Cultiva la poesía tanto en sus formas tradicionales y populares, como en metro culto. Por tanto, su obra la constituyen: Letrillas y romances, los cuales son de gran variedad temática, sin renunciar a la expresividad del lenguaje elaborado y al artificio de su estilo culterano. Sonetos, de perfecta y, a veces, complicada estructura. Se le atribuyen unos doscientos sonetos. Poemas mayores: Fábula de Polifemo y Galatea y Las Soledades

8 FRANCISCO DE QUEVEDO Francisco de Quevedo y Villegas ( ) nace en Madrid. Tras estudiar en Alcalá y Valladolid su vida transcurre vinculada a la corte y a la actividad política, y también es ya conocido por su gran cultura y sus escritos, incluso por sus enfrentamientos con Góngora. Se va a Italia como consejero del duque de Osuna y, cuando este cae en desgracia y muere, lo arrastra, y Quevedo es encarcelado en 1620 y desterrado a la Torre de Juan Abad (Ciudad Real). En sus últimos años, por orden del conde duque de Olivares, y sin que se conozca bien la causa, sufre prisión durante casi cuatro años en la cárcel de San Marcos de León. Poesía moral, en la que adopta también la actitud del moralista barroco que critica, satiriza y fustiga las debilidades humanas (la hipocresía, la ambición, el egoismo...). Quevedo fue conocido no solo como poeta sino también como prosista, tal y como se ha indicado anteriormente. Su obra poética puede clasificarse en: poesía amorosa, metafísica, moral y satírica. Su poesía amorosa está constituida por poemas que se inscriben en los convencionalismos de la lírica amatoria de la época, pero superando todo tipo de tópicos, ya que presenta una doble y contradictoria vertiente: por una parte, el amor como vencedor de la angustia (recordemos su inolvidable soneto: “ Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra”, en el que manifiesta que todo se hundirá en la muerte menos la conciencia del amor: “... polvo serán, más polvo enamorado”); pero, por otra, el amor como ideal inalcanzable, como una frustración más. Poesía metafísica, donde trata temas como la angustia vital, el desengaño, la resignación, la fugacidad de la vida, la presencia de la muerte, etc. Ejemplo de ello son los sonetos: “¡Fue sueño ayer, mañana será tierra!” o “Miré los muros de la patria mía. Poesía satírica, en la que pone de manifiesto su ingenio y su agudeza, su capacidad de crítica, de burla y de deformación grotesca para tratar desde lo serio y trascendente hasta lo más nimio e insignificante. Se pueden citar el soneto dedicado a una nariz, “Érase un hombre a una nariz pegado”, o aquel en el que critica el poder del dinero y el afán por tenerlo, “Madre, yo al oro me humillo”.

9 EL TEATRO BARROCO El siglo XVII es el gran siglo del teatro español por la importancia de sus autores, por la calidad de sus obras y por su repercusión social. Todo ello fue posible gracias al impulso que le dio Lope de Vega, ya que con los principios de la denominada comedia nueva, Lope determinará una serie de rasgos y de características (formales, temáticas,...) que van a configurar y a definir en gran medida la comedia española de este siglo. Los argumentos de las comedias tendían a ser complicados y a desarrollarse con un gran dinamismo y una acción rápida, cargada de intriga novelesca, que servía para mantener viva la atención y la expectación del público. Hay una gran variedad de asuntos o temas, pero por su importancia y su presencia en gran cantidad de comedias, destacan: los temas de carácter popular y nacional, sacados de la tradición, la historia y las leyendas españolas; los temas de amor y de celos; los temas religiosos, tomados de la Biblia, de la vida de santos, etc. No obstante, hay que destacar el tema de la honra, que en el siglo XVII, hace referencia a la buena opinión que los demás tienen de una persona y a la fama que esa persona ha adquirido por su virtud y sus méritos. Al presentar conflictos, no ya de héroes, sino de personas normales, el tema de la honra se fue centrando en la fidelidad conyugal, asunto más cercano a los oyentes. Lope de Vega , en su simpatía por lo popular , extendió ese concepto de honor y honra a los villanos ricos. El ofendido venga las manchas de honor con la muerte del que ofende, excepto si es el rey, al que hay que respetar. Calderón de la Barca asumió y dio forma definitiva a ese concepto del honor, que lo sabe llevar a escena mejor que ningún otro de sus contemporáneos.

