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John Maynard Keynes (1883-1946) Francisco Comín (UAH)

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Presentación del tema: "John Maynard Keynes (1883-1946) Francisco Comín (UAH)"— Transcripción de la presentación:

1 John Maynard Keynes (1883-1946)
Francisco Comín (UAH)

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3 Índice 1ª Parte. Introducción. 2ª Parte. Biografía
3ª Parte: La obra de Keynes. 4ª Parte. El legado de Keynes.

4 1ª Parte. Introducción. Las crisis del período de entreguerras.
El período de entreguerras estuvo marcado por profundas crisis económicas, políticas, sociales y culturales: 1) El sistema capitalista fue desafiado. 2) La evidencia de las crisis. 3) El cumplimiento de las profecías marxistas. 4) El cuestionamiento de la ortodoxia neoclásica. 5) Las reacciones de los economistas.

5 1) El sistema capitalista fue desafiado.
El estallido de la primera guerra mundial sembró la duda sobre la racionalidad del sistema capitalista mundial; Muchos economistas reconocieron las razones de los pensadores marxistas que hablaban del imperialismo y que habían profetizado la gran guerra; Las profundas revueltas sociales y la revolución bolchevique demostraron en la práctica que el capitalismo no era eterno y que la revolución proletaria era posible.

6 2) La evidencia de las crisis.
Los economistas tuvieron suficiente evidencia en la realidad económica de que el desequilibrio predominaba sobre el equilibrio. Todo pareció desintegrarse en el período de entreguerras: a) La crisis de la posguerra y, sobre todo, la gran depresión suponían un despilfarro de recursos y altos desempleos; b) Se desintegró el comercio internacional y el sistema de pagos internacional;

7 Más evidencias de las crisis (2).
c) Se abandonó el patrón oro; d) Se abandonó el librecambio y se recurrió a las devaluaciones competitivas y al proteccionismo a ultranza; e) El crecimiento fue inestable y seguido de crisis cada vez más acusadas, con grandes tasas de desempleo; f) Hubo profundas crisis de las bolsas y las crisis bancarias de los años 1930;

8 3) El cumplimiento de las profecías marxistas.
En este período parecía que las profecías marxistas se estaban cumpliendo: a) el surgimiento de una economía socialista; b) la caída de la tasa de beneficio; c) la miseria creciente de los trabajadores; d) la exacerbación de las luchas imperialistas; e) la concentración del capital y de las empresas; f) la agudización de las oscilaciones cíclicas.

9 ¿El colapso del capitalismo?
En los años 30 los economistas se preguntaban si el capitalismo se acercaba colapso total; Schumpeter pensaba que colapsaría y que se impondría el socialismo; Keynes pensaba que el capitalismo tenía remedio realizando reformas.

10 4) El cuestionamiento de la ortodoxia neoclásica.
La crítica realidad económica debilitó la fascinación intelectual que ejercía la ortodoxia económica neoclásica, que predicaba lo exactamente lo contrario de lo que sucedía en la realidad: a) el equilibrio en los mercados y la ausencia de crisis; b) la armonía en la sociedad y entre las clases sociales; c) la eficacia productiva y distribuida de la competencia perfecta; d) la racionalidad de los agentes económicos.

11 El fin del laissez faire y del librecambio
Ante la falta de conexión entre teoría neoclásica y realidad económica se puso en duda la ideología del laissez faire, abogando por una mayor intervención del Estado. Muchos economistas comenzaron a teorizar sobre la necesidad de abandonar el librecambio y acudir al proteccionismo para salvar el capitalismo.

12 5) Las reacciones de los economistas.
Ante aquellas circunstancias tan críticas y la quiebra explicativa del paradigma neoclásico, los economistas del período de entreguerras reaccionaron de distintas maneras que se pueden clasificar en tres grupos: 5.1ª) Abandono del neoclasicismo. 5.2ª) La teoría pura divorciada de la realidad. 5.3ª) La reforma de la economía neoclásica.

13 5.1ª) Abandono del neoclasicismo.
Hubo economistas que experimentaron una conversión (Goodwin) que les llevó a huir de la ciencia ortodoxa neoclásica, buscando planteamientos teóricos alternativos, de tipo marxista, institucionalista u otros, que proporcionaban instrumentos más afinados para comprender la realidad.

14 5.2ª) La teoría pura divorciada de la realidad.
Hubo economistas que abandonaron cualquier pretensión de utilizar la teoría neoclásica para comprender la realidad. Se limitaron a cultivarla como teoría pura (sin relación alguna con la realidad). Quedaron satisfechos de resolver los problemas matemáticos y rompecabezas teóricos que aquella teoría tenía pendientes de resolver.

15 5.3ª) La reforma de la economía neoclásica.
Hubo economistas que, respetando la ciencia neoclásica en la que se habían educado, trataron de reformarla para que explicara la nueva realidad. Los ejemplos más claros fueron Keynes y Schumpeter, pero hubo muchos más. Estos economistas: 1) volvieron a plantearse los problemas que estaban en el origen de la Economía política, constituidos por la dinámica macroeconómica. 2) no lograron liberarse de las técnicas del pensamiento neoclásico (que servían más para ocultar la realidad que para entenderla).

