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CURSO-TALLER EQUIPO DE PASTORAL VOCACIONAL
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La Vocación es un llamado de Dios
Dios llama a todos los hombres y a cada hombre a la fe, y por la fe, a ingresar en el Pueblo de Dios mediante el Bautismo. Esta llamada por el Bautismo, la Confirma-ción y la Eucaristía, a que seamos Pueblo suyo, es llamada a la comunión y participa-ción en la misión y vida de la Iglesia y, por lo tanto, en la evangelización del mundo.
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La Vocación es un llamado de Dios
“Jesús llamó a los que él quiso, y vinieron a él. Así constituyó a los Doce, para que estuvieran con él... ...y para enviarlos a predicar”. Mc 3, 13-14
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La Vocación es un llamado de Dios
No todos, sin embargo, somos enviados a servir y evangelizar desde la misma función. Unos lo hacen como ministros jerárquicos, otros como laicos, y otros desde la vida consagrada. Todos, complementariamente, construimos el Reino de Dios en la tierra.
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La Vocación es un llamado de Dios
Situarse ministerial y evange-lizadoramente en la Iglesia no es algo que dependa únicamente de la iniciativa personal. El cristiano, al pensar y decidir el futuro, no sólo toma en cuenta sus aspiraciones y aptitudes y las pers-pectivas que le ofrece el mundo. La fidelidad al Bautismo impulsa a plantearse a sí mismo cuestiones cada vez más concretas y para disponerse a vivir la existencia no sólo según las aptitudes humanas y las perspectivas mundanas, sino según los deseos y designios de Dios. Debe discernir cuál es el designio de Dios, cuál es el plan que ha pensado amorosamente para él.
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La Misión de la Iglesia Cristo, en cumplimiento de la voluntad del Padre: Inauguró en la tierra el Reino de los cielos Nos reveló el misterio del Padre Realizó la Redención con su obediencia La razón histórica del ser de la Iglesia es prolongar la misión de Cristo y hacerla visible en la historia de los hombres.
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La Misión de la Iglesia La misión de anunciar el Evangelio no es una tarea más para la Iglesia, sino la verda-dera y única tarea. La exhortación apostólica “Evangelii Nuntiandi” concibe la evangelización como la “dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda”.
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Evangelizar es… Anunciar la Buena Noticia del Evangelio, por medio del testimonio cristiano, a los hombres situados históricamente, para que se conviertan y sean liberados. Cuando participan en esta misión, los laicos no son ayudantes de los presbíteros en su ministerio, sino protagonistas de la pastoral que, por su propia vocación y misión nacida del bautismo, ejercen su apostolado como luz del mundo.
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La Buena Noticia: Dios nos llama
El Hijo, el enviado por Dios, se hizo hombre para llamar al hombre: el enviado por el Padre es el que llama a los hombres. Por esto no existe un sólo párrafo del Evangelio, o un encuentro o un diálogo, que no tenga una proyección vocacional, que no exprese, directa o indirectamente, una llamada por parte de Jesús.
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La Buena Noticia: Dios nos llama
¿A qué nos llama Jesús?. A seguirle para ser y obrar como Él. A vivir su misma relación en su trato con el Padre y con los hombres. A colaborar en el designio divino de salvación. A anunciar el evangelio de la vocación: Todos en la Iglesia hemos recibido una vocación. El cuidado de ella no debe limitarse a la esfera personal, sino contribuir también al desarrollo de otras vocaciones.
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La Vocación tiene tres elementos
La llamada. Dios da amorosamente a cada hombre una vocación única e irrepetible para desarrollar al máximo sus potencialidades y ser una nueva creatura en Cristo Jesús. La respuesta. Es la disponibilidad ante Dios que llama, comprometiéndose toda la persona en el seguimiento de Jesús. Es personal, libre, consciente, responsable y dinámica; parte de una inspiración de fe. La misión. Es la tarea evangelizadora que el Espíritu encomienda a la Iglesia. La misión toma rasgos específicos en cada uno de los convocados en la Iglesia, pero siempre es para edificar el Reino de Dios. Es aquello para lo que Dios nos llama.
