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Ciclo C Domingo XI del Tiempo Ordinario «Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.»

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Presentación del tema: "Ciclo C Domingo XI del Tiempo Ordinario «Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.»"— Transcripción de la presentación:

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2 Ciclo C Domingo XI del Tiempo Ordinario «Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.»

3 Santos del Día Nuestra Señora del Carmen. Beata Aimée de Jesús de Gordon y compañeras. Francia ( †1794 ) Mártir, Religiosa San Antíoco de Anastasiópolis. Anastasiópolis, Turquía Mártir San Atenógenes. Sebaste, Armenia ( †305 ) Mártir, Sacerdote Beato Bartolomé de los Mártires Fernandes. Portugal ( †1590 ) Obispo San Helerio de Jersey. Reino Unido Ermitaño, Mártir Beata Irmengardis de Frauenwörth. Alemania ( †866 ) Abadesa Santa María Magdalena Postel. Francia ( †1846 ) Fundadora, Religiosa Beato Nicolás Savouret. Francia ( †1794 ) Mártir, Franciscano Beato Simón da Costa. Francia ( †1570 ) Mártir, Jesuita San Sisenando de Córdoba. España ( †651 ) Diácono, Mártir Santa Teresa Zhang Hezhi y dos hijos. China ( †1900 )

4 Nació en Barfleur, en la Normandía francesa. A los nueve años tomó la Primera Comunión; pocos años después murieron sus padres. Estudió en la abadía benedictina de Valognes, la cual abandonó para dedicarse a la educación y formación cristiana de mujeres sin recursos. A los dieciocho años fundó su primera escuela. Al estallar la Revolución y ser disueltas las órdenes religiosas, le fue encomendada la misión de custodiar y administrar el Pan Eucarístico y guardar los vasos y ornamentos sagrados. Durante más de diez años dio asilo a sacerdotes perseguidos y continuó en la clandestinidad su labor catequística; por ello, debido a su caridad y por los dones especiales que en ella radicaban, fue nombrada «la Virgen sacerdote». Santa María Magdalena Postel 1756 † 1846 Ruega por nosotros En 1798 ingresó como terciaria franciscana. En 1807 fundó en Cherburgo el Instituto de las Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia, de regla severa y vida muy austera. En este lugar murió. Durante su fecunda vida fundó más de treinta y siete conventos e iglesias.

5 Ven Espíritu Santo, revísteme de humildad para recibir dignamente la Palabra de Dios, y hazme dócil a sus divinas enseñanzas. Ven y concédeme los dones necesarios para que se cumpla en mí Su voluntad. † En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

6 7 Entonces Natán dijo a David: «¡Ese hombre eres tú! Así habla el Señor, el Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel y te libré de las manos de Saúl; 8 te entregué la casa de tu señor y puse a sus mujeres en tus brazos; te di la casa de Israel y de Judá, y por si esto fuera poco, añadiría otro tanto y aún más. 9 ¿Por qué entonces has despreciado la palabra del Señor, haciendo lo que es malo a sus ojos? ¡Tú has matado al filo de la espada a Urías, el hitita! Has tomado por esposa a su mujer, y a él lo has hecho morir bajo la espada de los amonitas. 10 Por eso, la espada nunca más se apartará de tu casa, ya que me has despreciado y has tomado por esposa a la mujer de Urías, el hitita. 13 David dijo a Natán: «¡He pecado contra el Señor!». Natán le respondió: «El Señor, por su parte, ha borrado tu pecado: no morirás». Palabra de DiosTe alabamos Señor Primera Lectura - I Samuel 12,7-10.13

7 El rey, cetro victorioso de Dios. y el profeta, voz del Altísimo. Los dos hacen remontar su oficio al Señor. David y Natán. La Voz de Dios acusa al rey. David, el ungido, ha pecado gravemente; ha vertido sangre inocente, ha cometido adulterio. Y Dios se lo recrimina por boca de Natán. El pecado merecía la muerte el profeta se lo recuerda. «El Señor perdona tu pecado. No morirás.»

