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BOLETIN DE SALESIANOS COOPERADORES “MARIA AUXILIADORA” SDB - BREÑA 6. LIDERAZGO DE SERVICIO 6. LIDERAZGO DE SERVICIO 5. AYER ME VOLVI A SENTIR... 5. AYER.

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1 BOLETIN DE SALESIANOS COOPERADORES “MARIA AUXILIADORA” SDB - BREÑA 6. LIDERAZGO DE SERVICIO 6. LIDERAZGO DE SERVICIO 5. AYER ME VOLVI A SENTIR... 5. AYER ME VOLVI A SENTIR... 2. ¿QUE ES PENTECOSTES? 2. ¿QUE ES PENTECOSTES? 3....DE CUALQUIER FORMA 3....DE CUALQUIER FORMA 7. LAS 7 TENTACIONES 7. LAS 7 TENTACIONES 4. BEATO ARTEMIDES ZATTI 4. BEATO ARTEMIDES ZATTI 8. VENGAN Y VEAN - Final 8. VENGAN Y VEAN - Final 9. LOS LAICOS EN APARECIDA 9. LOS LAICOS EN APARECIDA Es una fuerza especial para realizar lo que Dios quiere de nosotros y para resistir con paciencia y valor las contrariedades de la vida. Si dejamos que el Espíritu Santo tome posesión de nuestras vidas, comprenderemos que el Señor escoge al débil y que no pide más que la buena voluntad para poner todo lo que está de nuestra parte, para que El lleve a cabo maravillas. La vida es a ratos tan dura que sin el don de fortaleza, no seríamos capaces de aguantar sin desesperación. Hay tentaciones, tan violentas e inesperadas que si no fuera por la intervención del Espíritu Santo no podríamos resistir. 10. CARTA DIRIGIDA AL AMOR 10. CARTA DIRIGIDA AL AMOR 11. ORACION: JUNIO 11. ORACION: JUNIO 12. SONRIE ES BUENO... 12. SONRIE ES BUENO...

2 "Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados...“ Jn 20, 22-23 Pentecostés, cincuenta días después de la fiesta pascual, cincuenta días de espera que se hacía cada vez más intensa a partir, sobre todo, del día de la Ascensión. Ha sido un período de preparación al gran acontecimiento de la venida del Paráclito. El día de Pentecostés, se rememora ese momento en que se inicia la gran singladura de conducir a todos los hombres a la vida eterna, actualizar en cada uno los méritos de la Redención. En efecto, con su venida, los apóstoles recuperan las fuerzas perdidas, renuevan la ilusión y el entusiasmo, aumentan el valor y el coraje para dar testimonio ante todo el mundo de su fe en Cristo Jesús. Hasta ese momento siguen con las puertas atrancadas por miedo a los judíos. Desde que el Espíritu descendió sobre ellos las puertas quedaron abiertas, cayó la mordaza del miedo y del respeto humano. Ante toda Jerusalén primero, proclamaron que Jesús había muerto por la salvación de todos, y también que había resucitado y había sido glorificado, que sólo en Él estaba la redención del mundo entero. Fue el primer atrevimiento que pronto suscitaría una persecución que hoy, después de veinte siglos, todavía sigue en pie de guerra. Porque hemos de reconocer que las insidias de los enemigos de Cristo y de su Iglesia no han cesado. Unas veces de forma abierta y frontal, imponiendo el silencio con la violencia. Otras veces el ataque es tangencial, solapado y ladino. La sonrisa maliciosa, la adulación infame, la indiferencia que corroe, la corrupción de la familia, la degradación del sexo, la orquestación a escala internacional de campañas contra el Papa. Las fuerzas del mal no descansan, los hijos de las tinieblas continúan con denuedo su afán demoledor de cuanto anunció Jesucristo. Lo peor es que hay muchos ingenuos que no lo quieren ver, que no saben descubrir detrás de lo que parece inofensivo, los signos de los tiempos dicen a veces, la ofensiva feroz del que como león rugiente merodea a la busca de quien devorar. Pero Dios puede más. El Espíritu no deja de latir sobre las aguas del mundo. La fuerza de su viento sigue empujando la barca de Pedro, las velas multicolores de todos los creyentes. De una parte, por la efusión y la potencia del Espíritu Santo, los pecados nos son perdonados en el bautismo y en la penitencia. Por otra parte, el Paráclito nos ilumina, nos consuela, nos transforma, nos lanza como brasas encendidas en el mundo apagado y frío. Por eso, a pesar de todo, la aventura de amar y redimir, como lo hizo Cristo, sigue siendo una realidad palpitante y gozosa, una llamada urgente a todos los hombres, para que prendan el fuego de Dios en el universo entero. El Espíritu Santo, que Dios había prometido a los profetas para cambiar el corazón de los hombres, ha llegado. Ahora conocemos a fondo a Jesús y nuestra conducta cambia. Ahora no sólo hablamos de Jesús sino que obramos como Jesús. Hemos sido transformados, conocemos la voluntad de Dios y poseemos la fuerza para dar testimonio del Evangelio. Tenemos una misión que cumplir en el mundo y contamos con la fuerza suficiente para llevarla a cabo. El Espíritu Santo es el amor que nos estrecha con el Padre, con Jesucristo y entre nosotros. Ya no caben aislamientos, segregaciones, sino comunión en el amor. No divisiones, sino unidad. San Agustín nos recuerda que «cada uno de nosotros puede saber cuánto posee del Espíritu de Dios, según el amor que siente por la Iglesia». Aún con lodo, nuestro poseer el Espíritu Santo no es tanto una realidad acabada, cuanto una semilla en evolución que alcanzará su plena madurez cuando seamos definitivamente transformados en Cristo. El Señor dijo a los discípulos: Id y sed los maestros de todas las naciones; bautizadlas en el nombre del Padre y del Hijo Y del Espíritu Santo. Con este mandato les daba el poder de regenerar a los hombres en Dios. Dios había prometido por boca de sus profetas que en los últimos días derramaría su Espíritu sobre sus siervos y siervas, y que éstos profetizarían; por esto descendió el Espíritu Santo sobre el Hijo de Dios, que se había hecho Hijo del hombre, para así, permaneciendo en él, habitar en el género humano, reposar sobre los hombres y residir en la obra plasmada por las manos de Dios, realizando así en el hombre la voluntad del Padre y renovándolo de la antigua condición a la nueva, creada en Cristo. Y Lucas nos narra cómo este Espíritu, después de la ascensión del Señor, descendió sobre los discípulos el día de Pentecostés, con el poder de dar a todos los hombres entrada en la vida y para dar su plenitud a la nueva alianza; por esto, todos a una, los discípulos alababan a Dios en todas las lenguas al reducir el Espíritu a la unidad los pueblos distantes y ofrecer al Padre las primicias de todas las naciones. Por esto el Señor prometió que nos enviaría aquel Abogado que nos haría capaces de Dios. Pues, del mismo modo que el trigo seco no puede convertirse en una masa compacta y en un solo pan, si antes no es humedecido, así también nosotros, que somos muchos, no podíamos convertirnos en una sola cosa en Cristo Jesús, sin esta agua que baja del cielo. Y, así como la tierra árida no da fruto, si no recibe el agua, así también nosotros, que éramos antes como un leño árido, nunca hubiéramos dado el fruto de vida, sin esta gratuita lluvia de lo alto. Nuestros cuerpos, en efecto, recibieron por el baño bautismal la unidad destinada a la incorrupción, pero nuestras almas la recibieron por el Espíritu. El Espíritu de Dios descendió sobre el Señor, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de fortaleza, Espíritu de ciencia y de temor del Señor, y el Señor, a su vez, lo dio a la Iglesia, enviando al Abogado sobre toda la tierra desde el cielo, que fue de donde dijo el Señor que había sido arrojado Satanás como un rayo; por esto necesitamos de este rocío divino, para que demos fruto y no seamos lanzados al fuego; y, ya que tenemos quién nos acusa, tengamos también un Abogado, pues que el Señor encomienda al Espíritu Santo el cuidado del hombre, posesión suya, que había caído en manos de ladrones, del cual se compadeció y vendó sus heridas, entregando después los dos denarios regios para que nosotros, recibiendo por el Espíritu la imagen y la inscripción del Padre y del Hijo, hagamos fructificar el denario que se nos ha confiado, retornándolo al Señor con intereses. "Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo..." Jn 20, 21