16 2ª Parte. Biografía de John Maynard Keynes (1883-1946).
Nació en Cambridge, en un hogar de clase media. Su padre, John Neville Keynes era un economista competente y respetado; amigo de Marshall. Sus padres cuidaron mucho la educación y la salud de Maynard.

17 Formación académica: Matemáticas.
En 1897, Keynes consiguió una beca para estudiar en Eton (el mejor colegio del Reino Unido). Allí ya mostró su gran inteligencia, personalidad, arrogancia, curiosidad y capacidad de liderazgo. En 1902 consiguió otra beca para estudiar matemáticas y clásicos en el King’s College de Cambridge. Keynes se graduó en matemáticas con las máximas calificaciones en 1905 estudió algo de economía con Marshall y Pigou.

18 Formación humana: Los apóstoles.
En Cambridge, formó parte de la restringida sociedad estudiantil, conocida como “los apóstoles”, integrada por personas que se harían famosas, en la literatura y de las artes. Los apóstoles negaron la validez de las normas sociales y las tradiciones para imponer la moral: estaban en contra de los valores judeocristianos; defendían la homosexualidad; reivindicaban la amistad y la belleza; eran anti utilitaristas y anti victorianos.

19 La economía: una disciplina instrumental.
Los apóstoles dudaban de la utilidad del pensamiento y de los beneficios que éste podía proporcionar a la humanidad. De aquí sacó Keynes la idea de que la economía era una disciplina meramente instrumental, que no complementaba la formación del ser humano.

20 El círculo de Bloomsbury (los apóstoles ya adultos).
Keynes formó parte del grupo de Bloomsbury: unos amigos que eran intelectuales excéntricos. Keynes chocó en varios aspectos con ellos: a) ellos eran antivictorianos, mientras que Keynes hizo carrera de funcionario; b) eran pacifistas y Keynes colaboró activamente con los gobiernos británicos en las dos guerras mundiales; c) eran artistas pobres, mientras que Keynes se enriqueció, lo que le permitió financiar actividades culturales y artísticas.

21 Bloomsbury influyó en el pensamiento keynesiano.
Keynes tuvo palabras duras y despreciativas contra los empresarios; le parecía repugnante la búsqueda afanosa de dinero, que era el objetivo fundamental de los empresarios. Keynes también desdeñaba a los políticos. Opinaba que el mundo funcionaba mal por la ignorancia y estupidez de la gente corriente. Keynes creyó que un grupo selecto y refinado de funcionarios y políticos podría asegurar el bienestar de la población.

22 La tesis y la boda. En 1921 publicó su tesis doctoral titulada Un tratado sobre la probabilidad, que estudiaba el conocimiento inductivo, del que extraería ideas interesantes, como las relacionadas con las expectativas. En 1921, Keynes conoció a la estrella del valet ruso Lydia Lopokova, con quien se casó en 1925.

23 Una actividad múltiple y desenfrenada.
La actividad de Keynes fue muy amplia y brillante. Realizaba múltiples actividades al mismo tiempo: a) tesorero del King’s College; b) especulador en divisas; c) asesor de empresas; d) accionista de un periódico; e) presidente de una gran compañía de seguros;

24 Multiatividades f) asesor del gobierno; g) escritor de artículos en la prensa y de libros con gran calidad literaria como Ensayos de persuasión (1931) y Ensayos biográficos (1933); h) patrono de las artes; i) profesor universitario; j) director del Economic Journal.

25 De la burocracia imperial a la universidad.
Keynes aprobó las oposiciones e ingresó en la Oficina de la India ( ). Alfred Marshall sugirió a Keynes que regresara a Cambridge Para impartir lecciones de Economía en la cátedra de Pigou (que le acababa de suceder). Aunque tenía poca formación en economía, Keynes aceptó. En 1911, Keynes fue nombrado director del Economic Journal, cargo que ocupó hasta 1944.

26 3ª Parte: La obra de Keynes.
3.1) Su trabajo como asesor y la política económica.

27 3.1.1) Asesor presidencial durante la primera guerra mundial.
Keynes aceptó en 1915 un puesto como asesor del Ministerio de Hacienda, donde trabajó intensamente durante la guerra, arriesgando su salud. Fue nombrado representante del Tesoro británico en la conferencia de paz de Versalles. No compartía la política de los aliados de castigar a Alemania en los tratados de paz, por lo que renunció y volvió a Londres en 1919.

28 Las consecuencias de la paz.
En 1919, publicó Las consecuencias económicas de la paz, que le granjeó fama mundial a Keynes. El libro sostenía que las enormes cargas de reparaciones impuestas Alemania provocarían una dictadura y una nueva guerra; Keynes aceptó plenamente en esta predicción. En esta obra ya aparecía la cuestión central del enfoque keynesiano: los tiempos habían cambiado y los mercados ya no funcionaban bien, particularmente los de trabajo, ahorro e inversión.

29 3.1.2) El período de entreguerras: laboratorio experimental para la teoría neoclásica.
Como sucedió en la época de Ricardo y Malthus, la Inglaterra del período de entreguerras fue un laboratorio experimental para la teoría económica. Esta evolucionó ligada a los debates públicos sobre los problemas económicos reales y las opciones de política económica propuestas para solucionarlos.

30 3.1.2.1) Patrón oro y desempleo.
En el período de entreguerras los principales temas de debate económico fueron: el retorno al patrón oro y el desempleo, que estaban relacionados entre sí. Dada la rigidez de los precios y los salarios, los procesos de ajuste del patrón oro se realizaban: 1) mediante modificaciones de los tipos de interés, que afectaban a los movimientos internacionales de capital.

