Salida de la adolescencia Objetivos función paterna, ideales e identificaciones secundarias su importancia en la salida. Posibilidades y riesgos de SER la función de los ideales de la cultura procesos que permiten, dificultan o impiden la salida transformación de las ilusiones de la adolescencia adolescencia y cultura actual riesgos de la etapa el aporte necesario de contenidos nuevos: la renovación posible de la sociedad

Adultez - Crisis de la edad media de la vida Objetivos ¿cuándo termina la adolescencia? dificultades en la salida: la ambigüedad adultez: combinación entre madurez y persistencia de lo infantil no elaborado etapa adulta: despliegue de las potencialidades del inconciente logros y realizaciones posibles, consolidación de la identidad, factores que la favorecen dificultades internas y externas: el problema del vacío, la incitación al consumo, las dificultades en la inclusión social, la cultura de la excitación crisis de la edad media de la vida: un cambio en el sentir en relación a la muerte

Adolescencia y adulto en función de Padre Comentarios de D. Winnicott “Es estimulante que la adolescencia esté activa y haga oír su voz, pero los esfuerzos adolescentes que hoy se hacen sentir en todo el mundo, deben ser enfrentados, deben cobrar realidad gracias a un acto de confrontación. Esta debe ser personal” “Los adultos son necesarios para que los adolescentes tengan vida y vivacidad. Oponerse es contener sin represalia, sin espíritu de venganza, pero con confianza... “ “…(es bueno) que los jóvenes modifiquen la sociedad y enseñen a los adultos a ver el mundo de una manera nueva; pero que, allí donde esté presente el desafío de un joven en crecimiento, haya un adulto dispuesto a enfrentarlo...” “…lo cual no resultará necesariamente agradable. En la fantasía inconsciente, estas son cuestiones de vida o muerte”                                                                     D.W. Winnicott

Salida de la adolescencia Freud: en la infancia el ideal es el padre, luego se produce cierta sustitución por la figura del maestro. En 1914, escribe: “No sé qué nos reclamaba con más intensidad y qué era más sustantivo para nosotros: ocuparnos de las ciencias que nos exponían, o de la personalidad de nuestros maestros” identificación con el Padre (en el plano real y en el simbólico): factor central del proceso. Según sea la identificación: se enfrentarán los cambios necesarios para convertirse en adulto y se consolidarán rasgos de personalidad adolescencia: pasaje de lo familiar a lo extra-familiar. Puede ser pleno o solo parcial, o aún no llegar a concretarse. Requiere de elaborar duelos y separaciones depende de que surja un genuino deseo de SER por fuera de la familia; algo que exige enfrentar dificultades internas y externas, más la incertidumbre que estos cambios implican. Contrariedades de la vida: serán vividas como una castración confrontación renovada con la diferencia de los sexos. Si predomina una variante (incluyendo cierto grado de renuncia), la identidad logra una mayor estabilidad lo contrario: permanecer en la ambigüedad. O sea: no ser del todo ni un niño, ni un adolescente ni un adulto, ni renunciar del todo a la aspiración bisexual implica tener, al mismo tiempo, funcionamientos característicos de distintas etapas y variantes sexuales, con menor predominio de alguna, y mayor inestabilidad

Rol del padre, consolidación de la identidad un padre, entendido no como quien lo es, sino como quien tiene esa función, implica la problemática del reconocimiento, necesaria (aunque no siempre presente) en ambos sentidos: del padre al hijo y de éste al padre ilusiones adolescentes: si se logra una verdadera salida, se pueden transformar en proyectos para modificar al mundo, adecuados a lo posible en la pubertad: lo real del cuerpo del niño hizo estallar la relación con la organización inconciente de la latencia la salida de la adolescencia modifica esa relación. Si hay salida, se consolida la identidad en los planos sexual y social, recuperando los parámetros de la latencia pero al servicio de los objetivos del Yo adulto consolidar la identidad en esos dos aspectos: implica construir una respuesta propia al enigma de la sexualidad, dar encarnadura a un rol sexual y a uno social cuando esto sucede, cesa la creencia según la cual los adultos tienen las repuestas, ya que cada Yo debe construírselas para sí mismo los profesores y maestros son vistos más en paridad, la asimetría característica de la infancia disminuye hasta casi desaparecer

De la dependencia hacia la independencia oscilación de la fantasía: 1) entre el amor a un objeto externo y el amor a sí mismo por un lado, y 2) la tendencia al retraimiento por otro. Alternando con la añoranza de la completud narcisística, característica del vínculo temprano con la madre este fantaseo protege contra: el temor a enfrentar duelos, el sentimiento de inseguridad respecto de las propias capacidades, la incertidumbre de la vida futura sin la protección de los objetos primarios el Yo del adolescente: en conflicto con los adultos. Después de haber criticado a los padres y al mundo adulto: podrá asumir los problemas de la vida, en términos de conflictos del propio Yo, y entre el Yo y la realidad externa? entre estas dos posiciones, se halla el deseo de no depender de otros “más fuertes y poderosos”: sentidos así hasta ese momento, a la manera infantil el concepto de “responsabilidad del adulto” se refiere al deseo de serlo: respecto de sí mismo, de la propia vida mental, y, por lo menos en parte, de los seres amados inicialmente, esto es entendido por los adolescentes en términos de “cumplir”, a la manera de los latentes pero la verdadera madurez, tiene su fundamento en que el deseo de asumir las responsabilidades mencionadas, sea un sentimiento irrenunciable

