¿ Por qué son así nuestros hijos?
UN POCO DE HISTORIA ¿Siempre han sido así? La adolescencia es algo reciente Depende de culturas y zonas.
¿ Cómo son ? Están en un proceso de construcción y definición de su identidad. Inseguridad ante la realidad, y por tanto, inseguridad ante si mismos. Ambivalencia entre ser infante y ser adulto. Emplean máscaras para defender su debilidad. Utilizan la rebeldía para enmascarar su realidad. Narcisismo: necesitan llamar la atención.
Buscan refugio en el grupo. El grupo es importante porque les entrena en tener sentido de permanencia y en saber cuales son los roles. Puede que no reconozca la autoridad de los padres, pero si la del jefe del grupo. Constantemente esta probando cuáles son sus límites.
Recordando… Los padres no deben desautorizarse entre sí. Lo que se promete se cumple (premio o castigo). Debe haber proporcionalidad entre estos. Las consecuencias de una falta deben estar definidas antes. Esto también ocurre con los logros y aciertos.
Al corregir: - Señala la conducta inadecuada, pero no le señales a él como persona inadecuada. - Debes mostrar cual es la conducta acertada. Se debe exponer la razón que soporta la existencia de una regla. Esto no significa que se está sometiendo a negociación. Si, a pesar de exponer el fundamento de la norma, persiste el desacato, se acude a la última razón: “ Porque yo lo digo”
Problemas del adolescente Ve demasiado la televisión. Se acuesta tarde. Se pelea con sus hermanos. Se enfrenta cuando no consigue lo que quiere. Deja su habitación desordenada. No cuida sus cosas. Pierde sus pertenencias. No participa en la vida familiar.
Quiere estar siempre solo. Solo le interesa salir con sus amigos. No se sabe nunca donde está. No avisa a dónde va. Fuma e incluso bebe. Lleva ropa provocativa. Se maquilla demasiado. En algunas ocasiones lleva ropa rota. Le van mal los estudios. No ayuda en las tareas de la casa. Tiene un lenguaje vulgar y grosero.
Insulta a sus padres y hermanos. Miente para hacer lo que le da la gana. No cumple sus encargos. Usa las cosas de los demás sin permiso. Habla por teléfono durante horas. Se pasa el día escuchando música Es irritable y agresivo.
En conclusión: SUFRE Y HACE SUFRIR A LOS DEMÁS Trae amigos a casa cuando no hay nadie. No hace planes con la familia. Exige demasiado dinero. Amenaza físicamente a los demás. Es sexualmente activo. En conclusión: SUFRE Y HACE SUFRIR A LOS DEMÁS
¿ Cómo actuar ? No hay que agravar la importancia de los problemas. Es simplemente su crisis. No tome los problemas de sus hijos como propios: deje que él maneje su vida y tome sus decisiones propias, pero exíjale que estas no afecten a los demás. Establezca con su hijo los límites y normas necesarias para vivir en armonía. Si su hijo tiene un problema serio, ayúdele, pero no se amargue usted la vida: no añada un problema a otro problema.
No se puede “obligar” a nadie a ser bueno: hay que venderle la idea y ayudarle. El bien de la familia está antes que el bien del adolescente. Conviene, sin embargo, conseguir las dos cosas. Desconcierte de vez en cuando al adolescente. No sea predecible. No tome decisiones sobre la marcha, ni acepte hechos cumplidos. Calma, paciencia, reflexión… y después actuar con firmeza.
Si usted se sale de sus casillas, él lo manipula y lo domina Si usted se sale de sus casillas, él lo manipula y lo domina. Él ganó la batalla. Tenga un interés real por las cosas del adolescente. Darle paulatinamente libertades y responsabilidades. Las reglas también deben ser razonables y menos restrictivas según el adolescente madura y se hace responsable. Los padres necesitan diferenciar lo que es importante y lo que no lo es.
Debe existir un margen de negociación Debe existir un margen de negociación. Hay algunas cosas que no serán negociables. Los castigos del tipo de no poder salir o quedarse sin paga funcionarán mejor si son establecidas con anterioridad a la infracción. Los adultos deben ser una fuente de consejo, simpatía y confort. Los chicos solo acudirán a sus padres si saben que éstos no los avasallarán o criticarán. Escuchar es fundamental.
¿Por qué son así nuestros hijos? La adolescencia ¿Por qué son así nuestros hijos? 2ª Parte
Relacionarnos bien Debemos relacionarnos bien, es un aspecto clave en la educación de los hijos. Enseñar a Pensar-Habilidades Sociales-Educación Emocional-Educación en Valores.
Relacionarnos bien Inteligencia: lingüística-matemática-espacial-cinética-musical-ecológica-intrapersonal e interpersonal. La vida está llena de conflictos. La vida es conflicto. Maduramos resolviendo conflictos y nos amargamos resolviéndolos mal.
Relacionarnos bien Conflictos impersonales, con las cosas. Los conflictos interpersonales son los peores: resentimientos, mentiras, enfados, celos, incomprensiones… Los impersonales se convierten en interpersonales.
Relacionarnos bien ¿Qué debemos hacer? Pensamiento causal. Debemos saber señalar cuáles son las verdaderas causas de un problema. Es necesario buscar la información necesaria. No dejarnos llevar por la reacción inhibida, o por la contraria la agresiva Siempre hay solución o soluciones. A veces no hay finales felices.
Relacionarnos bien Hay que usar el pensamiento alternativo al hacer el diagnóstico y no aferrarnos a la primera explicación que se nos ocurra. Las consecuencias son las que determinan qué solución es la mejor. Será la mejor la que más beneficiosa resulte o la menos mala.
Relacionarnos bien Ponerse en “el pellejo del otro”, es lo mismo que empatía. Los niños no tienen este pensamiento, pero lo malo en no tenerlo con cuarenta años. Pensamiento de perspectiva, mejor en la mujer.
Relacionarnos bien Tenemos que trazarnos objetivos claros y buscar medios para conseguirlos. “Dicen” es el libro que más daño hace. Una señora que está en una tienda, entra un cliente, da un grito muy fuerte al verle. Es necesario aprender el pensamiento causal.
Relacionarnos bien Tenemos que buscar siempre lo que sea más eficaz, que resuelva el problema sin crear otro mayor. Pero también es necesario que la solución sea justa.
Relacionarnos bien ¿Tú verdad? No, la verdad. y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela. Machado