31 Ajuste vía producción. 2) los procesos de ajuste de los desequilibrios del patrón oro también comportaban procesos deflacionistas, que reducían la producción, la renta real y el nivel de empleo. El ajuste a través del desempleo se había convertido en algo peligroso políticamente, dada la creciente organización de los sindicatos.

32 Había dos posturas respecto al patrón oro:
1ª) El Treasury View Los neoclásicos puros. 2ª) Los neoclásicos pragmáticos: Robertson, Pigou y Keynes

33 Era la doctrina oficial de los gobiernos británicos.
1ª) El Treasury View. Era la doctrina oficial de los gobiernos británicos. Estaba basada en la ortodoxia liberal del siglo XIX y predicada la necesidad de: equilibrar el presupuesto público, y practicar el laissez faire del Estado frente a la economía privada. En esta línea se situaron Hawtrey, Robbins y von Hayek.

34 El crowding out del gasto público.
Puesto que el gasto público se acaba financiando con recursos privados (ya fuese con impuestos o con deuda pública), el aumento del mismo sustraería capital a la iniciativa privada y reduciría el empleo en el sector privado (en la misma proporción en que aumentaba en el sector público). Esto es lo que sostenía Churchill en el Parlamento en 1929.

35 Esto ya había sido argumentado por Hawtrey a comienzos del siglo XX.
Hawtrey también llamó la atención sobre los peligros que tendría la posibilidad de financiar el déficit públicos con la expansión monetaria, pues acentuarían las fluctuaciones económicas responsables del desempleo. Hawtrey tenía una teoría del ciclo puramente monetaria.

36 Robbins y von Hayek (LSE)
En la década de 1930, Robbins y Hayek se unieron a Hawtrey en la defensa del punto de vista del Tesoro. Hayek trató de compaginar una teoría monetaria de los ciclos con otras dos teorías: la del capital de Böhm-Bawerk, y la del proceso acumulativo de Wicksell.

37 2ª) Los neoclásicos pragmáticos (Cambridge).
En el frente teórico opuesto se hallaban Robertson, Pigou y Keynes. Pigou había criticado la teoría de Hawtrey en 1908 y Robertson lo hizo en 1915. El problema consistía en demostrar científicamente que el punto de vista del Tesoro estaba equivocado. Este fue uno de los principales temas de debate del que surgió la revolución keynesiana.

38 Robertson Robertson tenía una teoría de las fluctuaciones económicas basada en los factores reales, combinando una teoría de la sobreinversión con otra teoría de los efectos de las innovaciones tecnológicas similar a la de Schumpeter.

39 Pigou (1) Pigou fue otro crítico del punto de vista del Tesoro, y su teoría del ciclo económico se basa en tres elementos: a) las variaciones del desempleo son generadas por las variaciones de la demanda agregada, en especial por las s inversiones, a través de un proceso de propagación basado en el multiplicador (aunque no enunció este concepto);

40 Pigou (2) b) las fluctuaciones de las inversiones dependen fundamentalmente de las expectativas de beneficios de los empresarios (tesis marshalliana); c) el aumento del desempleo depende de que se cumplan dos condiciones institucionales: una elevada elasticidad de la oferta de crédito, y una alta flexibilidad de los precios y los salarios.

41 3.2) La elaboración de la doctrina keynesiana: cómo llegó Keynes a ser keynesiano.
El proceso de formación de la teoría keynesiana tuvo dos momentos sucesivos: 3.2.1) la década de 1920; 3.2.2) la década de 1930.

42 Keynes se opuso al retorno del patrón oro,
) La reliquia bárbara (patrón oro). (Breve tratado sobre la reforma monetaria, 1923) Keynes se opuso al retorno del patrón oro, señalando el peligro deflacionario que entrañaba. era un ataque contra el patrón oro. El tratado era también una defensa de la política monetaria autónoma realizada por el Banco Central. Keynes consolidó la idea de el mercado de dinero no funcionaba bien, y que los funcionarios del Banco de Inglaterra podrían controlar las emisiones de libras, para remplazar la disciplina y rigidez de la política automática impuesta por el patrón oro.

43 A largo plazo todos muertos.
Keynes sostenía que el nivel de precios sólo tiende a ser proporcional a la cantidad de dinero en el largo plazo. Añadió que, a largo plazo, todos estaríamos muertos, y que lo importante era actuar en el corto plazo.

44 El patrón oro y la reforma monetaria
El patrón oro y la reforma monetaria. Las consecuencias económicas del señor Churchill (1926) En 1925, Inglaterra volvió al patrón oro a pesar de las críticas de Keynes. Los efectos depresivos que Keynes había predicho se cumplieron al pie de la letra. Keynes atacó al ministro de Hacienda, Winston Churchill señalando que la libra estaba sobrevalorada con respecto al dólar, por lo que el retorno al oro, en presencia de salarios rígidos, implicaría ajustes en la producción que perjudicarían a la industria exportadora inglesa.

45 3.2.1.2) Los programas de inversión pública.
En su artículo ¿Necesita el desempleo un remedio drástico?, en 1924, Keynes defendió los programas de inversión pública para luchar contra el desempleo, que apoyaba la política de empleo propuesta por Lloyd George y el Partido Liberal.

