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La Teoría de la Mente (ToM)
Breve aproximación basada en “La mirada mental” de Ángel Rivière Federico González, 2014 Actualizado 2017
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1. Introducción a la teoría de la mente ó ToM
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Teoría de la mente: ideas preliminares
“El primer puente hacia la mente del otro es saber que existe”. “Aunque el acceso per se a la mente de otras personas nos está vedado, podemos intentar comprender lo que piensan, sienten o quieren atribuyéndoles determinados estados mentales. “Intuir lo que el otro piensa, siente o quiere es una síntesis entre observación, imaginación y sentimiento. Síntesis a la que suele denominarse “empatía” y que remite a la denominada “Teoría de la mente” “Si la existencia de la “teoría de la mente” fuera apenas verdadera, entonces el conductismo, en cuanto a su núcleo central, sería esencialmente falso”. . González, Nuevos apuntes sobre teoría de la mente, 2008
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¿Qué es la teoría de la mente? Definiciones
“El concepto de ‘teoría de la mente’ (ToM) refiere a la habilidad para comprender y predecir la conducta de otras personas, sus conocimientos, sus intenciones y sus creencias” J. Tirapu-Ustárroz y otros (2007). ¿Qué es la teoría de la mente? “Se denomina "teoría de la mente" a la capacidad humana de atribuir estados mentales —tales como creencias, emociones, deseos e intenciones— a los demás”. F. González (1998), Apuntes sobre teoría de la mente “Una teoría de la mente es un subsistema cognitivo que se compone de un soporte conceptual y mecanismos inferenciales, y que cumple en el hombre la función de manejar, predecir e interpretar la conducta” Ángel Rivière (1997) La mirada mental La ToM es una destreza ‘heterometacognitiva’, ya que hacemos referencia a cómo un sistema cognitivo logra conocer los contenidos de otro sistema cognitivo diferente de aquel con el que se lleva a cabo dicho conocimiento”. J. Tirapu-Ustárroz y otros (2007). ¿Qué es la teoría de la mente?
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Teoría de la mente: denominaciones alternativas
La terminología asociada al concepto de ToM es variada. Al respecto se han utilizado diversos términos con una significación común: Cognición social Mentalización Psicología popular (folk psychology) Psicología intuitiva Psicología de sentido común Psicología preteórica Actitud intencional Atribucionismo mentalista
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La “lectura de la mente” como metáfora de
la “Teoría de la mente”
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2. Implicancias de la teoría de la mente
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Implicancias: lo que posibilita la “teoría de la mente”
“La teoría de la mente es el fundamento tanto de las destrezas maquiavélicas del hombre como de sus habilidades de cooperación comunicativa más específicas y complejas” Ángel Rivière, 1997, La mirada mental “La teoría de la mente es la condición de posibilidad de todas las fenómenos mentales que involucran al otro. Sin teoría de la mente no existirían las habilidades sociales, ni el altruismo, ni la cooperación, ni la manipulación ni la psicopatía. Tampoco existirían sentimientos como el amor, la compasión, el odio, los celos, la envidia, la vergüenza o la culpa. Sin teoría de la mente careceríamos de virtud y la dimensión moral no tendría significado. Las nociones de bien y de mal solo son posibles cuando se atribuye mente a los otros. Mentir, engañar, cooperar o hacer el bien solo tienen significado si creemos que existen otros capaces de pensar, sentir y querer” F. González (1998), Apuntes sobre teoría de la mente
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La dimensión altruista del hombre
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El hombre como animal político y la dimensión maquiavélica
“Los hombres son tan simples, y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que quien engaña encontrará siempre quien se deje engañar”. Nicolás Maquiavelo, El Príncipe
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El hombre como “animal mentalisa”
“El hombre se sirve de conceptos mentales tales como deseo, creencias pensamiento, percepción, recuerdo, etc. para explicar, predecir e incidir sobre su propia conducta y la de los demás” Ángel Rivière, 1997, La mirada mental
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3. El experimento de Premack y la mente animal