8 A David le había resultado fácil cometer el crimen. Pero Dios salió al paso de aquella felonía. Pudo salvar las apariencias ante los hombres, no así ante Dios. Su corazón dio rienda suelta a deseos desordenados, éstos vuelven ahora cargados de muerte. El crimen, una vez cometido, vuelve sobre su cabeza. La espada no se apartará de su familia. La maldad vuelve a su dueño. Pero no lo mata. David lo recoge como merecido fruto.

9 Dios perdona. Dios olvida. Dios le devuelve la amistad. He pecado contra el Señor. Es la gran frase, la gran confesión. El reconocimiento de la propia culpabilidad hace a David Grande. La grandeza del hombre que reconoce su debilidad. David será, a pesar de su pecado, mediante su arrepentimiento, el gran rey de Israel. ¡Dios perdona! ¡Dios es justo! Es un Dios admirable: no deja impune el crimen y perdona.

10 1 ¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado y liberado de su falta! 2 ¡Feliz el hombre a quien el Señor no le tiene en cuenta las culpas, y en cuyo espíritu no hay doblez! 5 Pero yo reconocí mi pecado, no te escondí mi culpa, pensando: «Confesaré mis faltas al Señor». ¡Y tú perdonaste mi culpa y mi pecado! 7 Tú eres mi refugio, tú me libras de los peligros y me colmas con la alegría de la salvación. 11 ¡Alégrense en el Señor, regocíjense los justos! ¡Canten jubilosos los rectos de corazón! Salmo 32(31) 1-2.5.7.11

11 Este salmo es uno de los salmos llamados penitenciales. Un canto a la misericordia de Dios que perdona. Gozo de sentirse perdonado. Todo hombre sufre en su vida y en su ser el efecto de su debilidad y de su pobreza espiritual, necesitada de todo, necesitada sobre todo de la gracia "Si dijéramos que no tenemos pecado, nos engañaríamos a nosotros mismos" (1 Jn 1,8). «Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado.»

12 Podemos aplicar este Salmo al sacramento de la Reconciliación. En él se debería experimentar la conciencia del pecado, y al mismo tiempo, la alegría que brota del ser liberado y perdonado. La confesión sincera de los pecados arranca de Dios el perdón infaliblemente. Es una de las grandes enseñanzas del salmo. De ahí también la alabanza. ¡Dichoso quien alcanza el perdón!

13 16 Pero como sabemos que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe en Jesucristo, hemos creído en él, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley. 19 Pero en virtud de la Ley, he muerto a la Ley, a fin de vivir para Dios. Yo estoy crucificado con Cristo, 20 y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí: la vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí. 21 Yo no anulo la gracia de Dios: si la justicia viene de la Ley, Cristo ha muerto inútilmente. Palabra de Dios Te alabamos Señor Segunda Lectura - Gálatas 2,16.19-21

14 La salvación la imparte Dios en Cristo, que murió y resucitó por nosotros. Afirmar ahora que uno puede alcanzar la salvación por las obras, al margen de Cristo, es ignorar la intervención de Dios salvador. No son las obras por si mismas, las que salvan; es Cristo quien nos salva por su magnífica obra de obediencia y de amor. ¿Qué otra cosa puede hacer la ley sino señalar y orientar? La Ley no cura. La Ley a lo sumo nos declara enfermos. El impulso vital, el aliento de vida, nos viene de lo alto a través de Cristo. «No soy yo, es Cristo quien vive en mi.»

15 Y la muerte de Cristo, sabemos, junto con su resurrección, son la obra maestra de Dios, en Sabiduría y fuerza. Se entregó por mí, toma cuerpo en mí por la fe viva en él. Así, ya no vivo yo, sino él en mí. Y esta vida es ya la salvación. Las obras en Cristo salvan. La adhesión viva a Cristo, cumpliendo la voluntad del Padre, nos salva.