46 El fin del laissez faire (1926).
Keynes abogaba por el abandono de la rígida ortodoxia liberal, sostenía que el Estado no debía entrometerse en los ámbitos donde la actividad privada fuera eficiente. pero sí donde el Estado podía conseguir una mayor eficiencia para la economía, como en el control del crédito y la regulación de la formación y distribución de ahorro. Keynes ya sostuvo que el Estado debía asumir la “dirección deliberada de la economía utilizando algunos instrumentos políticos”.

47 Su incursión en la política: plan de obras públicas.
Políticamente Keynes se acercó al proyecto liberal de Lloyd George. En un folleto de 1929 (escrito con H. Henderson) Keynes defendió un programa de obras públicas para crear empleo. El programa no pudo aplicarse porque George perdió las elecciones.

48 3.2.2.1) La teoría monetaria de 1930: El Tratado del dinero.
Aquí Keynes analizaba las fluctuaciones económicas, los precios y la relación entre el ahorro y la inversión. El Tratado del dinero se apoyaba en la teoría sueca de los tipos de interés de Knut Wicksell, para explicar la diferencia entre inversión y ahorro y las fluctuaciones en la actividad y los precios. Siguiendo a Malthus, Keynes lanzó la herejía de que el ahorro no era una virtud social.

49 La antesala de la revolución keynesiana.
La maduración de la revolución keynesiana fue posterior a la publicación del Tratado sobre el dinero (1930), precisamente para subsanar las críticas que éste recibió.

50 Keynes inspiró el Informe MacMillan (1931).
Elaborado por un comité, este informe: propugnaba una política económica similar a la propuesta en El final del laissez faire. sus propuestas de política monetaria se inspiraban en el Tratado sobre el dinero: la expansión monetaria por medio de la inflación estimularía los beneficios y las inversiones, alejando la economía del camino hacia la depresión.

51 El modelo del Tratado sobre el dinero (1930).
Keynes se había apoyado en un modelo complejo basado en dos líneas de investigación: 1ª) Las teorías neoclásicas del ciclo como fenómeno de desequilibrio monetario (de Marsahll y Wicksell); 2ª) Las teorías del desequilibrio entre producción y gasto de economistas heterodoxos como Tugan-Baranowski y Hobson.

52 1ª) Los desequilibrios monetarios (Marshall).
El elemento marshalliano derivaba de la teoría de la demanda monetaria (la ecuación de Cambridge), que Keynes formuló en términos de la cantidad de reservas líquidas que la gente desea conservar. Siguiendo a Robertson, Keynes dio un paso más, distinguiendo la demanda por motivo de transacciones y por precaución (que dependía del estado de confianza de la gente. El tipo de interés bancario dependía de la oferta y la demanda monetarias.

53 2ª) Los desequilibrios en la producción.
De los modelos heterodoxos de desequilibrio (dos sectores de Marx), Keynes dedujo que: 1) Puesto que las decisiones de inversión no eran decisiones de ahorro (ni de producción de bienes de inversión) el gasto en inversión podía superar a la producción de bienes de inversión. 2) Ante ese desequilibrio, los precios de los bienes de inversión superarían a los costes (incluidos los beneficios normales) lo que aumentaría los beneficios (extraordinarios). 3) La mayor confianza de los capitalistas aumentarían sus gastos (consumo e inversión), extendiendo el proceso inflacionario, al extenderse al resto de la economía.

54 Las críticas al Tratado sobre el dinero.
La principal (de Hawtrey y los jóvenes economistas de Cambridge) afirmaba que: las ecuaciones fundamentales del modelo del Tratado sólo eran válidas en situación de pleno empleo. Keynes acusó el golpe y comenzó el trabajó teórico que le llevaría a la Teoría general (1936).

55 El replanteamiento teórico de Keynes de 1931.
a) Keynes manifestó su escepticismo sobre la posibilidad de que la política monetaria arreglara el desempleo; b) En una conferencia en Chicago, Keynes admitió que podría darse una situación de equilibrio con desempleo: afrontó el problema del desempleo en términos del nivel de producción de equilibrio (determinado por la inversión).

56 3.2.2.1) La obra cumbre: La Teoría general (1).
En 1936 público la Teoría general del empleo, el interés y el dinero, que le convirtió en el economista más importante del siglo XX. Según Paul Samuelson, el libro está mal escrito y mal organizado, aunque consideró que era la obra de un genio.

57 La Teoría general estaba organizada en seis libros.
Libro I: Keynes abogó que su teoría era general mientras que la teoría clásica era un caso especial, del ajuste automático de los mercados; Keynes reivindicó a Malthus y afirmó que podía haber desempleo involuntario y que la ley de Say no funciona. Los libros III a V, tratan del consumo, la inversión y los salarios; El libro IV trata del mercado monetario, que incluía dos mercados (capital y dinero). El libro VI, trata del ciclo económico, defendió el mercantilismo y el capitalismo, y concluyó con su reflexión sobre el gran poder de las ideas (las acertadas las equivocadas).

58 El modelo de la Teoría general.
Keynes señaló que las economías de mercado no podrían salir por sí solas de la gran depresión. El capitalismo liberal era incapaz de garantizar el crecimiento y el pleno empleo. El genio de Keynes consistió en: a) presentar un modelo macroeconómico que demostraba que el capitalismo tenía debilidades; b) proporcionar las soluciones para salvarlo.