3 ¡ CON DON BOSCO DE CUALQUIER FORMA ! BIENAVENTURADO ARTÉMIDES ZATTI : 1880-1951 Los Zatti son una humilde familia de campesinos que deciden abandonar su pueblo, Boretto en Italia, para buscar mejor suerte y huir de la pelagra. La emigración a Argentina, cuando Artémides tiene 15 años, es una consecuencia necesaria de la pobreza. Los Zatti son muy religiosos, tienen buenas relaciones con la Iglesia, rezan cotidianamente en casa, mantienen una frecuente vida sacramental. Artémides muchacho frecuenta la parroquia, acolita la misa y, lo demás del tiempo, trabaja en el campo. Quien lo ha conocido dice de él: “Un joven constantemente atento, alegre y muy trabajador, humilde, silencioso y muy afectuoso, siempre obediente y respetuoso hacia sus padres”. En los duros y exigentes trabajos del campo, aprende a enfrentar las fatigas y responsabilidad que lo acompañarán en los años de apostolado. Artémides participa asiduamente a la liturgia y vive una profunda caridad en el servicio de los hermanos. Dos columnas que van a sostener toda su vida. Sobre estas bases Artémides madura una espontánea y sentida vocación salesiana. La seriedad de su empeño espiritual, un sincero camino de discernimiento y la voluntad de servir a Dios y al próximo, lo llevan a abrazar la misión de Don Bosco. Su vocación brota de la lectura de la vida de Don Bosco, después de haber trabado amistad con un salesiano “imán” como era el párroco padre Cavalli que lo siguió toda la vida. Durante los años de formación se porta disciplinado, humilde en los servicios y en el trabajo manual, amén que en el estudio. A los hermanos, que él tanto ama y cuida, les resulta conmovedor y edificante el esfuerzo de este joven que lucha por conquistar la meta de la vocación religiosa y sacerdotal, enfrentando las fatigas y las pruebas difíciles y duras de lo que la vida le reserva. Pronto Zatti se enferma de tuberculosis, contagiado por un joven sacerdote al cual estaba ayudando cabalmente porque muy enfermo. Los superiores, consideradas las circunstancias de la enfermedad, le proponen hacer la profesión como salesiano coadjutor. En este salesiano laico vuelve a vivir la célebre expresión de Cagliero que, ante la duda de algunos compañeros suyos acerca de si hacerse “fraile” o no, exclama con reacción instintiva: “Fraile o no fraile, yo me quedo con Don Bosco”. Tampoco Zatti necesita reflexionar largo para comprender que, sacerdote o no, quiere quedar con Don Bosco. Y con él se queda, viviendo en plenitud la original vocación del “coadjutor”. Consagra su vida a los enfermos, en agradecimiento a la Auxiliadora por haber sido curado. Consigue la debida preparación obteniendo los títulos de boticario y de enfermero. Responsable del hospital, lo pasa a una nueva sede, ensancha el círculo de los asistidos, alcanza con su inseparable bicicleta a todos los enfermos de la ciudad, especialmente a los más pobres -será recordado en toda la Patagonia como el amigo de los pobres- sin jamás pedir pago pero siempre generosamente recompensado. Conoce la estrechez de las deudas y la Providencia nunca le falla. Administra mucho dinero, pero su vida es paupérrima; para el viaje a Italia han tenido que prestarle vestido, sombrero y maleta. Amado y apreciado por los enfermos, que a veces lo prefieren a los doctores. Amado y apreciado por los doctores, que ponen en él la máxima confianza y se rinden ante el ascendiente que brota de su santidad: “Cuando estoy con Zatti, no puedo dejar de creer en Dios”, exclama un día cierto médico que se proclamaba ateo. ¿El secreto de semejante ascendiente? Helo aquí: para él todo enfermo era Jesús en persona. ¡Literalmente! Los superiores le recomendaron un día no superar, en las aceptaciones, el número de 30 enfermos; lo oyen murmurar: “¿Y si el número 31 fuera Jesús en persona?”. De parte suya no hay dudas: trata a cada uno con la misma ternura con que trataría al mismo Jesús, ofreciendo su propia habitación en casos de emergencia, o colocando en ella hasta un cadáver en momentos de necesidad. Le dice a la hermana de la ropería: “¿Tiene un vestido para un Jesús de 12 años?”. Continúa incansable su misión entre los enfermos con serenidad, hasta el final de la vida, sin tomar nunca un período de descanso. La simpática figura de Artémides Zatti es una invitación para proponer a los jóvenes la fascinación de la vida consagrada, la radicalidad de la secuela de Cristo obediente, pobre y casto, la primacía de Dios y del Espíritu, la vida fraterna en comunidad, el gastarse totalmente para la misión. Los jóvenes son sensibles a propuestas de compromiso exigente, pero tienen necesidad de testigos y guías que sepan acompañarlos en el descubrimiento y en la acogida del don. La vocación del salesiano coadjutor forma parte de la fisonomía que Don Bosco ha querido dar a la Congregación Salesiana. Por supuesto, se trata de una vocación no fácil de discernir y acoger. Ella brota más fácilmente allí donde entre los jóvenes se promueve las vocaciones laicales apostólicas y se les ofrece un testimonio alegre y entusiasta de la consagración religiosa, como la de Artémides Zatti. Mensaje del Rector MayorJUNIO - 2011 LA VOCACION DE UN SALESIANO COADJUTOR

