Interpretación de las enseñanzas de Omraam Mikhaël Aïvanhov. Los Alimentos Interpretación de las enseñanzas de Omraam Mikhaël Aïvanhov. Favor activar el sonido, ratón y teclado de su computadora para utilizar los hipervínculos subrayados y avanzar la presentación, gracias.

Sin detenernos en el tamaño, color, perfume o sabor de una fruta, considerémosla impregnada por los rayos del Sol; porque de seguro la fruta emergió, como si fuera una carta de nuestro Padre Creador.

Al recibir una carta o e-mail de la persona amada, con mucho fervor la leemos, la releemos y la conservamos cuidadosamente. Pero cuando la carta es de nuestro Padre Creador; algunos, por ignorancia, la desechamos sin leerla.

Somos los últimos en descifrar las cartas del Padre; ya que los animales, están más atentos. Los bueyes y las vacas; por ejemplo, cuando no han descifrado bien la carta, la vuelven a leer; o lo que llamamos científicamente, rumiar.

Los alimentos, son una carta de amor enviada por el Padre; la cual urgentemente necesitamos, aprender a interpretar. Pero la mayor parte del tiempo tragamos todo, sin descifrar nada de dicha carta; en la cual el Padre, nos escribe:

“Hijo mío, quiero que llegues a ser perfecto, que seas como una fruta sabrosa. Pero ahora eres áspero, ácido, correoso, no estás todavía preparado para ser saboreado; por lo tanto, debes instruirte y Espiritualizarte.

Mira ésta fruta: Si ha llegado a la madurez, es porque ha estado expuesta al Sol. Y tú también debes exponerte, al Sol Espiritual. Porque Él se encargará de transformar en ti, todo lo que hay de ácido, indigesto; y además te proveerá, de hermosos colores”.

Eso es lo que nos dice el Padre Creador, a través de los víveres Eso es lo que nos dice el Padre Creador, a través de los víveres. Pues mientras comemos; los alimentos nos hablan, porque son la representación condensada: De la vida (El Padre), el calor (El Hijo) y la luz (El Espíritu Santo), del Sol.

Si centramos la atención en otra parte, nunca oiremos la voz de la luz; la cual, no está separada del sonido. Porque la luz canta; y es también, música. Necesitamos oír la música de la luz en todo y todos; porque la luz que habla y canta, es el Verbo Divino.

También se puede decir que el alimento es una especie de radiestesia; pues cada ser y objeto, emite unas Radiaciones particulares. Y el radiestesista, es quien sabe captar e interpretar las radiaciones que recibimos del Sol.

El alimento, ha recibido radiaciones de todo el Cosmos, de las estrellas y del Sol; además, de los cuatro elementos (Tierra, agua, aire y fuego). Dejado en el alimento; huellas invisibles, pero reales.

Por lo que el alimento registra el paso de todo, porque ha sido saturado con toda clase de partículas, fuerzas y energías; inclusive, de quienes lo trabajaron y trataron en los campos y factorías.

Por lo tanto, el alimento puede contarnos la historia del agricultor, de las estrellas y del Sol. Y narrarnos, el trabajo de los ángeles que se ocuparon día y noche para infundirle sus propiedades; y ser útil, a los hijos de Dios.

Aunque la Naturaleza nos ve adormecidos e ignorantes, es tan generosa que dice: “Tanto si son inteligentes, conscientes, como si están aletargados, haré que el alimento les dé fuerzas para que puedan mantenerse con vida”.

Al igual que los animales, todos subsistimos; inconsciente o conscientemente, gracias a los sanos y naturales alimentos. Pero ésta no nos hace crecer espiritualmente; sólo nos aporta, un bienestar físico.

Cuando se trata de recibir las partículas alimenticias más sutiles; procuremos que sean el producto, de los rayos del Sol. Evitemos alimentos sintéticos o de laboratorios. Y antes de comer; conscientemente agradezcamos al Padre, llenos de amor.

Entonces, el organismo entero estará dispuesto a recibir en la digestión, las partículas alimenticias de una manera perfecta; para que el alimento vierta todas sus riquezas, escondidas.

Si acogemos a alguien con amor; de seguro, se abrirá y nos dará todo Si acogemos a alguien con amor; de seguro, se abrirá y nos dará todo. Si lo recibimos mal; lo más probable es que dicha persona, se cierre.

Si exponemos una flor ante el calor y la luz del Sol, se abre y nos da todo su perfume; si la dejamos en el frío y la oscuridad, se cierra.

Los alimentos, también se abren o cierran según nuestra actitud; y cuando se abren nos ofrecen sus energías más puras y divinas, con mucho amor. 18/09/2009 Fin