Dificultades en la salida: la ambigüedad la transformación mencionada requiere de sentirse con cierta seguridad interior, y con una cuota de coraje para enfrentar el desafío de la vida adulta si bien una proporción importante de adolescentes logran superar la etapa y convertirse en adultos, muchos no consiguen hacerlo (Ej.: Sheldon de “The big…”) el “estado mental” adolescente puede prolongarse: la ambigüedad es permanente (ejemplo: adultos con relaciones de pareja pasajeras, pareciendo “no querer comprometerse” en vínculos profundos y duraderos). Pueden alternarse períodos en que la salida parezca consolidarse, con regresiones hacia una mayor indefinición la adolescencia de los hijos desencadena una crisis en los padres, pudiendo poner de manifiesto núcleos adolescentes de estos, no suficientemente superados en su propia salida a la adultez algunas manifestaciones típicas de este conflicto: separaciones de parejas estables hasta ese momento, madres que comienzan a vestirse como sus hijas, padres que tienen aventuras amorosas con mujeres mucho más jóvenes que ellos

La etapa adulta identidad sentida como propia, con un sentido personal y subjetivo de las propias vivencias y acciones. Resultado de identificaciones, asociada a sentimientos definidos e intensos el desarrollo de tolerancia hacia los propios conflictos, y la aceptación de sus consecuencias como algo del propio Yo, es parte de la madurez adulta deseo de independencia, a la vez que se acepta la necesidad de depender como un hecho universal y recíproco, a diferencia de la manera infantil. Implica el deseo de hacerse cargo de sí mismo y de las necesidades de dependencia y cuidado de otros (hijos, plano laboral, social, etc.) aceptación de la necesidad de aprender de la experiencia; aún con conciencia de saber y poder más que en la infancia, aceptar que haya otros que sepan y/o puedan más persistencia de algo de lo infantil. Posibilidades de maduración: elaboración versus obstáculos para la misma tendencias opuestas: constructivas y/o destructivas; combinadas, con predominio de alguna de ellas, o no. Como en cualquier otra etapa de la vida, las tendencias constructivas y destructivas se manifiestan más en el vínculo consigo mismo, o bien hacia los otros

Consolidación de la identidad en la etapa adulta la adultez puede ser una etapa de logros, realizaciones, satisfacciones profundas, maduración y desarrollo las potencialidades son el resultado del despliegue de las identificaciones de la infancia, junto con las transformaciones de la adolescencia, en el marco de las circunstancias externas los logros y realizaciones personales tienen un significado inconciente de “hijos” quien se ha sentido deseado por sus padres, deseará convertirse en padre o madre y tener “hijos”, deseo que puede materializarse en tener niños y devenir padre o madre, o en sus equivalentes simbólicos (los propios logros) se trata del desarrollo la parentalidad en cualquiera de estos planos sentidos, lo que tiene como consecuencia sentimientos de satisfacción y paz muy profundos, enraizados en la gratitud en cierto modo, se sintió gratitud hacia los padres y se les devuelve, con esfuerzo y entrega personal, algo de lo recibido, en la entrega a “los hijos” no se trata de obtener éxito, sino de haber podido involucrarse en un intento, con el significado de haber entregado una parte de sí a un objetivo sentido como constructivo (aunque esto contenga aspectos destructivos a la vez). Ej.: “El padrino”

Factores que favorecen el desarrollo de la identidad tolerancia hacia la sexualidad en todas sus variantes, lo que implica la aceptación de lo diferente en general (ej.: ritual de los indios papagos) valoración de la multiculturalidad y de las diferencias, con rechazo a la hegemonía de modelos tendencia al incremento de los derechos, tanto los individuales, como, especialmente, los de las minorías sociales posibilidades amplias y accesibles de inclusión en la vida de la sociedad, con estímulo para la participación en la vida social, cultural y política vida cultural intensa y variada, y sobre todo, con libertad para crear y expresarse ideologías favorables a la inclusión, en oposición a la exclusión, con valoración de la solidaridad (protección de los más débiles) educación, asistencia en salud y espacios recreacionales públicos y gratuitos formación de docentes y trabajadores sociales formados en la comprensión de lo psicológico acceso amplio a la asistencia psicoterapéutica