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El experimento de la chimpancé Sarah (Premack y Woodruff, 1978)
Sarah era una chimpancé de laboratorio habituada al contacto con humano. El experimento consistió en lo siguiente: A Sarah le proyectaron un vídeo en el que se veía a alguno de sus cuidadores encerrados en una jaula, intentando agarrar una banana. En un caso, la banana colgaba por encima del techo de la jaula y en otro, estaba en el suelo. En ambos casos, estaba fuera del alcance del cuidador enjaulado. El cuidador disponía de instrumentos para conseguir su objetivo: una banqueta para alzarse, un palo manipulable a través de los barrotes, etc. Cuando el cuidador iniciaba la acción que podía llevarlo a su objetivo, los experimentadores fotografiaban la imagen. Luego se mostraban a Sarah cuatro fotografías, donde tenía que elegir cuál era la solución correcta (en el caso de los bananas fuera de la jaula, se mostraba la imagen del cuidador tomando un palo largo y sacándolo entre las rejas para acceder a la fruta). Sarah acertó 21 veces sobre 24, demostrando así que era capaz de seleccionar la solución adecuada para cada situación. Premack y Woodruff (1978): Does the chimpanzee have a theory of mind? Behavioral and Brain Sciencies, I,
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Experimento de Premack
Después de varias sesiones experimentales y contraexperimentales, Premack y Woodruf analizaron diversas interpretaciones de la conducta del chimpancé para terminar aceptando que, de alguna manera, éste es capaz de atribuir al actor humano estados mentales como la intención y el conocimiento. En concreto, argumentan que el chimpancé ‘supone’ que el actor humano ‘desea’ conseguir la fruta y ‘sabe’ cómo hacerlo. El chimpancé, concluyeron, posee una ‘ToM’. La ToM como construcción hipotética Desde un punto de vista metodológico la ToM aparece como un constructo hipotético postulado a modo de estructura mental necesaria para dar cuenta del resultado del experimento de Premack. El razonamiento implicado sería: dado el comportamiento de Sarah en la tarea experimental cabe suponer —a modo de condición de posibilidad de su actuación— que, dentro de su bagaje mental, la chimpancé posee algo análogo a una teoría de la mente.
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4. la falsa creencia como rudimento de la teoría de la mente
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La tarea de la falsa creencia: a) Transferencia de un objeto a otro continente
(Wimmer y Perner, 1978) Para realizar correctamente esta tarea el niño debería centrarse en la creencia de Sally respecto de la localización de la bolita (Sally cree que su bolita está en la caja), y no en el estado actual de los hechos (la bolita está ahora en el bolso de Ana), ni en el conocimiento que el propio niño tiene sobre eso (a diferencia de Sally, sabe que Ana la ha cambiado de sitio). Pero las creencias, en tanto estados internos que representan la realidad (en este caso erróneamente) no se observan directamente, sino que deben inferirse. El niño debe inferir, por tanto, que puesto que Sally no ha visto cambiar de sitio su bolita, no sabe dónde se encuentra ahora, por lo que seguirá creyendo (erróneamente) que está donde ella la puso. El niño debe predecir entonces lo que Sally hará en función de su estado de falsa creencia. Resolver correctamente esta tarea confirma sobre la existencia de la teoría de la mente; en la medida en que supone atribuir un estado mental (en este caso: una creencia) con el fin de predecir una conducta. Tras su aparente sencillez, esta tarea implica entonces capacidades de inferencia y descentración.
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La tarea de la falsa creencia: a) Transferencia de un objeto a otro continente
(Wimmer y Perner, 1978) Edad Respuesta Explicación Menor de 4 ½ años El niño responde erróneamente que Sally buscará la bolita en la caja. Comete entonces un error realista o error egocéntirco: el niño cree que su punto de vista es único, al suponer que lo que él sabe es lo que saben los demás. Lo que no puede es adoptar el punto de vista de Sally, lo que le llevaría a descubrir que ella tiene una falsa creencia distinta a la suya que, en este caso, es verdadera. Mayor de 4 ½ años El niño responde acertadamente que Sally buscará la bolita en la cesta, dado que sabe que es allí donde Sally la vio por última vez y, además, que ella no pudo ver el cambio realizado por Ana. Al adoptar el punto de vista de Sally, el niño puede advertir que ella tiene una falsa creencia distinta a la suya que, en este caso, es verdadera.
