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¿Por qué mataron a Jesús?

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Presentación del tema: "¿Por qué mataron a Jesús?"— Transcripción de la presentación:

1 ¿Por qué mataron a Jesús?
03-17 ¿Por qué mataron a Jesús? José L. Caravias sj.

2 Jesús no murió de muerte natural… ¿Qué provecho sacamos de ella?
¡Lo mataron! ¡Y muy cruelmente! ¿Por qué lo mataron? ¿Qué nos enseña su muerte? ¿Qué provecho sacamos de ella?

3 Cristo murió, porque matamos.
Cristo murió, porque morimos. Cristo murió, porque matamos. Dios se hizo hombre para conocernos como humanos por propia experiencia, y así poderse dar mejor a conocer y poder ayudarnos más de cerca. Así lo podemos entender mejor y podemos acercarnos a él con toda confianza. Experimentó vitalmente las consecuencias de las ignorancias, las debilidades y las maldades humanas: todo lo que nos hace sufrir…

4 absolutamente solidario con la humanidad.
En Jesús Dios se hizo del todo cercano a nosotros. Conoció por propia experiencia lo que es luchar por la vida, nuestros sufrimientos y nuestras tentaciones, nuestras pruebas y enfermedades. Sabe lo que son las críticas, las torturas y la muerte… Por eso puede comprendernos y ayudarnos de una forma humana. Dios en Jesús es absolutamente solidario con la humanidad. Siempre está en actitud de servicio respetuoso. Acerquémonos, pues, a él con toda confianza...

5 ¡Por eso lo mataron! Porque mostraba, con su vida y con su palabra,
que Dios es siempre AMOR… Este testimonio era tan peligroso para los gobernantes opresores, que quisieron silenciarlo para siempre…

6 A Jesús le mataron por la vida que llevó y por la misión que cumplió
No fue ocasional que la vida de Jesús fuera como fue; no fue tampoco ocasional que esa vida le llevara a la muerte que tuvo. La lucha por el Reino de Dios suponía una lucha en favor del hombre injustamente oprimido; esta lucha le llevó al enfrentamiento con los responsables de esa opresión. Por eso murió y en esa muerte les venció. Jesús no fue muerto por confusión de sus enemigos. Ni los judíos ni los romanos se confundieron, pues la acción de Jesús era necesariamente una amenaza contra el orden social establecido… Jesús no predica un Reino de Dios abstracto o puramente transterreno, sino un Reino concreto, que es la contradicción de un mundo estructurado por el poder del pecado, convertido en pecado histórico y estructural… La experiencia creyente está ligada necesariamente al seguimiento de lo que fue la vida de Jesús, muerto y crucificado por su oposición al mundo de su tiempo. Ignacio Ellacuría, mártir

7 Las religiones del imperio romano, insistían en la omnipotencia divina, para apoyar en ella sus poderes absolutos… Se inventaban dioses orgullosos, celosos siempre de su dignidad, para apoyar en ellos el orgullo autoritario del Imperio. Dioses caprichosos y acaparadores, que defendían cruelmente sus poderosos privilegios … Dioses llenos de lujo y ostentación, como ellos… Dioses que repartían bienes a su antojo… Dioses con el derecho a despreciar al pueblo y privilegiar a los gobernantes…

8 El Imperio Romano admitía, respetaba y ayudaba a todas las religiones,
pues sus dioses servían para mantener los privilegios de los gobernantes y obligar al pueblo a someterse a ellos… Pero los profetas bíblicos y Jesús rechazaron tajantemente a todos esos dioses… Proclamaron a un solo Dios, defensor de la vida y la dignidad de todos los seres humanos, y por ello defensor de los derechos de los pobres.

9 ¡El Dios de Jesús es todo bondad!
Fariseos, saduceos y sacerdotes habían olvidado el mensaje progresivo que había ido dando el Antiguo Testamento sobre la bondad universal de Dios y la dignidad de todo ser humano. Jesús, en cambio, recogió todo lo bueno que se había ido diciendo sobre Dios y sobre la dignidad humana… Lo actualizó y lo aumentó… ¡El Dios de Jesús es todo bondad!

10 Jesús no vivía en los palacios, sino entre el pueblo.
El Estado teocrático judío y el Estado imperial romano se dieron cuenta con razón que Jesús minaba los cimientos de sus privilegios. Jesús no vivía en los palacios, sino entre el pueblo. Él criticaba a los ricos y bendecía a los pobres…

11 Al Dios que predicaba Jesús no se le encontraba en los ritos, ni en
ceremonias lujosas… Jesús veía a Dios entre los despreciados, los marginados, los empobrecidos… Ello es duro de aceptar por los privilegiados.

12 Según los fariseos era muy difícil
conseguir el perdón de Dios. Había que rezar mucho y dar muchas limosnas… Según Jesús, Papá Dios está siempre dispuesto a perdonar. Basta con que acudamos a él con toda confianza, como en el caso del hijo pródigo.