59 3.2.2.2) La teoría general (2): demanda efectiva y empleo.
La revolución Keynesiana: el salto teórico fundamental de Keynes consistió en abandonar el análisis de desequilibrio del Tratado para adoptar un enfoque de equilibrio macroeconómico. Para entenderlo, hay que partir de la crítica que Keynes realizó de la ley de Say.

60 1º) Críticas a la ley de Say.
1) Las críticas tradicionales rechazaban la ley de Say, señalando el desequilibrio existente entre producción y gasto; el análisis del mismo llevaba a los modelos de desequilibrio ahorro –inversión, que culminaron en las ecuaciones del Tratado sobre el dinero, de Keynes.

61 2) Keynes invirtió la ley de Say.
Por el contrario, en la Teoría general (1936) Keynes criticó la ley de Say por una razón distinta: Keynes invirtió la dirección de causalidad entre producción y gasto; Para Keynes no era la producción la que generaba el gasto, sino que, al contrario, eran las decisiones de gasto las que generaban la demanda, a la que se ajustaba la producción.

62 Esta tesis de Keynes tiene tres implicaciones teóricas:
1ª) Para no analizar los procesos dinámicos de ajuste de la producción a la demanda; Keynes supuso que esos ajustes eran rápidos, por lo que podían ser ignorados; el análisis se convirtió en un análisis del equilibrio; 2ª) Dado aquel supuesto, para el estudio de los factores que determinan el nivel de la producción, tampoco había que analizar los cambios en la estructura intersectorial de la producción; ésta es la principal justificación del análisis macroeconómico keynesiano; 3ª) Los determinantes del nivel de empleo estaban en las decisiones de gasto; por ello, Keynes se centró en el estudio de la teoría de la demanda efectiva.

63 2º) El modelo de Keynes (descripción literal).
El modelo de Keynes es un conjunto de funciones sencillas que describen las relaciones macroeconómicas entre variables agregadas. Los sucesores de Keynes expresaron el modelo aritmética y geométricamente, mediante gráficos de cuadrantes cruzados que interconectan los mercados. La clave para interpretar a Keynes es que éste pensaba que todos esos mercados interconectados funcionaban mal.

64 Los efectos en cadena. La teoría keynesiana de la demanda efectiva tenía unos efectos sucesivos: 1) los cambios en la demanda producían cambios en la renta y el empleo; 2) estos cambios en la renta llevaban a nuevas posiciones de equilibrio con paro.

65 La imperfección del mercado de trabajo.
El paro existía porque el mercado de trabajo no funcionaba adecuadamente. Keynes presentó un análisis de sus imperfecciones y señalaba la asimetría consistente en que cuando la demanda de trabajo caía (como sucedía en las depresiones) la rigidez salarial impedía que bajaran los salarios, lo que aumentaba el desempleo.

66 El mercado inversor Había una separación entre el ahorro (que dependía de la renta) y la inversión (que dependía del interés y la rentabilidad de las inversiones llamada eficiencia marginal del capital). Nada garantizaba que las personas diferentes que tomaban las decisiones de ahorrar invertir las adoptarían de forma coherente. El ahorro no llevaba directamente a la inversión, sino que era simplemente una reducción del gasto, una filtración del flujo fuera del modelo. No era el ahorro lo que creaba la riqueza, como decían los clásicos, sino el gasto. Un ahorro excesivo comportaba una insuficiencia de la demanda efectiva, con el riesgo de generar paro.

67 Dos razones por las que el ahorro no se convierte automáticamente en inversión:
1) En una depresión económica el problema es que no haya demanda de dinero para invertir, con independencia de que los tipos de intereses sean muy bajos. 2) La causa radica en las expectativas (casi irracionales) de los empresarios que pueden reducir drásticamente los rendimientos esperados de sus inversiones (eficiencia marginal del capital).

68 3.2.3) La teoría de la demanda efectiva (modelo keynesiano de Hansen).
1ª) La demanda agregada es la suma de la inversión (I) y del consumo (C). El consumo varía con la renta: C=C0+cY; La inversión es un componente autónomo, que no depende de la renta. El gasto agregado es G=I+ C0+cY.

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70 Equilibrio con desempleo.
El equilibrio se alcanza en el punto E, donde la demanda agregada es igual a la renta (la bisectriz del cuadrante reúne todo los puntos en que el gasto agregado es igual a la renta). Puesto que el consumo depende del nivel de renta, y la inversión es un gasto autónomo, esta última es la variable que determina el nivel de actividad y renta. En el punto de equilibrio se da la igualdad entre la oferta y la demanda agregadas; en el mismo, todas las rentas obtenidas se gastan y el ahorro es igual a la inversión. No obstante, el nivel de producción de equilibrio no es necesariamente el de pleno empleo.

71 2ª) Las inversiones generan el ahorro que las financia.
Otro punto importante: las inversiones generan el ahorro necesario para la inversión; Es decir, las decisiones de inversión son independientes de la cantidad de ahorro disponible cuando se toma la decisión; Dada la propensión al consumo, una inversión determinada produce, por medio del multiplicador, un nivel de ahorro suficiente para financiar aquella inversión. La figura 7.1 muestra que un aumento de las inversiones de I a I’ aumentará la renta de Ye a Ye’, y el ahorro se ajustará al nuevo nivel de inversión.