4 Obligados por la pobreza, en 1897 la familia Zatti emigró a la Argentina estableciéndose para iniciar una nueva vida en Bahía Blanca. Allí Artémides empezó a asistir a la parroquia a cuyo cargo estaban los Salesianos y se convirtió en un ayudante del párroco, Padre Carlos Cavalli, con quien compartía a menudo el trabajo y la oración. Sentía el deseo de ser Salesiano y fue aceptado como aspirante por el Obispo Cagliero y, cuando cumplió veinte años se integró a la Comunidad en Bernal. TUBERCULOSIS - Y UNA PROMESA Empezó a estudiar con seriedad para recuperar el tiempo perdido. La Providencia le confió la atención de un joven sacerdote que estaba enfermo con tuberculosis y que murió entonces en 1902. El día en que Artémides debía recibir su hábito, también él contrajo la enfermedad. Cuando volvió a la comunidad, el Padre Cavalli lo envió al hospital de la misión en Viedma. El Padre Evaristo Garrone, con gran experiencia en ello, estaba a cargo del hospital. Artémides, junto con él, solicitó y obtuvo de María Auxiliadora la gracia de recuperarse, prometiendo dedicar su vida entera a la atención de los enfermos. RESPONSABLE DE LA FARMACIA Se recuperó y mantuvo su promesa. Al principio empezó a ocuparse de la farmacia adjunta al hospital, donde aprendió como trabajaba el Padre Garrone: sólo aquellos que podían pagaban. Cuando el Padre Garrone murió, él tomó la responsabilidad total. En 1908 hizo su profesión perpetua. Estaba completamente dedicado a los enfermos. La gente lo buscaba y lo admiraba. Para el personal del hospital él no era solamente un excelente director sino sobre todas las cosas, un excelente cristiano. UN DIA EN LA VIDA DE... Así era como transcurría su día: “A las 4:30 ya estaba levantado. Meditación y Misa. Visita a los enfermos. Después salía en bicicleta a visitar a los enfermos en la ciudad. Después del almuerzo jugaba con entusiasmo un juego de bochas con aquellos que se estuvieran recuperando. Desde las dos a las seis de la tarde, visitaba nuevamente a aquellos en el hospital así como también aquellos afuera del hospital. Después hasta las 8 de la noche trabajaba en la farmacia. Luego de vuelta al hospital. Hasta las 11 de la noche estudiaba medicina y, finalmente, leía algo espiritual. Después iría a descansar pero siempre estaba a la orden para cualquiera que solicitara ayuda”. UN HERMANO SALESIANO EJEMPLAR Obtuvo su diploma de enfermero. En 1913 dirigió la construcción del nuevo hospital el que, muy a pesar suyo, fue demolido. Sin descorazonarse, empezó nuevamente. Como Don Bosco, la Providencia era el primer y seguro ingreso del balance que tuviera que hacer de sus obras. María Auxiliadora nunca lo abandonó. Cuando Don Bosco soñaba con los Hermanos Salesianos, seguramente quería que ellos fueran tan santos como Artémides. En 1950 se cayó en la escalera y fue confinado a la cama. MUERTE Después aparecieron algunas señales de cáncer. Tuvo su último suspiro el 15 de marzo de 1951. Juan Pablo II lo declaró Beato el 14 de abril de 2002. Su cuerpo descansa en la capilla de los Salesianos en Viedma. BEATO ARTÉMIDES ZATTI 1880-1951 PRIMEROS AÑOS Artémides Zatti nació en Boretto, en la provincia de Regio Emilia, el 12 de octubre de 1880, del hogar de Luis Zatti y Albina Vecchi, una familia granjera. Desde pequeño se acostumbró al trabajo y al sacrificio. Cuando tenía nueve años ya ganaba su dinero como mano de obra contratada. ARTÉMIDES CONSAGRO SU VIDA A LOS ENFERMOS