13 Pero Jesús prefería a los enfermos y a los pobres, los bendecía,
Decían los fariseos que las enfermedades y la pobreza eran castigos de Dios. Les demostraban con sus desprecios que Dios no los quiere… Pero Jesús prefería a los enfermos y a los pobres, los bendecía, los atendía con cariño… Les demostraba con su actitud que Dios los quiere…

14 Jesús enseña a dialogar con Dios con toda confianza, como con un
Los fariseos prohibía pronunciar el nombre de Dios. No podían hablar directamente a Dios. Había que dirigirse en tercera persona al “Todopoderoso”, al “Santo”, al “Innombrable”… Jesús enseña a dialogar con Dios con toda confianza, como con un Papito querido que sólo busca nuestra felicidad…

15 amenazando y castigando.
El Dios de los fariseos está siempre amenazando y castigando. El Dios de Jesús está siempre ofreciéndose para ayudar… …ayudar a bajar de la cruz a todos los crucificados…

16 Así ciertamente no lo hubieran matado.
Jesús hubiera evitado una muerte tan cruel si hubiera transado con las autoridades… Si aceptara no bendecir más a los pobres, no poner tan fácil el perdón de Dios, no presentar a Dios tan cercano y cariñoso, no curar más en día de sábado, respetar más las instituciones religiosas, no criticar tanto a las autoridades… Así ciertamente no lo hubieran matado. Pero su misión es demostrar siempre que Dios es amor, aunque lo calumniaran, lo maltrataran o lo mataran por ello…

17 No es posible creer en un Dios que, pudiendo, no impide el mal…
Un mundo en evolución no puede realizarse sin choques y sin catástrofes; una vida limitada no puede escapar al conflicto, al dolor y a la muerte; una libertad finita no puede excluir el fallo y la culpa. No es que Dios no pueda mantener un mundo sin mal, es que eso no es posible: sería tan contradictorio como hacer un círculo-cuadrado… Cada vez que pedimos a Dios que cure la enfermedad de un familiar estamos suponiendo que lo puede hacer y, en consecuencia, que, si no lo hace, es porque no quiere. Y un Dios que, pudiendo, no elimina los enormes males que afectan al mundo, sería un ser mezquino, indiferente y cruel. Hay que dar una vuelta radical a nuestra manera de comprender a Dios. Un Dios que crea por amor es evidente que quiere sólo el bien para sus creaturas. El mal existe porque es inevitable en las condiciones de un mundo y de una libertad finitos. Por eso no debe decirse que «Dios lo manda» o que «Dios lo permite», sino que lo sufre y lo padece como frustración de la obra de su amor en nosotros. Andrés Torres Queiruga

18 ●Dios es siempre enteramente bueno para con todos sus hijos.
La “Buena Noticia” de Jesús para los que sufren: ●Dios es siempre enteramente bueno para con todos sus hijos. ●Todos los seres humanos somos hijos queridos de Dios, y por ello cada uno merecemos todo respeto. ● Papá Dios lo ha hecho todo para todos sus hijos. ● Por ello Él da el primer lugar a los marginados, despreciados y empobrecidos. Todo esto va a contramano de los criterios de muchos gobernantes, de entonces y de ahora…

19 Jesús vive, sufre y muere
en actitud de amor. Es un hombre-para-los-demás. Ama a todos, aun a sus enemigos. Muere pidiendo perdón por sus verdugos. Se deja matar para demostrarnos que, pase lo que pase, Dios siempre es amor solidario. La vida de Jesús muestra que Dios está siempre dispuesto a ayudarnos a conseguir nuestra felicidad, si es que nosotros le abrimos voluntariamente nuestra puerta. Él respeta siempre el libre albedrío que nos dio: “si quieres”…

20 Jesús se identifica con los presos, los hambrientos, los enfermos,
los sin techo… Esto no agrada a los poderosos…

21 A mí también me lo mataron...
Desde la Encarnación del Hijo de Dios, no es justo echarle la culpa a Dios por nuestros sufrimientos. Ahora es Papá Dios el que nos reclama a nosotros por qué maltratamos y matamos a sus hijos. Cuando le reclamamos por nuestros dolores, Él nos muestra el rostro sangrante de su Hijo, y nos dice: A mí también me lo mataron... Somos nosotros, cada uno y en sociedad, los que estropeamos el proyecto divino de felicidad para todos. Dios sufre con los que sufren, y pedirá cuentas a los responsables

22 Para amar de veras tiene que ser posible no amar...
Dios no puede suprimir todos los sufrimiento de los seres humanos. Él, que es Amor, nos ha creado capaces de amar, y para ello es imprescindible que seamos realmente libres. Amor a la fuerza, no es amor... Para amar de veras tiene que ser posible no amar... Muchos de nuestros sufrimientos dependen de nosotros, de nuestra malas elecciones, personales, sociales y estructurales... Hay otros sufrimientos que son naturales, consecuencias de que somos parte de un mundo material... No somos ángeles, sino gente de carne y sangre…