72 3ª) Implicaciones de la importancia de la inversión en el modelo.
La propuesta de Keynes de que los niveles de actividad y empleo dependen de las decisiones de inversión tiene dos importantes implicaciones teóricas:

73 3ª-1ª) La irrelevancia de los precios relativos.
Como el empleo dependía de las inversiones (y no de su composición), quedaba refutada la idea neoclásica de que el pleno empleo se alcanzaba mediante cambios en los precios relativos de los factores (y la consiguiente variación de las demandas relativas). Keynes descubrió esto tardíamente y no le concedía mucha importancia, ni lo utilizó para criticar a los neoclásicos. Keynes estaba más interesado en elaborar una teoría alternativa la ortodoxia neoclásica que en criticarla a fondo.

74 Keynes siguió siendo neoclásico.
Por otro lado, Keynes no se liberó totalmente de la influencia de la teoría neoclásica, pues seguía aceptando, por ejemplo, que el salario estaba determinado por la productividad marginal del trabajo. Los discípulos de Keynes aprovecharon estos argumentos en los debates de las décadas de 1950 y 1960 para diferenciar las escuelas post keynesiana y neoclásica.

75 3ª-2ª) Los determinantes de la inversión.
El objetivo de Keynes fue explicar la inestabilidad del capitalismo, originada porque las inversiones privadas no garantizaban el pleno empleo. Para Keynes, las inversiones dependían de la eficiencia marginal del capital (una estimación que los empresarios hacían de su rentabilidad).

76 La eficiencia marginal del capital.
Los empresarios estimaban los rendimientos futuros de sus inversiones (Rt), y calculaban la eficiencia marginal del capital (r) como el tipo de descuento que igualaba el valor actual de dichos rendimientos con el coste de adquirir los bienes de capital (K=K * i; siendo i el coste de financiación de la adquisición de K). Por tanto, K =  Rt /(1+r)t, siendo el sumatorio desde el momento de la inversión (0) hasta el período n.

77 EMC (2) Para un determinado nivel de capital, cuanto más altos fueran los rendimientos esperados (R) más alta sería la eficiencia marginal del capital (r) Asimismo, para un determinado estado de las expectativas, la eficiencia marginal del capital disminuiría al aumentar el valor de las inversiones (K * i). Por tanto, el nivel de las inversiones (K) dependerá del tipo de interés (i). Pero mucho menos que de las expectativas empresariales.

78 Los estados de ánimo de los empresarios.
Los “animal spirits” (estado de ánimo) de los empresarios. Pero, la eficiencia marginal del capital es una estimación del rendimiento de las inversiones que depende más de variables psicológicas y de las expectativas de los empresarios (animal spirits). En el modelo keynesiano, los niveles de actividad y empleo dependen de un factor psicológico incontrolable y muy inestable.

79 EMC (3) En la figura 8 se dibujan distintas curvas de eficiencia marginal del capital, cada una de las cuales depende de un diferente estado de las expectativas empresariales (F). Para un estado determinado, las inversiones aumentarán al disminuir el tipo de interés (i). Para un tipo de interés determinado, las inversiones disminuyen cuando empeora el estado de confianza de los empresarios (desplazamiento de la curva).

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81 La eficiencia marginal del capital no es la productividad marginal del capital.
Esto marca una profunda diferencia entre el concepto de eficiencia marginal del capital keynesiano y la productividad marginal del capital de los neoclásicos. Erróneamente algunos economistas neoclásicos han asimilado ambos conceptos.

82 4) La teoría general (3): la preferencia por la liquidez.
4.1) El tipo de interés: variable real o monetaria. 1) La teoría neoclásica considera el tipo de interés como una variable real. Su valor depende de la tecnología y/o la psicología. El tipo de interés se considera el precio del ahorro. El tipo de interés de equilibrio iguala el ahorro y la inversión.

83 4.2) Keynes: variable monetaria.
La teoría keynesiana señala que el ahorro se ajusta a la inversión, mediante las variaciones de renta inducidas por los cambios en la inversión. En el proceso de ajuste keynesiano, el tipo de interés no desempeña ninguna función. Para la determinación del tipo de interés, Keynes lo consideró como una variable monetaria, y su valor dependía de las fuerzas de la oferta y la demanda de dinero.

84 4.3) La preferencia por la liquidez.
Keynes amplió la demanda de dinero para incluir nuevos factores determinantes: a) La demanda por transacción. La teoría cuantitativa, expresada en la ecuación de Cambridge, sostenía que la demanda de reservas líquidas sólo atendía al principio de transacción; se demandaba dinero para poder comprar bienes;

85 b) La demanda por precaución.
Las reservas líquidas también se demandaban por motivos de previsión; Este es el origen de la teoría de la preferencia por la liquidez: los individuos demandan activos líquidos porque el futuro es incierto, y el dinero permite hacer frente en cualquier momento a contingencias inesperadas. Los agentes que renuncian a mantener activos líquidos son recompensados con el premio por la liquidez (la diferencia entre los rendimientos de los activos no líquidos y el de los activos líquidos).

