POR UNA IGLESIA COMO LA QUERÍA JESÚS Textos de san Alfonso
La primera cosa es que hace falta oración, mucha oración. Para levantar la Iglesia del estado de relajamiento y confusión en que se encuentran todos los estamentos no basta la ciencia y la prudencia humana; hace falta el brazo omnipotente de Dios.
Por eso hay que pedirle a Jesucristo que nos dé un guía de la Iglesia que, más que de doctrina o prudencia humana, sea dotado de espíritu y de celo por las cosas de Dios y que sea totalmente ajeno a partidismos y respetos humanos... Por eso he impuesto a todas las comunidades de mi Congregación que oren con mayor empeño por la elección del nuevo Pontífice...
Quisiera ante todo un Papa que escoja cardenales entre los más sabios y celosos del bien de la Iglesia, sin dejarse llevar por influencias externas...
Que sea capaz de quitarle los privilegios a los que se aprovechan de la Iglesia... y que controle el lujo escandaloso de los prelados.
Quisiera que el Papa futuro no fuera tan generoso en conceder ciertos beneficios que dañan la buena disciplina de la Iglesia. Y que moviera a todos los religiosos a volver al origen del carisma, al menos en los aspectos principales.
Devotísimo servidor: Alfonso María, obispo de Santa Águeda de los Godos. Arienzo, 24 octubre de 1774