5 Ayer escuché un sermón como hace años no lo escuchaba: Se habló de nosotros Los Salesianos, si, Los SDB (sacerdotes), Las Hijas de María Auxiliadora y Los Cooperadores Salesianos, además de los otros grupos creados a través del tiempo y volvimos a sentir la presencia viva de Don Bosco entre nosotros, como si a medida que Ricardo Gonzáles SDB, nuestro querido hermano expresaba lo que significaba ser Salesiano (Tener como primera columna en nuestras vida a Jesucristo Eucaristía, como segunda columna a nuestra Madre María Auxiliadora y un gran Amor y obediencia al Papa hasta la muerte), y vibrábamos con sus palabras, sentíamos que nuestro querido Padre y Maestro caminaba por los ambientes de la Basílica por la gran emoción que estábamos sintiendo al identificarnos con nuestras verdaderas raíces, las de la gran Familia Salesiana. Guillermo Quineche Albán SC. Lunes, 23 de mayo de 2011 Nos sentimos más creyentes en Cristo Resucitado, más hijos de nuestra Santísima Madre María, y uno solo junto al Papa y la Iglesia...volvimos a recordar que pertenecemos a una congregación alegre y festiva con un solo y gran propósito trabajar por Los Jóvenes Pobres y Necesitados (no solo material sino también espiritual), hasta gastar el último aliento de nuestras vidas tal como nos lo decía Don Bosco, puesto que al final de ella luego de tener la dicha de pedirle perdón a Dios, escuchemos en nuestra mente y corazón, las últimas palabras de nuestro querido maestro... "Los espero en el Paraíso". Gracias Ricardo porque noche a noche nos sigues enseñando a decir desde los profundo de nuestro corazón: "Madre Auxiliadora nadie puede hablar de ti sin emocionarse" Ahora si hicimos, hacemos y seguimos haciendo las cosas bien por su puesto que iremos a buscar ese lugar que Dios, María Auxiliadora y Don Bosco nos tienen guardado... ¡Vamos Salesianos... nos están esperando! Un fraternal abrazo para todos y Feliz Fiesta de María Auxiliadora.

6 Ceferino nace para el cielo el 11 de mayo de 1905. Sus restos son llevados a Campo Verano en Roma. A más de un siglo su mensaje resuena: "Quiero ser útil a mi gente" “Padre, dentro de poco me iré, pero le recomiendo a este pobre joven“. En 1924 sus restos son trasladados de Roma a Argentina. En 1972 es declarado venerable. El 2000 se acepta el milagro para la Beatificación. El 11 de noviembre de 2007 es beatificado en Chimpay, Argentina. Los compañeros de Ceferino han reconocido que él tenía influencia sobre ellos, que ejercía un liderazgo importante. Sin embargo, este liderazgo no era fruto de una imposición sobre los demás. Ni siquiera de la “voz de mando” o de hacer valer una eventual capacidad de persuasión a través del magnetismo personal o la facilidad para el discurso. No, Ceferino tenía un liderazgo hecho de mansedumbre y actitud de servicio. Ante todo, influía con su presencia, con su testimonio y con su ejemplo. Y luego, por su actitud de servicio. En efecto, nunca pretendió ser servido, sino que siempre trató de “ser útil”. Tanto en el estudio, como en los recreos, como ayudando en la catequesis de sus compañeros, como orando por su familia y su tribu. Pero además, Ceferino fue un adolescente con mucha capacidad de iniciativa, que no solamente no se dejaba llevar por la “corriente”, sino que era capaz de proponer e inventar, como cuando en Viedma inaugura y dirige las carreras de barquitos en los canales y acequias de la chacra que popularmente era conocida como “la quinta de los curas” o como cuando enseñaba a andar a caballo a sus compañeros. Por otra parte, en todo esto tenía, como hoy suele decirse, “un perfil muy bajo”. No iba en busca de un protagonismo centrado en su persona, sino que era una forma de estar presente en todo, pero con la actitud de quien da una mano, de quien pone a disposición de los demás sus buenas cualidades, sin darse ninguna importancia, sin la más mínima pretensión del reconocimiento o el elogio. En otras ocasiones su actitud de servicio adoptaba la forma del “buen samaritano”, como cuando en sus últimos momentos -sin pensar en sí mismo- consolaba al joven enfermo traído a su habitación y lo encomendaba especialmente al enfermero y a los sacerdotes que lo visitaban.