86 La demanda de dinero depende el tipo de interés.
Keynes supuso que el rendimiento del dinero es nulo, por lo que el premio por la liquidez es el interés pagado por un activo no líquido (título de renta fija); por lo tanto, la demanda de dinero depende también del nivel de tipo de interés. Dada la preferencia por la liquidez, la demanda de dinero será mayor cuanto menor sea el tipo de interés. Si las autoridades monetarias logran controlar la oferta monetaria, también determinarán el tipo de interés. Entonces los gobiernos podrían utilizar la política monetaria.

87 5) La efectividad de la oferta monetaria.
1º) Funciona en la teoría. La política monetaria actúa sobre la economía real a través de un mecanismo de transmisión indirecta (hoy llamado mecanismo keynesiano). Una expansión de la oferta monetaria incrementará el precio de los bonos y disminuirá el tipo de interés; esto reducirá el costo de la financiación y aumentarán las inversiones, lo que, a través del efecto multiplicador, también aumentará la renta y el empleo. En la Teoría general de Keynes se justifica este uso de la política monetaria; como había hecho en la década de 1920.

88 2º) Escepticismo en la práctica.
Pero en la década de 1930, Keynes se mostró escéptico con respecto a la eficacia de la política monetaria, debido a tres tipos de razones:

89 1ª) Las autoridades monetarias no logran controlar eficazmente la oferta de dinero.
Por comodidad expositiva, en la Teoría general Keynes había supuesto que la oferta monetaria era fijada exógenamente por las autoridades. Pero, al tratar de cuestiones prácticas, Keynes opinó que la oferta monetaria se adaptaba bastante elásticamente a la demanda, por lo que debería ser considerada como una variable endógena (el pensamiento poskeynesiano sacó rendimiento esta visión);

90 2ª) El tipo de interés venía determinado también por la especulación.
Keynes reformuló la teoría de la demanda de dinero (preferencia por la liquidez) que incorporaba el motivo de especulación para mantener saldos en efectivo; de manera que en una depresión podría ocurrir que el tipo de interés estuviera tan bajo que la mayoría de los inversores prefería mantener liquidez; todo el dinero que el Banco Central inyectara en la economía sería atesorado por los agentes, sin tener ninguna repercusión sobre el estímulo de la actividad. Este fenómeno se llamó trampa de la liquidez.

91 Trampa de la liquidez. En tiempos normales, cuando los precios de los títulos aumentan (y el tipo de interés disminuye) los especuladores piensan que acabarán retornando a su valor fundamental; por lo tanto, venderán títulos para recomprarlos más baratos en el futuro, contribuyendo a estabilizar el mercado de bonos. Por el contrario, en tiempos anormales (para Keynes en la bolsa siempre eran tiempos anormales) los especuladores no tienen en cuenta los valores fundamentales, y especulaban fuertemente a muy corto plazo: comprarán títulos cuando los precios aumentan, contribuyendo inflar la burbuja.

92 Trampa 2 Esta especulación desestabiliza el mercado y condena a la ineficacia las políticas monetarias que intentan fijar discrecionalmente el tipo de interés. La política monetaria puede verse frustrada por las expectativas de los especuladores. Es más, las decisiones de política monetaria pueden provocar reacciones especulativas produciendo unos efectos contrarios a los deseados.

93 Condiciones para la actuación de la política monetaria.
La existencia de una función estable demanda de dinero y la posibilidad de una política monetaria eficaz dependen de las condiciones: a) la independencia de la demanda por la liquidez de los especuladores con respecto a los tipos de interés; b) la capacidad de las autoridades monetarias para controlar la oferta monetaria. Keynes pensaba que era muy difícil que esas condiciones se cumplieran en un sistema capitalista competitivo.

94 3ª) Las variaciones del tipo de interés no afectan a la inversión.
Según Keynes las variaciones del tipo de interés apenas influirían en la inversión, (suponiendo que las autoridades pudieran fijar el tipo de interés del mercado). La explicación está en que: aunque las decisiones de inversión dependen del coste de financiación, lo fundamental son las expectativas de los empresarios, cuyos estados de ánimo son muy inestables.

95 El protagonismo de la expectativas (1).
1) Cuando predomina el pesimismo, las inversiones se posponen, y ninguna reducción del tipo de interés cambiará la idea de los empresarios; 2) En las fases de optimismo, las expectativas de ganancias se retroalimentan, y un aumento del tipo de interés difícilmente frenará la inversión.

96 El protagonismo de la expectativas (1).
3) En un caso extremo, si las variaciones del tipo de interés influyesen en la formación de las expectativas de beneficio de los empresarios, entonces, sería imposible elaborar las curvas de la eficiencia marginal del capital (figura 8).

97 6) La Teoría general y la política económica.
Keynes era escéptico sobre la eficacia de la política monetaria. La política monetaria apenas resulta eficaz para influir en las variables reales, Incluso di las autoridades monetarias lograran modificar el tipo de interés sin desestabilizar los mercados financieros. El Estado debería intervenir en la gestión del crédito para promover la formación de ahorro.

98 Las intervenciones del Estado en el mercado.
Según Keynes, las intervenciones del Estado debían ampliarse a dos ámbitos en los que el laissez faire había mostrado sus deficiencias: 1º) la determinación del nivel de inversiones; 2º) la redistribución de la renta.