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X La tarea de la falsa creencia: b) El recipiente engañoso
(Hogrefre y otros, 1986; Perner y otros (1987) El experimento de Sally, aunque arrojó resultados contundentes, tenía una limitación: la tarea no era una situación real sino mediatizada por muñecos y maquetas. Para subsanar esa limitación, una alternativa más realista fue la tarea del recipiente con un contenido inesperado. Por ejemplo: una alcancía que terminaba conteniendo caramelos en lugar de monedas, etc. La secuencia de la tarea tenía estos pasos: Se mostraba a un niño (por ej. “Juan”) la alcancía y se le preguntaba por lo que podría contener. El niño respondía que habría monedas. Luego ingresaba otro niño (por ej. “Luis”) y se preguntaba a Juan: “¿Qué te parece que creerá Luis que hay dentro de la alcancía?. Nuevamente, los niños más pequeños respondían erróneamente que Luis creerá que hay caramelos. En cambio, los niños mayores respondían correctamente que Luis creerá que hay monedas. Al respecto, Rivière señala una sutileza interpretativa: los niños mayores son capaces de proyectar que el niño que acaba de ingresar debe pensar lo mismo que él pensaba antes de abrir la alcancía, es decir: que hay monedas. X
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5. Falsa creencia, mentira y engaño táctico
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Mentira y engaño táctico y su relación con la falsa creencia
Mentir: decir algo falso motivado por algún interés (que el otro piense, sienta o haga algo que, en general, resultaría beneficioso a quien miente; aunque también podría serlo para el otro o un tercero) Engaño táctico: hacer creer a otro algo falso generalmente en pos de un beneficio propio (aunque el beneficio pueda también ser para el otro o para un tercero) La noción de falsa creencia es condición de posibilidad tanto de la mentira como del engaño táctico. En efecto, adquirir la noción de que otros puede tener falsas creencias instaura la posibilidad de propiciarlas. La versión estándar de la tarea de la falsa creencia no refiere a la intención de engañar a Sally por parte de Ana. No obstante, tal circunstancia puede agregarse de modo simple en el enunciado, sea sugiriendo, sosteniendo o propiciando que el niño considere la idea de que Ana quiera cambiar la bolita de lugar para engañar a Sally. Esto permite explorar la génesis del engaño táctico así como su eventual dependencia de la falsa creencia.
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6. Teoría de la mente, metarrepresentación, recursividad y metacognición
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a) Teoría de la mente y metarrepresentación
Zenon Pylyshyn (1978) denominó metarrepresentación a la capacidad de atribuir a alguien la representación de una representación. Pylyshyn y Perner teorizaron sobre las propiedades particulares que presentan las relaciones metarrepresentacionales, a diferencia de las simples representaciones sobre objetos. Así, en el experimento sobre la falsa creencia podría decirse que el niño que resuelve la tarea, además de la representación sobre el estado actual de los hechos, tiene una representación de la representación mental de Sally. En efecto, el niño supone que Sally cree, erróneamente, que la bolita está en su caja. Además, para poder predecir la conducta del protagonista, el niño tiene en cuenta una de las propiedades que poseen las metarrepresentaciones respecto de las representaciones sobre los hechos mismos: aquellas pueden ser erróneas, aun cuando éstas no lo sean. Zenon Pylhisyn y Josef Perner teorizaron sobre la mente representacional
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b) Metarrepresentación y recursión
La recursión es la capacidad de un sistema de referirse a sí mismo. El concepto de recursión tiene origen en matemática. En la ciencia de la computación, recursión refiere a instrucciones circulares, que se “llaman” a sí mismas. En Psicología el concepto de recursión ha sido utilizado para referirse a la autoconciencia, esto es, la capacidad de la conciencia de saberse a sí misma (vg. ser consciente de que se es consciente) En general, la idea de recursión suele aplicarse para referirse a la actividad reflexiva y autorreflexiva de la mente. En “Gödel, Escher, Bach: un Eterno y Grácil Bucle”, Douglas Hofstadter teoriza sobre recursión y autoconciencia
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Teoría de la mente y recursividad mental:
