La barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas. De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el mar, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.
Jesús dijo enseguida: Pedro le respondió :
Ante las leyes que contradicen frontalmente su sentido de la vida y ante el terrorismo, muchos sienten la sensación de ir navegando «sobre aguas turbulentas» Esa sensación afecta a todos, pero los cristianos parecen especialmente impresionados en estos momentos. en estos momentos.
Algunos tienen miedo a hacer pública la propia identidad. Cuando se pierde la fe en aquello que se cree, queda uno a merced de cualquiera.
En el evangelio de hoy la barca de los discípulos de Jesús está ya lejos de tierra y sacudida por las olas.
Los discípulos descubren a Jesús, que camina sobre el agua. Caminar sobre el mar es una imagen del dominio sobre el mal. Sin embargo, a los fatigados de remar, les parece un fantasma.
El creyente se hunde cuando se apoya sólo en sus fuerzas o en sus razones. No es el propio poder ni el propio saber lo que nos mantiene a flote, sino la fuerza del Señor.
A esa confesión se nos invita ya desde el bautismo. Es el anuncio que se espera de nuestra vida que ha de ser coherente con esa proclamación.
Señor Jesús, Tú conoces las tentaciones de miedo que nos asaltan de miedo que nos asaltan cada día. Tú sabes también que confiamos en ti. que confiamos en ti. Te reconocemos como Salvador y así te anunciamos con humildad y decisión. Amén.
Texto: José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca Presentación: Antonia Castro Panero Música: Relax.Sonidos de cascada