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La Vocación tiene tres niveles
Vocación Humana: el llamado a ser personas, a vivir de acuerdo a tal dignidad, a realizar nuestras potencialidades. Vocación Cristiana: vivir nuestro Bautismo configurándonos con Cristo, llamados a: V A la santidad (comunión y cooperación con Dios), V A ser miembros activos de la Comunidad y a dar testimonio del Reino (comunión y cooperación con los demás). La vocación cristiana es vocación al apostolado. Vocación Cristiana Específica: es la que nos permite hacer nuestra aportación concreta a la construcción del Reino. Este aporte es un compromiso que se asume conscientemente por medio de una opción de vida.
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Una opción de vida que nos compromete
Lo que están haciendo, ¿es un proyecto de su vida o siguen siendo las circunstancias? Sobre nuestro proyecto de vida hay un Plan que Dios ha preparado amorosamente para nosotros. Nuestra tarea es provocar en todos los jóvenes la reflexión sobre este Plan de Dios. Sí tenemos que rezar, pero esto no es suficiente. Cardenal Pío Laghi, Prefecto Emérito de la Congregación para la Educación Católica (para los Seminarios)
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La misión le da sentido a nuestra vida
“Sólo el que tiene en la vida un por qué, encuentra un cómo” Nietzsche
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La Vocación al apostolado
El apostolado individual: Es el principio y condición de todo apostolado, y nada puede sustituirlo. A este apostolado, siempre fecundo, están llamados y obligados todos los seglares. Por el testimonio de la vida que fluye de la fe, la esperanza y la caridad. Con la palabra anuncian a Cristo, explican su doctrina, la difunden y la profesan fielmente. Al cooperar en la edificación y gestión del orden temporal.
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La Vocación al apostolado
El apostolado organizado: El hombre es social por naturaleza. Dios ha querido reunir a los creyentes en Cristo en un Pueblo. Responde a las exigencias humanas y cristianas y es signo de la comunión y de la unidad de la Iglesia en Cristo. Se debe fortalecer, puesto que la estrecha unión de las fuerzas es la única que vale para lograr todos los fines del apostolado moderno. (AA 18)
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Implementación del Ministerio de Pastoral Vocacional
1. Estructuración 1.1. Fundamentos del trabajo en equipo 1.2. Función de Ministerio de Pro-Voc laicos en la comunidad El deber de fomentar las vocaciones es de toda la comunidad, al Equipo le corresponde: a) Orientar y pastorear a los grupos del Templo en la pastoral vocacional; b) Programar actividades que concienticen a toda la comunidad; c) Actuar especialmente en medio de la juventud; d) Acompañar a las personas en su discernimiento vocacional
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2. Seleccionar a los miembros 2.1 Opciones Seleccionar uno o más miembros de cada grupo, pastoral o movimiento presentes en la comunidad de Pastoral para que, sin dejar de trabajar en el grupo en que se encuentran, se integren además al equipo de pastoral vocacional; Invitar directamente a algunas personas de la comunidad que no estén integradas actualmente en algún grupo de la Pastoral y estén disponibles para colaborar en la animación vocacional. Cualquiera que sea la opción debemos considerar la diversidad. La Iglesia está llamada cada vez más a ser hoy toda vocacional: dentro de ella “cada evangelizador debe adquirir conciencia de llegar a ser una «lámpara» vocacional, capaz de suscitar una experiencia religiosa que lleve a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes y a los adultos a la relación personal con Cristo, en cuyo encuentro se descubren las vocaciones específicas” (Proposiciones conclusivas del Congreso Europeo sobre las vocaciones al sacerdocio y a la Vida Consagrada, 13).