7 1. LA TENTACION DE LA HIERBA DEL VECINO No es raro encontrarse con miembros de la Familia Salesiana que al mismo tiempo abrazan con entusiasmo también otros caminos carismáticos, que, aun siendo válidos, no son los de don Bosco. “La hierba del vecino”, parece ser más verde y más fresca. Como si el don que hemos recibido de Dios a través de Don Bosco no tuviera la misma profundidad espiritual de la que tienen los otros. Y por seguir ya el uno ya el otro terminamos por estar “separados dentro” y perder el don que hemos recibido al entrar en la Familia Salesiana. La espiritualidad salesiana no es una espiritualidad reducida, superficial: es una espiritualidad fuerte y profunda, que indica una modalidad de hacerse santos, no replegándose sobre uno mismo, sino poniéndose al servicio de los hermanos. Superemos, pues, la tentación de ver únicamente fuera de casa lo bello, lo bueno, lo que entusiasma, lo profundo y tratemos de ser aquello que hemos sido llamados a ser. 2. LA TENTACION DE LA RUPTURA Puede suceder que, absorbidos por el ansia del servicio y de la urgencia de la misión, nos lancemos de lleno al trabajo, olvidando lo importante que es cuidar la esfera de la oración y de la unión con Dios; o, viceversa, ante una tarea educativa que nos parece tan difícil y pesada, nos alejemos de un compromiso hacia los otros y nos refugiemos en un espiritualismo estéril. Corremos el peligro de crear una ruptura en nuestra vida y deslizarnos en una dirección o en la otra. Hacer síntesis entre una plena donación y unión con Dios y una laboriosidad apostólica por Él, entre una vida interior y el servicio a los hermanos, entre la contemplación y el compromiso educativo, entre la espiritualidad y el sistema preventivo, es para nosotros un imperativo imprescindible. Juan Pablo II en un mensaje a los capitulares en mayo de 1990, decía “Me complace subrayar, antes de nada, como elementos fundamentales, la fuerza de síntesis unitiva que brota de la caridad pastoral. Ella es el fruto de la potencia del Espíritu Santo que asegura la inseparabilidad vital entre unión con Dios y dedicación al prójimo, entre interioridad evangélica y acción apostólica, entre corazón orante y manos operantes. La finalidad de este documento es recordar lo que desde hace algunos años la Carta de la Misión (25.11.2000) ha propuesto a la Familia. Ninguno de nosotros puede ignorar que en nuestras realidades, junto a tantas luces, existen también sombras. El encuentro de estos días no es y no quiere ser una celebración estéril de nuestro ser Familia, ni un simple, aunque bonito encuentro de fraternidad entre los Grupos, sino un momento de profunda reflexión sobre lo que somos y sobre lo que podemos ser, para salir de aquí con firmes propósitos de renovación. Sólo así seremos fieles al Espíritu que ha suscitado el carisma salesiano en la Iglesia como don para el mundo. Nosotros que pertenecemos a los Grupos que de un modo o de otro hacen referencia a Don Bosco, compartimos la misma espiritualidad que nace del mismo carisma, una consanguinidad espiritual, un conjunto de elementos comunes que forman un estilo de vida, un modo de mirar la realidad, una óptica de la misión, fuente de nuestra comunión. El significado de la palabra ESPIRITUALIDAD es: “Actitud de vivir según las exigencias del espíritu y darle la preminencia. Sensibilidad a los valores espirituales. El conjunto de motivos que delinean una concepción religiosa o una visión espiritual”. Recordemos ahora, con el Art. 21 de la Carta de la Misión, que toda espiritualidad nace de un carisma, da una visión nueva de la realidad, permitiéndonos leerla no sólo en aquello que aparece, sino en aquello que está debajo de los acontecimientos. Llena de una fuerza que se hace entusiasmo en el don de si mismo a los otros, como caridad operativa. Sugiere criterios para relacionarse con Dios, con la creación, con la historia y con los hermanos, unifica la existencia, dándole un alma, un centro y una motivación. Reflexionando sobre la realidad que a veces vivimos como Familia Salesiana, señalaremos algunas TENTACIONES en las que podemos caer en el momento en que perdemos de vista nuestro carisma y la riqueza de nuestra espiritualidad apostólica. SIGUE...

8 Nosotros salesianos no vamos en busca de sacrificios y penitencias particulares, sino que acogemos con serenidad todas las dificultades, las incomprensiones, las fatigas que encontramos diariamente en nuestra vida y se las ofrecemos al Señor. Cuesta sonreír siempre, ser siempre acogedores, perdonar siempre y ser siempre el que da el primer paso hacia el hermano. Cuesta estar siempre disponibles, aun cuando tenemos ganas de pensar en nosotros mismos y de cerrarnos en nuestros asuntos privados. Cuesta ser optimistas incluso cuando todo parece que se derrumba. Así es como uno se hace sal que da sabor al mundo. 4. LA TENTACION DEL ESCRITORIO Otra tentación muy peligrosa es la de hacerse sedentarios por profesión o por elección, olvidando a los jóvenes reales que en torno a nosotros cada día se pierden, porque ya nadie va a buscarlos. La tentación de convertirse en representantes, en pasar de una reunión a otra, de reflexionar, reflexionar... perdiendo de vista a los muchachos. La nuestra es una espiritualidad que es y se hace misión. La palabra misión sabemos que deriva del latín “missio”, envío, “missus” enviado. Es Dios quien nos manda. Quiere que sigamos los pasos de don Bosco: dar más a quien ha recibido menos de la vida. Hoy don Bosco vive en cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros es don Bosco vivo. Levantémonos, pues, si es que estamos cansados y desanimados, si nos hemos acomodado, sentimos que nos viene a menos el deseo de luchar por un mundo mejor. Revivamos la creatividad de don Bosco, hallemos caminos nuevos, lenguajes nuevos para llegar al corazón de los muchachos, unámonos entre nosotros, volvamos a sentir dentro el ansia por la salvación de los jóvenes, la pasión que fue de nuestro Padre. Volvamos a descubrir la alegría de ser lo que somos. Los dos grandes Santos, Francisco de Sales y Juan Bosco, han dado testimonio y hecho fructificar en la Iglesia esta espléndida “gracia de unidad”. La resquebrajadura de esta unidad abre un peligroso espacio a aquellos activismos o intimismos que constituyen una tentación insidiosa para los Institutos de vida apostólica”. Ninguna dicotomía, entre interioridad y misión, entre unión con Dios y donación a los hermanos: es el mismo amor de Dios el que nos hace ser don para los hermanos. Así es como se puede realizar el llamado “éxtasis de la acción”, del cual habla San Francisco de Sales, sin olvidar a Dios por el mundo, ni al mundo por Dios. La síntesis de don Bosco es perfecta. La nuestra es una espiritualidad que se alimenta de una oración simple, profunda, que sabe llenar de Dios cada acción, cada compromiso, cada trabajo. 3. LA TENTACION DEL SALERO No sé si han oído alguna vez hablar de este tipo de tentación, “La experiencia del salero” nos dice que la sal que está bien guardada dentro del salero no sirve para nada, porque en realidad está hecha para salir y dar sabor. Cerrada en el salero es inútil y no realiza el objetivo propio de su naturaleza. También nosotros podemos olvidar que la nuestra es una espiritualidad apostólica, dinámica, que nos impulsa a “salir fuera”, que se caracteriza por una específica capacidad relacional, y caer en la tentación de cerrarnos en nuestra vida privada. Es fácil, entonces, oír expresiones como “No soy yo quien tiene que salvar el mundo. He hecho ya bastante, que hagan los demás... Es todo inútil, hoy la sociedad es diversa... los jóvenes de hoy son difíciles, rezaré por ellos.” Y, sin embargo, nos decimos hijos de Don Bosco, que no se arredraba ante nada y no se dejaba paralizar por las dificultades y la fatiga. “Hasta el último aliento será para mis jóvenes”. AMABILIDAD es la palabra clave que connota nuestra espiritualidad, nuestra vida salesiana, que atrae y fascina a quien tenemos al lado, pero que, al mismo tiempo, exige superación de nuestro egoísmo, una gran apertura a las necesidades de los demás, una serenidad constante, aun en los momentos difíciles, una confianza en las personas que permite ver más allá de las apariencias, una alegría profunda que se siente visible incluso cuando el corazón llora, un dominio de nosotros mismos, un trabajo constante sobre los aspectos ásperos y chocantes de nuestro temperamento. CONTINUARÁ... Adaptación de: EN FAMILIA PARA LA MISION Pina Bellocchi