Consolidar la identidad: dificultades internas y externas en la etapa adulta siempre se incluye algo de lo infantil, tanto de orden libidinal (persistencia de deseos infantiles), como traumático las carencias emocionales, incluidas en el orden de lo traumático; los traumas (sobre todo acaecidos en la infancia) que no han podido ser elaborados la combinación entre una identificación débil o fallida con el padre, e ideales culturales excluyentes, intensifica un vacío que dará lugar a una angustia intensa en cada época, tanto la adolescencia como la salida a la adultez, están marcadas por la cultura del momento. En la actualidad: caída de ideales humanos (héroes protectores, etc.), y su sustitución por el poder (héroes sobrehumanos) si la autoridad y los ideales caen, algunos límites se hacen escasos o nulos. El vacío, en estos casos, puede dar lugar a una búsqueda de satisfacción con la ilusión de que todo es posible se tiende a sentir como imperioso, el llenar esos vacíos, sumamente angustiosos, aunque sea con “cualquier cosa”. Se habla actualmente de “vínculos tóxicos”, con personas o actividades, como “remedios” frente a la angustia, así como las drogas

El problema del vacío y los riesgos de la cultura actual la cultura propone experiencias de excitación, en lugar de las que estimulan el trabajo psíquico, necesario para la maduración y el crecimiento psíquico “pasaje al acto” significa realizar un acto, con el objetivo de liberarse en forma inmediata de la angustia, pudiendo “ser”, por un momento, alguien, “el que hizo tal cosa”. Pero sin un sentido subjetivo de valor, el alivio es fugaz el objetivo es aliviar la angustia por el vacío, pero por lograr un alivio inmediato, sin un sentido constructivo que contemple un objetivo, un desarrollo futuro anorexia, bulimia, fijación al consumo, adicciones, abusos varios: de sustancias, de actividad física, de trabajo etc., son intentos de calmar la angustia producida por el vacío de SER otras variantes de la búsqueda de excitación: adicción a actividades, como videojuegos, Internet, trabajo, sexo compulsivo, descargas violentas, etc. numerosos vínculos tienen como objetivo principal colmar el vacío. No se trata de relaciones de amor sino de necesidad imperiosa, angustiosa suelen ser vínculos hostiles y frustrantes, la intrusividad es siempre un elemento central. Por eso mismo, resultan omnipresentes: parecen relaciones muy malas, pero es aún más temida la separación, por el vacío que implica

La incitación al consumo la producción y el comercio constituyen uno de los ejes de la organización actual de la sociedad humana. Su correlato necesario es el consumo crecimiento económico: considerado un objetivo principal en todos los países, implica el incremento de ambas vertientes, producción y consumo las sociedades se pliegan a consumir lo que se produce. Esta tendencia puede llegar fácilmente a teñir el sentido de la vida: lleva a ser un consumidor, más que un sujeto deseante ante las dificultades que se enfrentan para SER, se ofrece consumir objetos materiales para calmar sobre todo la angustia. Especialmente, consumir productos de “marca”, que seducen con publicidades que prometen dar identidad actualmente, la mayoría de los objetos tienen una obsolescencia muy veloz; apenas se adquieren, están ya cerca de convertirse en basura hay un importante estímulo de la preocupación por el aspecto externo en detrimento de lo interior. Esta corriente incita al consumo, mientras que en épocas anteriores, era más valorada la cultura general y la propia formación

Marcel Duchamp, 1913: “Rueda de bicicleta” - Readymade : término acuñado en 1915 para describir su arte, hecho a partir de objetos comunes - cambio cultural radical: el arte no es más “representación”. Ocupan su lugar, objetos que causan impacto solo por estar expuestos en espacios tradicionalmente dedicados al arte (museos, salas de exposiciones, etc.) - lo simbólico es desplazado por lo material, por lo coyuntural y lo fugaz

La crisis de la edad media de la vida aproximadamente entre los 36 y los 40 años (a veces, hasta los 45), se desencadena una crisis vital, sobre la base de una conciencia nueva respecto del paso del tiempo implica un contacto emocional con la realidad de la propia muerte futura (hasta entonces sin mayor significación), como un límite. Debe poder aceptarse y tolerar el sentimiento de que la vida es pasajera, lo que exige reformular aspectos de la propia identidad si en la infancia el complejo de castración puso límite al deseo de poseer con exclusividad al objeto amado, ahora el paso del tiempo pone límite al sentimiento de ser poseedor de la propia vida como toda crisis, puede derivar en un crecimiento psíquico. Se puede intensificar el deseo de profundizar el sentido de cada momento, impulsando a un mejor desarrollo y aprovechamiento de la vida, en todos los sentidos suele cursar con angustia. O bien, de manera accidentada, con enfermedades y/o pasajes al acto, si la conciencia del paso del tiempo produce una herida narcisística difícil de soportar se disparan múltiples consultas médicas, por enfermedades. O por somatizaciones, simples manifestaciones de la angustia derivada de la crisis característica de esta etapa. Si en cambio no puede ser superada, desencadena un deterioro psíquico