Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
1
¿Por qué no podemos ver a Dios?
2
- Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré... Una semana más tarde... - Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe.
3
- ¡Señor mío y Dios mío. — exclamó Tomás
- ¡Señor mío y Dios mío! — exclamó Tomás. - Porque me has visto, has creído- le dijo Jesús- ; dichosos los que no han visto y sin embargo creen. (Juan 20:26 y 27)
4
¿Eres de los que no creen en Dios porque no lo ven?
Aun en tiempos de Jesús, algunos que lo conocieron no creyeron en él: "...corrían muchos rumores acerca de él. Unos decían: «Es una buena persona.» Otros alegaban: «No, lo que pasa es que engaña a la gente..." (Juan 7:12) "Lo cierto es que ni siquiera sus hermanos creían en él" (Juan 7:5)
5
No tuvimos el privilegio de conocer al Señor Jesús en carne y hueso
No tuvimos el privilegio de conocer al Señor Jesús en carne y hueso. No lo vimos con nuestros propios ojos. No pudimos ver ni tocar sus heridas, pero Cristo es la imagen del Dios invisible. “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”…
6
Muchas personas necesitan ver y tocar para creer, por eso se esculpen imágenes de un Cristo crucificado, sangrante...¡muerto! y veneran estas figuras. Pero Cristo está vivo y está sentado a la diestra del Padre allá en los cielos. La cruz está vacía, así como la tumba donde descansó su cuerpo por unos días.
7
A esto, la Palabra de Dios lo llama idolatría.
La grandeza inconmensurable de Dios no puede representarse entre de los límites de una imagen esculpida. A esto, la Palabra de Dios lo llama idolatría.
8
El segundo mandamiento prohibe venerar imágenes porque las personas pierden el enfoque al venerar a una imagen. "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra" (Exodo 20:4)
9
“…Bienaventurados los que no vieron y creyeron”
Estatuillas, reliquias y objetos "sagrados" no tienen ningún valor delante de Dios. No se cree con los ojos, ni con la mente, se cree con el corazón. El no se manifiesta de manera material para que lo veamos. La fe debe ser ciega, sin condiciones. “…Bienaventurados los que no vieron y creyeron”
10
Dios mora dentro de una luz inaccesible y nadie le ha visto ni le podrá ver (1 Timoteo 6:16). El ojo humano no puede ver la santidad de Dios, pues está contaminado con el pecado. "No podrás ver mi rostro, porque no me verá hombre y vivirá".
11
El hombre no puede ver a Dios, pero "Las cosas invisibles de El, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo" (Romanos 1:20)
12
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1
13
Dios es espíritu y los que le adoran, en espíritu y en verdad, es necesario que le adoren (Juan 4:24)
14
No podemos ver a Dios con nuestros ojos físicos, pero sí lo podemos ver con nuestros ojos espirituales. Cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador personal, nuestros ojos espirituales, que habían permanecido cerrados a causa del pecado, se abren.
15
Solo Jesús puede abrir nuestros ojos espirituales al entrar a morar en nosotros. Ábrele tu corazón e invítalo a entrar en él, solo así podrás ver a Dios.
Presentaciones similares
© 2024 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.