Definiciones de literatura

¿Qué es literatura? La literatura, en cuanto a su conceptualización, presenta los mismos límites difusos que el concepto de arte. Existen muchas definiciones posibles; cada una de ellas toma en cuenta un parámetro específico para definir el elemento central que definiría al arte de la palabra. A continuación, se presentan algunas definiciones elaboradas por escritores y teóricos:

1.- “La literatura es una invención para registrar los hechos plurifacéticos y expresar sus varias significaciones. Cuando el literato se empeña en dar a las palabras de su tribu un sentido más puro, lo hace con el propósito expreso de crear una lengua capaz de transmitir, no el significado único de alguna ciencia particular, sino la múltiple significación de la experiencia humana, tanto a un nivel más privado como a un más público nivel” (Aldous Huxley. Literatura y ciencia. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1979, p. 20).

2.- “Al considerar la obra literaria como una forma de conocimiento se olvida que éste se halla determinado por la función poética del lenguaje, es decir, por su función creadora, que, en vez de caracterizarlo como un instrumento reflejo de la realidad, lo define como fundador de otra realidad” (René Jara y Fernando Moreno. Anatomía de la novela. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1972, p. 20).

3.- La escritora mexicana Rosario Castellanos define su posición: “Para mí la literatura es una de las formas de representación de la realidad, una de las posibilidades de conferir orden al caos, sentido a los acontecimientos, o (...) interpretación a lo que es confuso. La literatura a diferencia de otras disciplinas, la filosófica, la científica o la religiosa, recurre a los diversos estratos del ser humano: desde la intuición hasta la inteligencia, desde la sensibilidad hasta la razón y cada uno de estos estratos se manifiesta en la obra en la medida en que predomina en el temperamento individual, en que lo permite el desarrollo de la cultura a la que pertenece el escritor, en que lo tolera la moda” (Günter Lorenz. Diálogo con América Latina. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1972, p. 187).

4.- El novelista peruano Mario Vargas Llosa afirma: “Creo que la literatura es una forma de lucha también, creo que la literatura es una forma de insurrección, permanente, pero no contra ese nivel de realidad en el que opera la política, el nivel puramente social y económico, sino contra la realidad en general. La literatura es una insurrección, una rebelión permanente, contra uno o varios aspectos de la realidad. En ciertos casos puede ser el nivel político o histórico, en otros casos no, en otros casos pueden ser otros niveles aquellos contra los que el escritor protesta a través de su vocación, y de sus ficciones. Yo creo que la literatura no puede estar subordinada de ninguna manera a la política, que la política no puede servirse de la literatura. Creo que la literatura en cambio puede servirse de la política, en el sentido de que la política es una experiencia más, un aspecto más de la realidad. Y que la literatura se sirve, de todo lo que forma parte de su realidad, para sus fines, para contribuir, para construir esos mundos imaginarios, a través de los cuales los lectores, los hombres conocen mejor su propia realidad, se conocen mejor a sí mismos” (Günter Lorenz. Diálogo con América Latina. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1972, pp ).

5.- El novelista argentino Ernesto Sábato define un tipo de literatura que él considera primordial: “Literatura seria es la descripción de la trágica dualidad de la criatura humana; esa tragicomedia que resulta de su doble condición de sapo y ángel; esa grotesca (pero patética) dualidad que lo hace hablar de la eternidad cuando todos sabemos que viviremos alrededor de setenta años; esa estúpida (pero heroica) dualidad que lo lleva a ocuparse del absoluto y de las ideas puras cuando está perfectamente comprobado que terminará convertido en una pasta hirviente de gusanos” (Carlos Catania. Entre la letra y la sangre. Conversaciones con Ernesto Sábato. Buenos Aires: Editorial Planeta, 1988, p. 125).