9 4. CONCLUSION BELLEZA Y ACTUALIDAD DE LA VOCACION SALESIANA En mis visitas a la Congregación y a otros grupos de la Familia Salesiana he podido constatar la enorme fuerza de atracción y el entusiasmo que suscita la persona de Don Bosco, tanto entre los jóvenes como entre los adultos, entre la gente sencilla, como también entre las autoridades, políticos, agentes sociales, en las diferentes culturas y también entre personas de otras religiones. Hablando con muchos de ellos, he podido captar el agradecimiento que manifiestan por la presencia y la obra salesiana. Todos se sienten orgullosos de ser ex-alumnos/as y de haber experimentado la pedagogía salesiana. Con frecuencia el recuerdo de Don Bosco genera un gran entusiasmo popular y moviliza a poblaciones enteras. Su pedagogía y su estilo educativo, se considera un tesoro que se debe hacer conocer y conservar al mismo tiempo. Es, en efecto, una respuesta adecuada a los retos y a las expectativas de los jóvenes de hoy. Todo esto nos anima a vivir con digno orgullo y grato reconocimiento nuestra vocación, sintiéndonos herederos y continuadores de un carisma especial que Dios ha suscitado para los jóvenes, sobre todo los más pobres y en peligro. En estos 150 años de historia salesiana, a partir de la fundación de la Congregación y de la Familia Salesiana, vemos realizarse el sueño de Don Bosco, de implicar un amplio movimiento de personas que, compartiendo su Espíritu, se entregan a la misión juvenil. Todos nosotros somos parte y prueba de ese sueño en la realidad. Debemos vivir nuestra vocación salesiana con un gran sentido de agradecimiento; y el primer signo de reconocimiento es nuestra propia fidelidad, vivida con alegría y luminoso testimonio. Debemos hablar de nuestra vocación. Debemos hablar de Don Bosco y de su misión. Debemos poner en evidencia lo que la Familia Salesiana, por medio de sus grupos, ha realizado en el mundo y animar a muchas personas de buena voluntad a ofrecer no sólo su colaboración sino su misma vida para que la misión salesiana pueda continuar en el mundo en favor de los jóvenes tan amados por Dios. Todos nosotros podemos conocer y recordar a hermanos y hermanas, comunidades y grupos que han vivido y viven su vocación de modo admirable y atrayente. Sus vidas suscitan la estima y la implicación de muchas personas. También en situaciones muy difíciles, como las de los países comunistas, los miembros de la Familia Salesiana no se han dejado asustar y desanimar por los obstáculos y no se han retirado, esperando tiempos mejores, sino que han buscado vivir fielmente su vocación, ayudándose mutuamente a ser perseverantes en situaciones casi imposibles y dando lugar a formas originales y creativas para realizar, en la clandestinidad, un trabajo pastoral según el Espíritu salesiano. De este modo también en aquellas circunstancias tan adversas, han podido suscitar numerosas vocaciones a la vida religiosa y a la Familia Salesiana. Estoy seguro de que cada uno de vosotros, en los diversos grupos y en las congregaciones e institutos de la Familia Salesiana, ha conocido hermanos/as alrededor de los cuales han crecido numerosas vocaciones a la vida religiosa. Otros habrán promovido el compromiso por la misión de Don Bosco de numerosos laicos. Esa fuerza de animación tiene una fuente propia en la persona de nuestro gran Padre Don Bosco. Aún hoy, cada vez que los laicos colaboradores nuestros conocen bien la figura de Don Bosco y su Sistema Educativo y su Espiritualidad, quedan demostradamente entusiasmados y sienten el deseo de darlo a conocer a otros. Debemos, pues, estar orgullosos de nuestra vocación salesiana; conocer cada vez más a Don Bosco y, sobre todo, vivir y comunicar con entusiasmo su Espíritu y la misión salesiana. Como signo de gratitud por el don recibido de la vocación salesiana, nos comprometemos a hacerla conocer a todos, sobre todo a los jóvenes. Hablaremos de ella, cada vez que sea posible, a nuestros colaboradores y a los amigos que entran en contacto con nosotros. Nuestra vida, nuestro entusiasmo, nuestra fidelidad manifestarán plenamente que creemos en la belleza y en el valor de la vocación que hemos recibido. Creemos en su actualidad y la vivimos intensamente para responder con alegría a las necesidades y a las expectativas de los jóvenes y de la sociedad de hoy. El Señor Jesús y María Auxiliadora nos han confiado este don precioso para la salvación de los jóvenes. Es un don que custodiamos con amor, que vivimos con intensidad y que comunicamos con alegría. SIGUE...