99 1º) La determinación del nivel de inversiones.
Keynes predicó una socialización de las inversiones: cuando la economía alcanza un equilibrio con desempleo, el Estado debe invertir para asegurar el pleno empleo; Propuso la política fiscal anticíclica: El Estado debía aumentar el gasto público, que expandiría la demanda global y la renta y el empleo, a través del mecanismo del multiplicador (descubierto por Robert Kahn en 1931). La política fiscal sería tanto más eficaz cuanto mayor fuese el multiplicador del gasto pública (cuanto mayor fuese la propensión marginal a consumir).

100 La irrelevancia del destino del gasto
Para Keynes era irrelevante a que se dedicase el gasto público: la construcción de pirámides o de catedrales eran un ejemplo; incluso decía que enterrar en minas de carbón grandes cantidades de dinero y contratar a la iniciativa privada para que lo desenterrase, contribuiría a reducir el desempleo y salir de la depresión.

101 2º) la redistribución de la renta.
Como el laissez faire conducía a distribuciones de la renta arbitrarias e injustas, el Estado tenía que intervenir para corregir la distribución de la renta; La desigual distribución de la renta hacía crecer el ahorro, manteniendo bajos los niveles de gasto y creando crisis económicas.

102 Defensor del capitalismo.
El Estado debía intervenir sin afectar a los principios fundamentales de la economía capitalista: el individualismo y la propiedad privada de los medios de producción. Keynes se oponía al laissez faire, pero seguía siendo un liberal. La intervención del Estado no debía abolir la “mano invisible” de Smith, sino ayudarle a funcionar mejor.   Keynes abogó por una economía de mercado administrada o dirigida, hoy día llamada economía mixta.

103 7) Keynes en la segunda guerra mundial.
En 1940, Keynes volvió la administración como jefe de los asesores económicos del primer ministro (Churchil). En ese año publicó ¿Cómo pagar la guerra? En el que introducía la contabilidad nacional. Sostenía que había que financiar la guerra mediante la emisión de bonos, que diferirían el consumo (crearían ahorro) hasta después del conflicto. Churchill, por el contrario, estableció rígidos controles de precios y de salarios.

104 Lord Keynes. Keynes fue designado barón y miembro de la Cámara de los lores; en 1942 era ya lord Keynes. Tras viajar a la sesión inaugural del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, Keynes murió de un ataque al corazón, en 1946.

105 8) El Keynes “exterior” y Bretton Woods.
Keynes participó en la conferencia de Bretton Woods en 1944, donde se impusieron las tesis de los Estados Unidos. El Keynes del sistema de Bretton Woods era distinto al Keynes de la Teoría general, un libro que trataba de una economía cerrada. El Keynes exterior era el antídoto para el Keynes interior: el sistema internacional corregiría a los políticos que quisieran aumentar el gasto interior.

106 Políticas de stop and go.
El nuevo sistema financiero internacional obligaba a mantener tipos de cambio fijos: si los gobiernos gastaban mucho, incurriendo en déficit públicos, esto creaba desequilibrios en el sector exterior. Ante estas crisis externas los políticos no podían seguir gastando. Tenían que enfriar sus economías mediante las políticas económicas de stop and go.

107 4ª Parte. El legado de Keynes.
La Teoría general inició la revolución keynesiana: En las facultades de economía se dio prioridad a la macroeconomía y los gobiernos comenzaron a aplicar políticas económicas keynesianas (después de la Segunda Guerra Mundial). El grueso de la profesión economista se volvió Keynesiana (entre 1940 y 1979).

108 El salvamento del capitalismo.
Como el capitalismo no convertía automáticamente el ahorro en orden inversión, Keynes sostenía que el Estado debía tomar decisiones directas de inversión, porque podía calcular mejor la eficiencia marginal del capital a largo plazo, sobre la base de la conveniencia social general, asumiendo mayores responsabilidades en las inversiones directas.

109 Según Hayek, para salvar el capitalismo, Keynes proponía socializarlo.
La crítica de Hayek fue que esa vía de salvar el capitalismo llevaría a un Camino de servidumbre. Keynes defendió sus políticas intervencionistas como indispensables para asegurar la libertad individual y para evitar el colapso del sistema capitalista. La intervención del Estado en la economía se producía para salir de la crisis económica pero también para frenar la revolución proletaria.

110 Las críticas tardaron en surgir:
1) Milton Friedman y los monetaristas atacaron las políticas discrecionales de estabilización y propusieron remplazarlas por normas fiscales de equilibrio presupuestario y reglas estables para controlar la evolución de la cantidad de dinero; 2) Diversos economistas revisaron los planteamientos keynesianos sobre el consumo, el ahorro, la inversión y el mercado de trabajo; 3) Robert Lucas subrayó que las expectativas son racionales Arruinando los efectos de la política económica.

111 Siguen las críticas. 4) La crisis económica de 1970 llevó a los adversarios de Keynes a decir que su teoría era inútil, ante la generalización simultánea del desempleo y la inflación (estanfación). 5) La teoría de la elección colectiva, James Buchanan demostró que los políticos no son más sabios ni más virtuosos que el resto de la gente; los fallos del mercado son contrapuestos por los fallos de los Estados.

112 Síntesis de Comín a partir de:
Screpanti, E. y Zamagni, S. (2005): An Outline of the History of Economic Thought. Oxford University Press, 2nd ed. Rodríguez Braun, C. (1997), Grandes economistas. Madrid, Pirámide


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