10 EL CORRAL DE COMEDIAS En los corrales de comedias se representaban las obras teatrales del siglo XVII, y eran explotados por diferentes hermandades o cofradías, que los arrendaban para obtener algunas ganancias con que atender hospitales y otras obras benéficas. En cuanto a su composición, los antiguos corrales se montaban en los patios de las casas de vecindad. Parte del público se colocaba en balcones y ventanas. Las ventanas del último piso se llamaban desvanes, y las inferiores, aposentos. Debajo de estos, había asientos en semicírculo, las gradas. Delante de las gradas, estaba el patio, descubierto, con algunos bancos. A veces, para proteger del sol, el patio se cubría con un toldo. El primer piso, al fondo, la denominada cazuela, se destinaba a las mujeres, que asistían al espectáculo separadas de los hombres; sin embargo, hombres y mujeres podían estar juntos en los palcos (ventanas y balcones). Había también espectadores de pie, llamados mosqueteros por sus alborotos y por la bulla que metían. Eran ellos los que daban muestras de aprobación o no de la comedia que se representaba. En cuanto a la escenografía, esta era sencilla, apenas había decorado, sobre todo en la época de Lope, aunque después se perfeccionó y mejoró notablemente. La función comenzaba con una loa, cuya finalidad fundamental era la de calmar y apaciguar al público para que pudiera empezar la representación. Entre el primer y el segundo acto de la comedia, se podía representar un breve entremés; y entre el segundo y el tercero, se cantaba a veces una jácara (canción popular). Podía haber también algún baile al finalizar algún acto o al terminar la representación.

11 LA COMEDIA NUEVA: características y personajes
Las características de la comedia nueva las recoge Lope de Vega en su obra Arte nuevo de hacer comedias, introduciendo las siguientes novedades con respecto al teatro anterior: Asimismo, Lope de vega fija un esquema de personajes que, con diferentes variaciones y matices, va a aparecer en gran parte de las comedias representadas a lo largo del siglo XVII: El rey: encarna la autoridad y suele impartir justicia. El caballero noble: suele ser un caballero rico y poderoso que abusa de su poder. El galán enamorado: además de ser joven, noble y apuesto, está dotado de valor, generosidad... La dama: hermosa y de noble linaje en la mayor parte de los casos. El viejo y el padre de la dama ( la madre apenas tiene importancia en el teatro clásico), el marido o el hermano. Velan por el honor y pueden vengar la deshonra de su hija, esposa o hermana. El villano: labrador honrado y cristiano viejo. El gracioso: generalmente es un criado, materialista y charlatán, que se suele caracterizar también por pertenecer a una baja escala social, ser inculto, aficionado a comer y beber, cobarde, fanfarrón y leal a su amo. Las obras de teatro ya no respetan la regla de las tres unidades de lugar, de tiempo y de acción propias del teatro clásico y renacentista (según esta regla, la historia se desarrolla en un solo lugar, como máximo a lo largo de un día o jornada y con una única acción, sin acciones secundarias o paralelas). Frentes a los cinco actos del teatro anterior, la obra se estructura ahora en tres actos o jornadas. Mezcla de lo trágico y lo cómico. Si bien en la preceptiva clásica lo cómico y lo trágico aparecía rigurosamente separado en géneros distintos, ahora pueden mezclarse en una misma obra. Todas las obras se escriben en verso. Se recurre a la polimetría mediante la utilización de estrofas y versos diversos que se adecuan a las diferentes situaciones dramáticas: redondillas para las escenas amorosas, décimas para las quejas, romances para los relatos, etc. El lenguaje se ajusta a la condición de cada uno de los personajes. Es lo que se denomina “decoro poético” Se puede incluir bailes y canciones populares.