10 Concluyo con una fábula para reflexionar sobre el tema del seguimiento, del camino, de la opción fundamental de la vida y del Señor, como único sumo bien y verdadera perla preciosa, por la que vale la pena vender todo. Son todos elementos que tienen que ver con la concepción de la vida como vocación. LA CARAVANA EN EL DESIERTO En el lejano Oriente vivía un emperador rico y poderoso. En todas las cortes del mundo se tejían alabanzas de su reino, de sus palabras y de su sabiduría. Pero los bardos y los cuenta cuentos que peregrinaban de castillo en castillo ponderaban sobre todo sus inmensas riquezas. ¡Bastarían sólo las piedras de su diadema para mantener a una ciudad!, declamaban. Como siempre sucede, todo esto fomentó la envidia y la codicia de otros reyes y de otros pueblos. Algunas tribus de bárbaros feroces y violentos se agolparon en las fronteras e invadieron el reino. Nadie lograba detenerlos. El emperador decidió refugiarse entre las tribus fieles que vivían en las montañas, más allá del terrible desierto. Una noche dejó el palacio imperial seguido por una ágil caravana que transportaba su fabuloso tesoro de lingotes de oro, joyas y piedras preciosas. Para hacer más expedita la marcha, lo acompañaban sólo sus guardias escogidos y los pajes, que le habían jurado fidelidad absoluta hasta la muerte. La pista a través del desierto serpenteaba entre dunas de arena quemadas por el sol, desfiladeros angostos y puertos empinados. Una pista conocida por pocos. A mitad del camino, mientras trepaban por un repecho pedregoso, agotados por la fatiga y por el ardiente reflejo de las rocas, algunos camellos de la caravana se derrumbaron jadeando y no se levantaron ya. Los cofres que transportaban rodaron por las laderas de la duna, se destrozaron y desparramaron todo su contenido de monedas, joyas y piedras preciosas que se metieron entre las piedras y en la arena. El soberano no podía aflojar la marcha. Los enemigos, probablemente, se habían dado cuenta de su huída. Con un gesto entre agrio y generoso, invitó a sus pajes y a sus guardias a que se quedasen con las piedras preciosas que pudiesen recoger y llevarse consigo. Un puñado de aquellos objetos preciosos les aseguraba ser ricos el resto de su vida. Mientras los jóvenes se lanzaban ávidamente sobre el rico botín y hurgaban afanosamente en la arena y entre las piedras, el soberano prosiguió su viaje en el desierto. Pero se dio cuenta de que alguien seguía caminando detrás de él. Se volvió y vio que era uno de sus pajes que le seguía jadeante y sudoroso. Y tú, le preguntó ¿no te has parado para recoger algo?. El joven fijó en él los ojos con una mirada serena, colmada de dignidad y de orgullo, y respondió: No, señor. Yo sigo a mi rey. El relato nos trae a la memoria aquel pasaje del Evangelio de Juan, que es una divisoria en la historia de Jesús: Muchos de los discípulos de Jesús se volvieron atrás y ya no andaban con Él. Jesús dijo entonces a los Doce: ¿También ustedes quiere marcharse? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿con quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros sabemos y creemos que Tú eres el Santo de Dios (Jn 6, 66-69). Una elección tan comprometida como entregar la propia vida en las manos de Dios es sólo posible si, como escribe Madeleine Delbrel, somos capaces de bailar dejándonos llevar por el Espíritu Santo. LA DANZA DE LA VIDA "Para ser un buen danzarín, contigo como con los otros, no hace falta saber a dónde lleva la danza. Basta seguir el paso, estar alegre, ser liviano y, sobre todo, no estar agarrotado. No hay que pedirte explicaciones sobre los pasos que te gusta hacer. Hay que ser como la prolongación, ágil y viva, de Ti. Y recibir de Ti la transmisión del ritmo de la orquesta. Hace falta no querer avanzar a toda costa, sino aceptar volverse atrás, andar de lado. Hay que saber pararse y saber resbalar, en vez de caminar. Y estos serían sólo pasos de estúpidos, si la música no hiciese de ellos una armonía. Pero nosotros olvidamos la música de Tu Espíritu, y hacemos de la vida un ejercicio de gimnasia; olvidamos que entre Tus brazos la vida es danza y que Tu santa voluntad es de una inconcebible fantasía. Si estuviésemos contentos de Ti, Señor, no podríamos resistirnos a la necesidad de danza que inunda el mundo, y llegaríamos a adivinar qué danza Te gusta hacernos bailar, casándonos con los pasos de Tu Providencia". Queridos hermanos y hermanas, os deseo a todos vosotros esta apasionante experiencia de dejaros conducir por el Espíritu. Nuestra vida se colmará de alegría y de entusiasmo y entonces podremos convertirnos, como Juan el Bautista, en maestros que saben ayudar a sus discípulos a convertirse en discípulos y apóstoles del Señor Jesús. Un fuerte abrazo y un año 2011 sereno y abundante de vocaciones para toda la Familia Salesiana.