16 43 Simón contestó: «Pienso que aquel a quien perdonó más». Jesús le dijo: «Has juzgado bien». 7, 36 Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa. 37 Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. 38 Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume. 39 Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: «Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!» 40 Pero Jesús le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». «Di, Maestro!, respondió él. 41 «Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. 42 Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos amará más?». Lectura del Santo Evangelio - Lucas 7,36-50.8,1-3

17 45 Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies. 46 Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies. 47 Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor». 48 Después dijo a la mujer: «Tus pecados te son perdonados». 49 Los invitados pensaron: «¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?». 50 Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz». 8,1 Después, Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce 2 y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; 3 Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes. 44 Y volviéndose hacia la mujer, dijo de Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos.

18 Gloria a Ti, Señor Jesús Palabra de Dios

19 Volvemos al evangelista de la misericordia de Dios, la señala con sus obras, la encarna en su persona. Aquí recibe la forma de perdón; expresión la más hermosa del amor de Dios. Jesús, expresión la más perfecta del amor de Dios a los hombres. «Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor.»

20 Jesús acepta aquella expresión extraordinaria de arrepentimiento y de amor. El fariseo, justo y puro, condena en su pensamiento aquella postura. Jesús le sale al paso, quiere hacerle ver, en primer plano, en el sentido del gesto de aquella mujer. Jesús acepta la invitación de un fariseo que se interesa por Jesús, debido a su fama de profeta. La presencia de aquella mujer parece perturbar el cuadro. Trae en su mano un frasco de perfume precioso. Viene resuelta a encontrarse con Jesús y mostrarle su afecto.

21 La mujer, guarda respeto a Jesús, profunda reverencia y profundo afecto. Las lágrimas de la mujer expresarían el arrepentimiento. El amor así expresado motiva el perdón de los pecados. Se le perdona porque ama. El fariseo no extrema las expresiones de afecto y reconocimiento, al fariseo no se le ha perdonado nada. La mujer, en cambio, se siente deudora de Cristo, beneficiada por el perdón de los pecados. El fariseo no entiende aquel amor porque al considerarse justo y puro no entiende lo que significa sentirse perdonado. ¡Dios se complace en nuestras expresiones de amor!

22 Señor, tu nos enseñas que el amor y compasión la experimentan los pecadores que vuelven a tí arrepentidos, haz que siempre me reconozca pecador y necesitado de tu misericordia amorosa. Gracias Señor por tu Palabra purificadora, que ilumina, alimenta, enriquece, alegra, consuela y compromete. Concédenos vivir conforme a ella.

23 Prodigioso y admirable Imán de nuestro desvelo; Nubecilla del Carmelo, Sednos protectora y Madre. Salve, Reina de los, cielos, De misericordia Madre, Vida y dulzura divina; Esperanza nuestra, Salve; Nubecilla etc. Dios te Salve, Templo hermoso Del divino Verbo en carne, Sálvete Dios, Madre Virgen, Pues eres Virgen y Madre; Nubecilla etc. Volvednos, Madre piadosa, Vuestros ojos admirables, Y mirad por vuestros hijos, Pues que sois piadosa Madre; Nubecilla etc. Socorrednos, pues escucha Que en las penas y combates A ti suspiramos todos En este lloroso valle; Nubecilla etc. Mostradnos a vuestro HijoDe Josafat en el Valle, piadoso, pues que nació de ese cristal admirable; nubecilla etc. Rogad por vuestros devotos a la bondad inefable; pues murió para salvarnos, Por su clemencia nos salve; nubecilla del Carmelo, sednos protectora y Madre. V. Ruega por nos, santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

24 Los archivos del mes los puedes descargar en: http://siembraconmigo.blogspot.com Si deseas recibir el Evangelio del Domingo envía un correo a: siembraconmigo@gmail.com Con el título: “Suscripción a Siembra Sagrada” Para cancelar esta suscripción sigue las mismas instrucciones: Siembra_Sagrada-unsubscribe@gruposyahoo.com Servicio Gratuito con Fines Educativos


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