Está cerca la Pascua del Señor: Reconocer nuestro pecado es un signo de madurez y de humildad. EL SACRAMENTO DE LA CONFESIÓN NO ESTÁ PASADO DE MODA, porque un PADRE que está deseando la vuelta del Hijo perdido, es una MARAVILLA DE SU MISERICORDIA.

Guantes plástico… …son los guantes de la SUPERFICIALIDAD Pedimos perdón por las veces en que vivimos en el mundo de las apariencias, por nuestras superficialidades, por descuidar nuestra profundidad con Dios.

Guantes de mecánico… …son los guantes de la RUTINA Pedimos perdón por las veces en que no saboreamos lo bello que es vivir cada presente, por las veces en que no hacemos con amor lo que nos toca.

Guantes de boxeo… …son los guantes de la SUPERIORIDAD Pedimos perdón por las veces en que hemos hecho daño al otro, por nuestros orgullos y prepotencias

Guantes metálicos… …son los guantes de la FRIALDAD Pedimos perdón por nuestras frialdades con los demás

Guantes de jugador de golf… …son los guantes para SENTIRME BIEN a costa del otro Pedimos perdón por las veces en que nuestras relaciones son interesadas, por nuestros egoísmos.

Guantes de motorista… …son los guantes de la RAPIDEZ de las PRISAS Pedimos perdón por no saber parar el ritmo trepidante de nuestras vidas para buscar momentos de silencio

Guantes de cocina… …son los guantes de la FALTA de TACTO Pedimos perdón por las veces en que no hemos sabido ponernos en el lugar del otro.

Guantes de portero… …son los guantes para LUCIRSE Pedimos perdón por las veces en que vivimos más de cara a la “galería” que de cara a Dios.

Guantes de vestir… …son los guantes de los PREJUICIOS Pedimos perdón por las veces en que nos dejamos llevar por nuestros prejuicios.

Los de guante blanco… …son los guantes de la COMODIDAD Pedimos perdón por nuestras faltas de compromiso solidario con los más desfavorecidos.

Si queremos ser contagiadores de MÁS CARIDAD, pongámonos manos a la obra… sin guantes… con las manos desnudas, para contagiar el calor de nuestra humanidad, de nuestra cercanía, de nuestro apoyo, de la PRESENCIA del Dios que nos habita y mueve.

No tenemos en nuestras manos las soluciones para los problemas del mundo. Pero frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos. Cuando el Dios de la historia venga… NOS MIRARÁ LAS MANOS... Parroquia del Santo Niño de Cebú – P. Roberto Guerrero Boza – Franciscano T.O.R. E.mail: