TODOCOMENZÓ…TODOCOMENZÓ… TODO COMENZÓ…

Granada 5 de agosto de 1847

¡Oh! Es una niña Nace Mª Emilia

7 de agosto de 1847 Mª Emilia, yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

Mª Emilia desde niña siempre amó mucho a Jesús y María.

¿Ves esos centinelas? ¿Qué hacen? Están siempre ahí ojo avizor, al acecho de un posible enemigo.

Centinela, ¡ALERTA!

ALERTA… ¡ALERTA ESTÁ! Dios Nuestro Señor nos pide sin duda a todos hacer lo mismo para con Él, estar alerta al enemigo para que no entre en nuestro corazón.

Dos años después la terrible enfermedad del cólera cobra nuevas vidas… No hay nada que hacer su esposa se muere Llame a un sacerdote para que le dé los sacramentos.

Cuando Mª Emilia tenía 7 años muere su mamá.

Madre amantísima, ¡sé tú la madre de estos pobres hijos míos que acaban de perder la suya!

Cuando Mª Emilia tenía 12 años… Señor, ¿cómo decirles que yo he decidido que quiero consagrarte mi vida y ser sólo tuya?

Al querer ser como Jesús enseña en su propia casa a los niños pobres ¿Y cuando sepamos todo el catecismo podremos hacer la primera comunión? ¡Por supuesto!

Como su padre era rico Mª Emilia tenía que ir a los bailes de la reina Mira el cinturón que lleva… ¡qué feo es! ¡Qué pena! Con lo guapa que podría estar… ¡Alerta! Los piropos aunque gusten hacen daño.

Su hermano Joaquín se puso muy enfermo. Su padre y ella buscaron buenos médicos, pero no había remedio. Háblame de Dios como tú lo haces, Emilita, que me da fuerzas y alegría para ofrecer mis sufrimientos. Su hermano Joaquín murió al poco tiempo.

Señor, cada vez es más firme mi deseo de entregarme enteramente a Ti. Deseo ser religiosa. Hablaré con mi padre.

¡Jamás! ¡Óyeme bien! ¡No te daré mi permiso!

Señor, mi deber como hija me obliga a renunciar a mi entrega a Ti, por ahora. Pero nadie ocupará tu puesto en mi corazón.

Mª Emilia siguió conociendo de cerca la pobreza que le rodeaba. Estas pobres niñas no conocen más que miseria y no tienen ninguna educación. Tenemos que hacer algo por ellas, Jesús no las dejaría.

Cuando Mª Emilia y su padre viajaban en coche de caballos tuvieron un grave accidente ¡Pronto! Hay que llevarlo a que le vea el médico.

A causa de aquel accidente su padre murió. Entonces Mª Emilia preguntó a Jesús qué quería de ella. Señor, indícame el camino a seguir… Señor, creo que me pides fundar una nueva familia religiosa que sea misionera, que te adore siempre en el Santísimo Sacramento y que ame mucho a la Virgen.

El 25 de marzo de 1896 Mª Emilia y seis chicas más inician la Congregación religiosa que Jesús y María quieren para la Iglesia. Te amaré, Señor, con todo mi corazón, con toda mi alma y con todo mi ser.

Poco después se unen a ellas otras chicas que sienten el mismo deseo de seguir a Jesús. Sepan todas, hijas mías, que para ser religiosa Misionera hay que ser pobre, obediente, amar mucho a los demás y por supuesto a Jesús.

Y poniéndose manos a la obra… Aman a Jesús enseñando a niñas, dando catequesis y ayudando a los más pobres y necesitados. ¡Qué alegría! Me gusta que nos hablen de Jesús, ¿verdad? Sí y ¡cuánto nos quieren las religiosas! Me gustaría ser como ellas…

Pero no todo era de “color de rosa”, las dificultades aparecieron… Y el convento se incendió… Toda Granada se alarmó. Pronto llegaron los bomberos y la ciudad se reunió para ver aquel horrible espectáculo… ¡Pronto, traigan agua! ¡Todo está perdido!

Señor, es una prueba durísima para la Comunidad. Nuestro futuro está en tus manos… … tuyo es, haz de lo tuyo lo que quieras…

Y en aquel instante… las llamas comenzaron a apagarse..

Pasados los años, la obra de Jesús se extendió a América. Las Misioneras pisan tierra brasileña. Mª Emilia ve realizado el deseo de llevar a Jesús allí donde no le conocen.

En misiones y a los pies de Jesús Sacramentado todo el día… Nuestra Madre tan viejecita no debería pasar tantas horas arrodillada ante el Santísimo. Se lo hemos dicho pero nos ha respondido que para Dios todo es poco.

A los 93 años, Mª Emilia, ha dado toda su vida por amor a Jesús, a María y a los hermanos… Jesús la llama a su lado. Que en el cielo estemos todas juntas y que no se separe ninguna Misionera. Virgen María, Madre mía, que llevemos el amor de tu Hijo Jesús a todo el mundo.

Sus restos mortales están en la capilla de la Casa Madre, donde nació esta familia religiosa: Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada. Hoy nosotras continuamos la misión que Jesús y María encomendaron a Nuestra Madre Mª Emilia.

L skd fjl

FINFIN FIN