Mientras que la "teoría de la mente" es la capacidad humana de atribuir estados mentales como creencias, emociones, deseos e intenciones a los demás, la “recursividad” refiere a la capacidad mental que nos permite ensamblar pensamientos dentro de otros pensamientos. Al combinar ambas capacidades surge el fenómeno de la intencionalidad recursiva, esto es el proceso de ensamblar cadenas de pensamientos sobre pensamientos atribuidos a los demás. A su vez, la intencionalidad recursiva puede combinar secuencias representacionales propias y de los otros. Todo esto puede ejemplificarse así: “Recuerdo que yo pensaba que debería ser cineasta etc.”. “Ella cree que si el supiera lo que ella realmente siente etc.”. “Yo creo que si ella supiera lo que verdaderamente yo sé etc.”. Se sugiere que el lector complete el dibujo que corresponde a la descripción de arriba y que corrija los de la izquierda! En “The recursive mind” Michael Corballis analiza la recursividad mental. F. González (1998) Apuntes sobre teoría de la mente
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Teoría de la mente y recursividad mental: Ejemplos de la vida cotidiana
La síntesis entre teoría de la mente y recursividad mental puede ejemplificarse en un sinnúmero de situaciones de vida cotidiana: "Yo sabía que no él no lo sabía. En realidad él no podía saberlo" “Creo que está actuando así porque está celoso” “No creo que sean celos; diría más bien que apenas es una cuestión de resentimiento” “Decidí no hacerle ese regalo porque supuse que ella le daría otro significado" "Yo sabía que él no podía saberlo, porque yo sabía que él creía que yo no había estado el día en que lo supe" “Él creía que ella pensaba que (él) estaba triste porque ella le había ocultado algo que pensaba que (él) no debería saber (...) (!)” “Alumnos: un investigador en psicología quería demostrar que los niños menores de 4 ½ años no tenían la capacidad de atribuirle mente a los otros, para lo cual les contaba a esos niños la historia de una niña Sally, quien decide guardar una bolita en una cesta antes de retirarse de una habitación donde otra niña, llamada Ana, la esconde luego en otro lugar; entonces el investigador le preguntaba a esos niños dónde creía que Sally buscaría ahora su bolita y, en la medida en que ellos respondían que Sally la buscaría donde la bolita estaba ahora, en lugar de pensar que la buscaría en el mismo lugar adonde la había dejado, el investigador deducía que los niños evaluados no podían ponerse en el lugar de Sally, dado que aún les faltaba desarrollar un mecanismo mental denominado “teoría de la mente (!)” Simple y complicado. Complicado y simple. Así parece operar parte de nuestra mente social. F. González (1998) Apuntes sobre teoría de la mente
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c) Teoría de la mente y metacognición
Metarrepresentación y recursión son fenómenos íntimamente relacionado con la metacognición, esto es: la capacidad de reflexionar sobre los propios estados mentales. Lo que, entre otros, incluye: Metapensamiento (pensar sobre el pensamiento) Metamemoria (pensar sobre la propia memoria), etc. Cuando la metacognición se aplica a los demás en lugar de a uno mismo, surge la psicología como disciplina teórica (F. Fonzález, 1987, “Cognición, metacognición y saber psicológico”)
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7. Teoría de la mente y autismo
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La tesis del autismo como déficit de la teoría de la mente
La ToM ha sido aplicada a la comprensión del espectro de trastornos involucrados con el autismo. Aunque sus hallazgos no resultan concluyentes, la ToM ha abierto interesantes líneas de abordaje teórico, experimental y terapéutico de este importante problema.
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Desempeños relativos de niños autistas, niños con síndrome de Down y niños normales en la prueba de la falsa creencia (Experimento de Baron-Cohen, Leslie y Frith, 1985) Conforme a los resultados reportados por Rivière, apenas un 20% de los niños con síndromes del espectro autista detectaron la falsa creencia. Tal desempeño difirió ostensiblemente del evidenciado por los niños normales y con síndrome de down. El 80% de los niños autistas incurrió en el error realista o egocéntrico. % de Detección de falsa creencia Síndrome Down Autistas Normales Fuente: A. Rivière, La mirada mental
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El experimento sobre ordenamiento de historietas (Baron-Cohen, Leslie y Frith ,1986)
1) Historieta física: Persona en la cima de la montaña junto a una piedra. La persona empuja la piedra. La piedra se desliza por la ladera. La piedra cae en el mar. 2) Historieta comportamental a) Un pastelero combina ingredientes para una masa b) Amasa y moldea el pastel c) Coloca la masa en el horno d) Retira el pastel horneado 3) Historieta intencional Una niña pasea con un osito Para agarrar una flor deja el osito en el suelo, a su espalda Un niño toma el osito y se lo lleva Al volverse, la niña se sorprende por la desaparición del osito Desempeño Los niños autistas tienen un excelente desempeño en completar la historia mecánica, superando a los niños normales y a los niños con síndrome de down. En cuanto al ordenamiento de la historia comportamental, la performance de los niños autistas y normales resulta pareja. En cambio, los niños autistas evidencian una baja perfomance en el completamiento de la historia intencional.