12 LOPE DE VEGA En cuanto a su obra poética escribió: Poesía lírica popular (serranas, villancicos, etc.); Romances (los primeros tratan sobre sus amores de sus años mozos; los romances posteriores son de gran perfección formal y poética); Poesía lírica culta, donde muestra su magistral dominio del soneto. La primera colección de sonetos aparece publicada en sus Rimas humanas; los sonetos de carácter de religioso se publican en sus Rimas sacras y los de carácter humorístico, satírico y burlesco en Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos. Poesía épica, donde aborda gran variedad de temas (históricos, novelescos o religiosos). Destaca La Gatomaquia. Las características de su teatro son las señaladas en el apartado referido a la comedia nueva, ya que fue el propio Lope de Vega el que las estableció en su Arte nuevo de hacer comedias (obra en verso). En cuanto a los temas, además de los ya mencionados (el amor, el honor o los ideales religiosos y monárquicos), en el fondo de sus comedias se observa una defensa de la corona y de la sociedad nobiliaria apoyada en un mundo rural honesto y honrado. A pesar de que su teatro carece de profundidad ideológica, al modo del drama calderoniano, o de carecterización psicológica de los personajes, como en las obras deTirso de Molina, supo mejor que ningún otro dramaturgo de su tiempo acercarse al sentir popular y llegar al pueblo. Félix Lope de Vega Carpio ( ) nace en Madrid. Fue escritor y soldado, y su vida está llena de lances amorosos y sentimentales que le acarrearon no pocos problames y desengaños, que le sirvieron de asunto y tema para diversas composiciones poéticas. A los cincuenta y dos años, y tras una serie de sucesos familiares (muerte de su segunda mujer y de su hijo Carlos Félix) decide ordenarse sacerdote, lo cual no le impide volverse a enamorar. Lope de Vega ha sido considerado como el creador e impulsor del teatro nacional del siglo XVII. Aunque es conocido sobre todo como dramaturgo, también escribió poesía y obras en prosa. Aunque con menos fortuna que el teatro y la poesía, Lope de Vega cultivó también la novela: novela pastoril: La Arcadia; novela bizantina: El peregrino en su patria; novelas cortas al estilo cervantino: Novelas a Marcia Leonarda. En cuanto a su obra dramática, esta se puede clasificar en : Comedias de historia y leyenda españolas: Fuenteovejuna, El caballero de Olmedo, Peribáñez y el comendador de Ocaña, y El mejor alcalde, el rey. Comedias de asunto extranjero: El castigo sin venganza. Comedias de enredo y de capa y de espada: El perro del hortelano, La dama boba, o La discreta enamorada.

13 TIRSO DE MOLINA: El burlador de Sevilla
Gabriel Téllez, conocido como Tirso de Molina ( ) fue conocido ante todo como dramaturgo, es decir, autor de teatro; no obstante, escribió algunas obras en prosa como Los cigarrales de Toledo, obra en la que reflexiona sobre la comedia y defiende a Lope de Vega, con cuyas ideas dramáticas promulgaba. Su obra dramática se podría clasificar del siguiente modo: Obras menores: La prudencia en la mujer; Don Gil de las calzas verdes; Marta la piadosa. Obras mayores: El condenado por desconfiado y El burlador de Sevilla. En las dos obras mayores Tirso se plantea el tema de la salvación y de la gracia divina. Si en El condenado por desconfiado se ejemplifica que sin la fe no hay salvación, en El burlador de Sevilla se muestra que la fe sin obras es inútil. Con esta última obra Tirso inicia con su personaje libertino y amador uno de los mitos más importantes de la literatura universal: el mito de don Juan.

14 CALDERÓN DE LA BARCA En cuanto a las características de sus comedias:
La estructura de las obras de Calderón es mucho más reflexiva, profunda y lograda que la de las obras de Lope de Vega. Sus comedias tienen también un mayor fondo intelectual e ideológico, hasta el punto de que, a veces, la idea domina sobre los hechos, sobre la propia acción dramática. Respecto al lenguaje, el de Calderón es mucho más elaborado y barroco que el de Lope. Asimismo se distingue por la fuerza de sus personajes. Algunos adquieren un verdadero valor universal por representar la firmeza de un carácter humano (Pedro Crespo, en El alcalde de Zalamea) o un símbolo (Segismundo simboliza la libertad en La vida es sueño). Pedro Calderón de la Barca ( ) nació en Madrid. Cursó estudios en las universidades de Alcalá y de Salamanca, donde empieza a adquirir su formación teológica. Se dedicó fundamentalmente al estudio y a la creación teatral. Felipe IV lo nombró dramaturgo oficial de la corte, por lo que pudo estrenar y representar en palacio con grandes medios escenográficos. Se ordenó sacerdote a los cincuenta y un años y llegó a ser capellán de honor del Rey. La producción dramática de Calderón de la Barca supera las cien obras. A ese número hay que añadir los autos sacramentales y los dramas litúrgicos y religiosos. La obra dramática de Calderón de la Barca podría clasificarse según la temática: De historia y leyenda españolas: El alcalde de Zalamea. De enredo, de capa y espada: Casa con dos puertas, mala es de guardar; La dama duende. De asunto filosófico: La vida es sueño. De honor y de celos: El médico de su honra. De asuntos mitológicos o religiosos: Andrómeda y Perseo. Autos sacramentales: destaca El gran teatro del mundo. Las obras calderonianas están dotadas siempre de una extraordinaria fuerza dramática y de un profundo sentido moral. En la mayoría de ellas, tienen cabida tres de los sentimientos más importantes de la España del siglo XVII.: el religioso, el monárquico y el del honor, que Calderón sabe llevar a escena mejor que ningún otro de sus contemporáneos.

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