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2. Seleccionar a los miembros... 2.2 Criterios en la selección de las personas Vida de fe: Siendo Jesús el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,6), podemos afirmar que "la vocación es esencialmente el seguimiento de Jesucristo". Por esto, no puede aportar a la pastoral vocacional alguien que no se adhiera al seguimiento de Cristo y a la vida de oración; Coherencia, personas atentas para descubrir los planes de Dios para sus propias vidas y dispuestas a responder prontamente y con generosidad; Disponibilidad; Identificación, una «lámpara» vocacional. La Iglesia está llamada cada vez más a ser hoy toda vocacional: dentro de ella “cada evangelizador debe adquirir conciencia de llegar a ser una «lámpara» vocacional, capaz de suscitar una experiencia religiosa que lleve a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes y a los adultos a la relación personal con Cristo, en cuyo encuentro se descubren las vocaciones específicas” (Proposiciones conclusivas del Congreso Europeo sobre las vocaciones al sacerdocio y a la Vida Consagrada, 13).
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3. Promover una formación sistemática y permanente Dado que el agente de la Pastoral Vocacional tiene una obligación en especial de ser un modelo de vocación, se puede decir que su formación permanente debe abarcar las siguientes dimensiones: a) Humana: Un conocimiento de las principales exigencias del bien común de la sociedad en que vive; una sensibilidad que le permita ser capaz de encontrar a todos y dialogar con todos. b) Espiritual: La fecundidad de la Iglesia deriva y se funda en el vínculo de amor que le une a su Esposo Jesucristo; por ello, la vida espiritual es el alma de todo apostolado.
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3. Promover una formación sistemática y permanente… c) Doctrinal: Para que puedan vivir según la doctrina cristiana, proclamarla, defenderla cuando sea necesario y ejercer la parte que les corresponde en el apostolado, los laicos tienen el deber y el derecho de adquirir conocimiento de esa doctrina. d) Pastoral: quien trabaja en la animación vocacional debe estar abierto a imitar la caridad pastoral de Jesucristo. Esta caridad nos empuja a conocer cada vez mejor la situación real de nuestros hermanos, y nos ayuda a buscar los métodos más adecuados y las formas más útiles para ejercer hoy la responsabilidad encomendada.
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4. Inicio de Actividades 4.1 Necesidad de Programar Es necesario que el equipo ordene sus tareas y actividades teniendo en cuenta su realidad parroquial; no es bueno organizar actividades aisladas. Al programar cada persona del equipo debe conocer con claridad: Cuál es el objetivo del trabajo a desarrollar. Los deberes y compromisos de cada persona y del equipo entero. Mantener un diálogo constante y fraterno con: el párroco, el consejo pastoral parroquial, el equipo del decanato y el C.V. 4.2 Organizar actividades
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5. Favorecer la comunión en la Iglesia Los agentes de pastoral de la diócesis conocen, practican y reflejan la espiritualidad de comunión en sus acciones pastorales: son formados en la espiritualidad de comunión; su compromiso apostólico es un testimonio vocacional coherente, alentador y sólido; son cercanos, abiertos, comunicativos y saben trabajar en equipo; saben reconocer la dignidad de todo bautizado en la Iglesia; respetan y animan las iniciativas pastorales de los distintos sectores del Pueblo de Dios.
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5. Favorecer la comunión en la Iglesia… Los proyectos pastorales que se llevan a cabo en la diócesis se caracterizan por la comunión y la participación eclesial: hay corresponsabilidad en el logro de los proyectos pastorales; motivan a la conversión y refuerzan la identidad cristiana de los bautizados; generan espacios de participación para todos los sectores del Pueblo de Dios, especialmente para los laicos; están en sintonía con las opciones preferenciales de la Iglesia diocesana (familiar, juvenil, vocacional); tienen un enfoque que ilumina, valora y promueve a todas las vocaciones.
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