11 V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE APARECIDA LOS FIELES LAICOS Y LAICAS, DISCIPULOS Y MISIONEROS DE JESUS, LUZ DEL MUNDO 209. Los fieles laicos son los cristianos que están incorporados a Cristo por el bautismo, que forman el pueblo de Dios y participan de las funciones de Cristo: sacerdote, profeta y rey. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo. Son “hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia”. 210. Su misión propia y específica se realiza en el mundo, de tal modo que, con su testimonio y su actividad, contribuyan a la transformación de las realidades y la creación de estructuras justas según los criterios del Evangelio. El ámbito propio de su actividad evangelizadora es el mismo mundo vasto y complejo de la política, de realidad social y de la economía, como también el de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los ‘mass media’, y otras realidades abiertas a la evangelización, como son el amor, la familia, la educación de los niños y adolescentes, el trabajo profesional y el sufrimiento. Además, tienen el deber de hacer creíble la fe que profesan, mostrando autenticidad y coherencia en su conducta. 211. Los laicos también están llamados a participar en la acción pastoral de la Iglesia, primero con el testimonio de su vida y, en segundo lugar, con acciones en el campo de la evangelización, la vida litúrgica y otras formas de apostolado, según las necesidades locales bajo la guía de sus pastores. Ellos estarán dispuestos a abrirles espacios de participación y a confiarles ministerios y responsabilidades en una Iglesia donde todos vivan de manera responsable su compromiso cristiano. A los catequistas, delegados de la Palabra y animadores de comunidades, que cumplen una magnífica labor dentro de la Iglesia, les reconocemos y animamos a continuar el compromiso que adquirieron en el bautismo y en la confirmación. 212. Para cumplir su misión con responsabilidad personal, los laicos necesitan una sólida formación doctrinal, pastoral, espiritual y un adecuado acompañamiento para dar testimonio de Cristo y de los valores del Reino en el ámbito de la vida social, económica, política y cultural. 213. Hoy, toda la Iglesia en América Latina y El Caribe quiere ponerse en estado de misión. La evangelización del Continente, nos decía el papa Juan Pablo II, no puede realizarse hoy sin la colaboración de los fieles laicos. Ellos han de ser parte activa y creativa en la elaboración y ejecución de proyectos pastorales a favor de la comunidad. Esto exige, de parte de los pastores, una mayor apertura de mentalidad para que entiendan y acojan el “ser” y el “hacer” del laico en la Iglesia, quien, por su bautismo y su confirmación, es discípulo y misionero de Jesucristo. En otras palabras, es necesario que el laico sea tenido muy en cuenta con un espíritu de comunión y participación. 214. En este contexto, el fortalecimiento de variadas asociaciones laicales, movimientos apostólicos eclesiales e itinerarios de formación cristiana, y comunidades eclesiales y nuevas comunidades, que deben ser apoyados por los pastores, son un signo esperanzador. Ellos ayudan a que muchos bautizados y muchos grupos misioneros asuman con mayor responsabilidad su identidad cristiana y colaboren más activamente en la misión evangelizadora. En las últimas décadas, varias asociaciones y movimientos apostólicos laicales han desarrollado un fuerte protagonismo. Por ello, un adecuado discernimiento, animación, coordinación y conducción pastoral, sobre todo de parte de los sucesores de los Apóstoles, contribuirá a ordenar este don para la edificación de la única Iglesia. 215. Reconocemos el valor y la eficacia de los Consejos parroquiales, Consejos diocesanos y nacionales de fieles laicos, porque incentivan la comunión y la participación en la Iglesia y su presencia activa en el mundo. La construcción de ciudadanía, en el sentido más amplio, y la construcción de eclesialidad en los laicos, es uno solo y único movimiento. DOCUMENTO CONCLUSIVO V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE APARECIDA, 13 AL 31 DE MAYO DEL 2007

12 Querido Amor: Sabías que a cuenta tuya se están haciendo infinidad de tonterías y disparates. Pero como es en tu nombre, a todo, mundo le parece bien. Hasta los legisladores se atreven a dar cada ley. Sabías, ahora dicen que necesitas pruebas. Cuando dos dicen amarse, uno de ellos pide y exige la llamada “prueba de amor”. Todos saben en que consiste y como termina: que primero te prueban y luego te dejan. ¿Sabes cuantas frutas mordisqueadas y tiradas se quedan por estos caminos de la vida? Otra hazaña hecha en nombre tuyo es engendrar hijos que luego ya no son reconocidos. ¡Si supieras cuantos hijos llevan repetido el apellido porque el padre se niega a dar el suyo! A nombre tuyo, amor, uno se casa, se descasa, se vuelve a casar. Cuando se dice separación ordinariamente se hace porque: “Estoy enamorad@ de alguien más, que sí me ama y me quiere”. Usando tu nombre todo es posible. Incluso ventilar estos casos en programas televisivos de “entretenimiento”, con el pretexto de amor por el pueblo. Te confieso, querido amor, que yo entendería todo esto si me dijesen que es a título de egoísmo, placer, instinto o dinero, pero, ¿a título de amor? TE SALUDA ALGUIEN QUE SIENTE AMOR, PERO QUE NO QUISIERA UTILIZAR A NADIE EN NOMBRE TUYO

13 GENERAL DEL SANTO PADRE: Para que los sacerdotes, unidos al Corazón de Cristo, siempre sean verdaderos testigos del amor solícito y misericordioso de Dios. MISIONERA DEL SANTO PADRE: Para que el Espíritu Santo haga surgir en nuestras comunidades numerosas vocaciones misioneras, dispuestas a consagrarse plenamente a difundir el Reino de Dios. MISIONERA SALESIANA: Para que todas las comunidades salesianas de la Región Cono Sur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) sepan implicar a los jóvenes en los grupos misioneros como su contribución en la Jornada Misionera Salesiana 2011. La Región Cono Sur ha celebrado la Primera Convención del Voluntariado Misionero en mayo de 2010 en Sao Paolo. La cultura misionera de la Región incluye bastantes grupos de infancia misionera, grupos misioneros, con una oferta del voluntariado misionero para los jóvenes adultos. Rogamos, que este movimiento alcance a todas las Inspectorías, a fin de que la invitación del CG 26,49 también se ponga en práctica en esta Región: "A ejemplo del amor de Jesús, los Salesianos promuevan el espíritu misionero, poniendo generosamente a disposición del Rector Mayor personal salesiano para la missio ad gentes y también favorezcan las vocaciones misioneras entre los laicos y las familias". PARA FORMACION DE LAICOS EMPEÑADOS EN LA MISION

14 Te ruego que clasifiquemos scmariaauxiliadora@gmail.com DOCTOR, TODOS ME DICEN QUE SOY UN ABURRIDO USTED SE ENCUENTRA AQUI SI NO RESPETO LAS SEÑALES DE TRANSITO


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