23 sean rotos por la muerte.
Pero el mal no es absoluto: podemos y debemos luchar contra él, sabiendo que Dios está a nuestro lado ayudándonos a superarlo, en lo posible ya ahora, dentro de los límites de la historia, y asegurándonos el triunfo definitivo cuando estos límites sean rotos por la muerte. Por eso no tiene sentido que intentemos convencer a Dios para que nos libre de nuestros males. Es lo contrario: Él es el primero en luchar contra ellos, y quien nos llama y suplica que colaboremos con él en esta lucha. Andrés Torres Queiruga

24 Dios no es paternalista.
Dios ha puesto la marcha de la historia en nuestras manos… Nos da los medios para que vayamos creciendo en humanidad… Pero eso es responsabilidad nuestra. La construcción de un mundo justo depende de las personas que habitamos este mundo injusto. Dios no es paternalista. No hace en lugar nuestro lo que es obligación nuestra. Muchas veces le pedimos a Dios que él cumpla nuestras obligaciones. Y, como es lógico, no lo hace… Él no quiere suplantar nuestro lugar… Puro rezar sin hacer nada, no sirve para nada… Dios no puede apoyar actitudes irresponsables o injustas…

25 Es necio que le pida a Dios que no me pase nada
si yo me tiro por un precipicio. Es absurdo que le pidamos a Dios que nos dé un buen presidente, si nosotros no nos comprometemos en una política limpia y eficaz… Es necio suplicarle que me libre del dengue, si no limpio los criaderos de larvas de mosquitos de mi patio… ¿Para qué sirven las “cadenas de oraciones” de gente irresponsable? Es cara dura pedir a Dios aprobar un examen si no he estudiado… ¿Para qué pedir que se arregle mi matrimonio si no estoy dispuesto a bajarme del pedestal de mi orgullo? En la mesa le pedimos a Dios que cuide de los que tienen hambre, y así nosotros podemos comer tranquilos, sin tener que compartir nada… ¿Para qué pedir a Dios que no explote una bomba que yo mismo he fabricado? ¿No sería mejor desmontarla? Dios no puede atender la oración de los vago, los irresponsables, o los injustos que no quieren cambiar de actitud… Los haría peores…

26 Donde hay odio, mentira o injusticia, no puede Dios estar presente,
aunque estas actitudes se revistan de tintes religiosos. Jesús rechazó con fuerza todo tipo de hipocresía, de injusticia, de odios, de marginación… de opresión, Nadie puede decir con verdad que Dios apoya sus porquerías

27 En cambio, donde hay amor, ahí está presente el Dios de Jesús…
Pero todo amor trae sufrimiento…

28 Donde hay solidaridad ahí está actuando el Dios de Jesús. Pero la
solidaridad cuesta…

29 Donde de veras se lucha por la construcción de un mundo justo,
ahí está activo el Dios de Jesús.

30 Jesús está metido en lo más profundo de la historia humana, a veces sufriendo, a veces triunfando,
pero nunca imponiéndose a la fuerza. Jamás dictador… Siempre ofreciéndose a ayudar… Su respeto es total… Su ofrecimiento, sin fin…

31 En todo el que sufre porque ama,
porque lucha por la justicia, para construir un mundo nuevo, en ellos sufre Jesús, en ellos lucha Jesús, en ellos va triunfando Jesucristo…

32 En la Cruz Dios es amor es la explicación de su propio ser y actuar.
En Jesucristo, el propio Dios va tras la oveja perdida, la humanidad doliente y extraviada. Cuando Jesús habla del pastor que va tras la oveja descarriada, de la mujer que busca el dracma, del padre que sale al encuentro del hijo pródigo y lo abraza, no se trata sólo de meras palabras, sino que es la explicación de su propio ser y actuar. En su muerte en la cruz se realiza ese ponerse Dios contra sí mismo, al entregarse para dar nueva vida al hombre y salvarlo: esto es amor en su forma más radical. Poner la mirada en el costado traspasado de Cristo ayuda a comprender que… “Dios es amor”. Es ahí, en la cruz, donde puede contemplarse esta verdad. Y a partir de allí se debe definir ahora qué es el amor. Y, desde esa mirada, el cristiano encuentra la orientación de su vivir y de su amar. Benedicto XVI, Dios es amor, 12.

33 Jesús testifica que Dios es amor, sólo amor RESUMIENDO:
Jesús sufrió tanto para mostrarnos la solidaridad total de Dios con nosotros. Se mantuvo siempre en actitud de amor, a pesar de sus propias limitaciones humanas y de los muchos problemas que tuvo. Jesús testifica que Dios es amor, sólo amor El Dios de Jesús es todopoderoso sólo en el amor…

34 Sean buenos del todo como es bueno su Padre del Cielo…,
Consejo Conclusivo DE JESÚS: Sean buenos del todo como es bueno su Padre del Cielo…, que hace brillar su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Mt 5,48.45


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