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Apéndice 1: La dimensión humana de la teoría de la mente
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La dimensión altruista
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La herencia altruista del hombre
Las raíces de la “teoría de la mente” La herencia altruista del hombre
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Lo que posibilita la “teoría de la mente”:
La mirada del otro y la vergüenza existencial, según Sartre «El infierno son los otros» Jean Paul Sartre, “A puerta cerrada” “Según Jean Paul Sartre el hombre toma conciencia de ser un objeto para los demás y contra ese destino se rebela. Para Sartre el amor no es más que un intento de dominar la libertad del otro para que no pueda reducirnos a un mero objeto. El filósofo francés sostiene que la mirada del otro puede pulverizarnos y reducirnos a la categoría de cosas. Uno de los destinos de la mirada es la vergüenza. De ahí la idea Sartreana de que el infierno son los otros que nos miran, magistralmente expresada en su novela “A puertas ceradas”. Sin teoría de la mente no habría infiernos Sartreanos” F. González (1998), Apuntes sobre teoría de la mente
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Lo que posibilita la “teoría de la mente”: “sutiles alquimias del alma”
“El agradecimiento es la prueba tangible de que ha existido el bien” “El amor es un intento —a veces vano, a veces desesperado, a veces cierto— de poder llegar a tocar otro alma” “El perdón es ese acto mágico capaz de transmutar dos sufrimientos, el rencor y la culpa, en un único alivio compartido” F. González (2011), Palabras al viento
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Lo que posibilita la “teoría de la mente”: la quintaesencia de la maldad
“Quien busca herirte busca tu herida, para herirte en tu herida”. Antonio Porchia. Poeta argentino
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Teoría de la mente y “rollos mentales”
Un hombre quiere colgar un cuadro. El clavo ya lo tiene, pero le falta el martillo. "Quizá mi vecino tenga uno", piensa. Entonces decide pedir al vecino que le preste el martillo. Pero le asalta una duda. “ ¿Y si no quiere prestármelo? Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. Quizás tenía prisa. Pero quizás la prisa no era más que un pretexto, y el hombre tiene algo contra mí. ¿Qué puede ser? Si yo no le he hecho nada; algo se le habrá metido en la cabeza. Si alguien me pidiese prestada una herramienta, yo se lo daría encantado. ¿Por qué no ha de hacerlo él también? ¿Cómo puede uno negarse a hacer un favor tan sencillo a otro? Tipos como éste le amargan a uno la vida. Y luego todavía se imagina que dependo de él. Sólo porque tiene un martillo. Esto ya es el colmo. " Entonces el hombre sale precipitado a casa del vecino, toca el timbre, se abre la puerta y, antes de que el vecino tenga tiempo de decir "buenos días", nuestro hombre le grita furioso.... "!Quédate con tu maldito martillo, estúpido!" Vecino, ¿Me puedes prestar tu martillo?...
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“Teoría de la mente” y nudos interpersonales
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“Teoría de la mente” y nudos interpersonales
“Ciertas personas tienen indiscutiblemente una notable capacidad de tener a los demás bien atados con nudos. Hay quienes destacan en hacer nudos y quienes destacan en dejarse enredar. Con frecuencia, ni el que ata ni el atado saben cómo sucede esto o no tienen conciencia de que ya está sucediendo. Impresiona constatar hasta qué punto les resulta difícil a las partes en juego ver lo que pasa. No olvidemos que el hecho de no ver que existe un nudo forma parte del nudo”. “Juan tiene miedo de que Juana sea como la madre de él. Juana tiene miedo de que Juan sea como la madre de ella. Juan tiene miedo de que Juana crea que él es como la madre de ella y de que Juana tenga miedo de que Juan crea que ella es como la madre de él. Juana tiene miedo de que Juan crea que ella es como la madre de él y de que Juan tenga miedo de que Juana crea que él es como la madre de ella (...)” Ronald Laing, Psiquiatra escocés
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Apéndice 2: Algunas Manifestaciones de la ToM
Reconocimiento facial de emociones Creencias de primer y segundo orden Comunicaciones metafóricas e historias extrañas: ironía, mentira y mentira piadosa Comprensión de las “metidas de pata " Expresión emocional a través de la mirada Empatía y juicio moral J. Tirapu-Ustárroz y otros (2007). ¿Qué es la teoría de la mente?
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Algunos dÉficits vinculados al espectro autista
Apéndice 3: Algunos dÉficits vinculados al espectro autista Falta de sensibilidad hacia los sentimientos de otras personas. Dificultad para tener en cuenta lo que otra persona sabe. Dificultad para hacerse amigos “leyendo” y respondiendo a intenciones. Dificultad para “leer” el nivel de interés del oyente por nuestra conversación. Dificultad de detectar el sentido figurado de la frase de un hablante. Dificultad para anticipar lo que otra persona podría pensar de las propias acciones. Dificultad para comprender malentendidos. Dificultad para engañar o para comprender el engaño. Dificultad para comprender las razones que subyacen a las acciones de las personas. Dificultad para comprender reglas no escritas o convenciones. Fuente: Baron Cohen, S. (2000) Theory of mind and autism
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Los muros de la mente y la ilusión de transponerlos
Apéndice 4: Los muros de la mente y la ilusión de transponerlos Hay un sentido en que las mentes de los otros nos resultan per se inescrutables. En efecto, nadie ha emprendido el imposible viaje mental a la mente de otra persona. Lo que sabemos de los otros se apoya en conjeturas basadas en evidencias fragmentarias, aunque nos permitan imaginar en qué estados anímicos hallan su origen. Así, los movimientos, las expresiones y las palabras son las señales tangibles de las que nos valemos para conjeturar sobre los estados mentales intangibles. Pero además de esos límites fácticos que determinan que nuestra vida consciente sea fundamentalmente un universo privado, existen aquellos límites determinados por nuestra propia voluntad. Sucede que nuestra relación con los otros se desarrolla en el marco de una tensión permanente entre nuestros deseos de mostrarnos y de ocultarnos. De tal modo, el vínculo con los otros siempre resulta una síntesis entre las puertas que abrimos y las que cerramos.
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Los muros de la mente y la ilusión de transponerlos
Puertas, ventanas, muros y puentes intangibles constituyen metáforas alusivas a nuestra relación con los otros. Puertas y ventanas transmiten la idea de nuestra libertad para intentar mostrarnos u ocultarnos. En cambio la metáfora del muro alude mejor a una barrera de carácter más permanente que interponemos, quizás, más allá de nuestra voluntad. La célebre obra musical “The Wall”, de Pink Floyd, ilustra claramente las penosas vicisitudes del alma que va amurallándose paso a paso. El paulatino proceso de construir un muro a partir de colocar ladrillo por ladrillo en una virtual pared, contribuye al dramatismo de la historia. La historia de “The Wall” nos recuerda una de las más angustiosas experiencias existenciales: la de encerrarnos en nuestro propio mundo.
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Los muros de la mente y la ilusión de transponerlos
En contraposición, la metáfora del puente nos acerca la esperanza de que el encuentro con el otro resulte posible, aún más allá de las murallas. La estructura de un universo que no creamos determinó nuestro peculiar modo de ser: almas encarnadas en cuerpos que no se revelarán en plenitud ante los otros: el misterio de quienes son los otros, consubstancial al misterio de quienes seremos para ellos. Pero también nos concedió la posibilidad de abrirnos o cerrarnos, de elaborar muros o intentar derribarlos. Y también nos concedió la ilusión o la esperanza de forjar puentes inasibles que nos permitan tocarnos en las almas, para poder —en venturosos momentos— ser uno junto al corazón de los otros. Quizás al fin y al cabo, la vida sea un perpetuo y oscilante tránsito entre la soledad y el encuentro, entre los muros y los puentes, entre ventanas que se abren y puertas que se cierran. F. González (2011), Palabras al viento.
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