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El Vía Crucis de un Ingeniero

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Presentación del tema: "El Vía Crucis de un Ingeniero"— Transcripción de la presentación:

1 El Vía Crucis de un Ingeniero
Oración, de 14 minutos de duración, con la que se contemplan las 14 estaciones del Vía Crucis narradas por el mismo Cristo Amiga mía, amigo mío, no conozco otra oración que más complazca al Hijo de Dios, Jesucristo. Por favor, lea despacio, lo que verá a continuación.

2 I ESTACIÓN – Condenan a muerte a Jesús
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, Yo soy el Autor de la vida y sin embargo me dispongo a morir muerte de Cruz por salvar la tuya.

3 II ESTACIÓN – Jesús carga con la Cruz
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, esta es mi Cruz y la tuya si es que de verdad me amas y me ayudas a llevarla.

4 III ESTACIÓN – Cae Jesús por primera vez
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, quizás me has dejado solo, no siento tu ayuda y esta Cruz , la tuya y la mía, me pesa tanto que he caído.

5 IV ESTACIÓN – Jesús encuentra a María, su Madre
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, ¿serás tú quien consuele a mi Madre y tu Madre? Por favor, tennos compasión, ayúdanos, ayúdanos…

6 V ESTACIÓN – Simón ayuda a llevar la Cruz de Jesús
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, te reconozco en este Simón que, aunque sea forzado, me ayuda a llevar esta Cruz. ¡Cómo te lo agradece mi Corazón!

7 VI ESTACIÓN – La Verónica enjuga el rostro de Jesús
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, solo de un corazón de mujer, como el tuyo, percibo la ternura con la que se alivia el padecer de este Corazón que te ama como nadie te ha amado.

8 VII ESTACIÓN – Cae Jesús por segunda vez
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, a esta altura de mi caminar hacia el Calvario te echo de menos. ¡Cuanto necesito tu ratito de oración de cada día con el que me confortas el alma!

9 VIII ESTACIÓN – Jesús consuela a las hijas de Jerusalén
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, de seguro que entre estas mujeres te encuentras tú. Mi tiempo es la eternidad, la que te he esperado para conquistar tu alma. ¡Acuérdate de mí!

10 IX ESTACIÓN – Jesús cae por tercera vez
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, ¿dónde estás? ¡ayúdame, por favor! Te necesito, sin ti esta Cruz me pesa mucho más, ¡compadécete de mí! Me faltan tus fuerzas, las mías me fallan.

11 X ESTACIÓN – Despojan a Jesús de sus vestiduras
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, me dispongo a morir por ti. A mi cuerpo, en carne viva, lo despojan de su ensangrentado vestido. Desnudo, temblando, ultrajado, me llegaré hacia mi amada Cruz.

12 XI ESTACIÓN – Jesús es clavado en la Cruz
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, te amo, y porque te amo muero en llanto y quejido que sólo escucharás en el silencio de esta oración con la que me consuelas y acompañas cuando más te necesito.

13 XII ESTACIÓN – Muerte de Jesús en la Cruz
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, mi tarea está acabada. En manos de mi Padre Dios entrego el Espíritu y a su vez en tus manos te entrego a mi Madre. Te he dado mi vida y a mi Madre ¿qué más te puedo dar?

14 XIII ESTACIÓN – Jesús es entregado a su Madre
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, ahora lo que quizás oigas es el hondo gemido de una Madre, la tuya y la mía, una Madre que ha agotado la amargura, una Madre que anhela cobijarse en tu corazón. ¿La quieres?

15 XIV ESTACIÓN – Dan sepultura al cuerpo de Jesús
Te adoramos Cristo y te bendecimos que por tu Santa Cruz redimiste al mundo Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. Dios te salve María, llena eres de gracia. El Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén. Hermana mía, hermano mío, gracias por acompañarme en este camino de dolor, precio con el que he pagado tu rescate. En tres días me verás resucitado. Vivo esperando gozar de tu amor, amada mía, amado mío.


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