LA TRAMPAS DE LOS COSTES IRECCUREPABLES (O SUMERGIDOS) Consiste en: “quienes han invertido dinero, tiempo, dedicación personal para hacer o conseguir algo tienden a continuar haciéndolo igual aunque su actitud se revele como equivocada y les proporcione mas perdidas que ganancias”. Cuando Uno ha estado esperando el metro mucho rato, tiende a continuar esperándolo aunque se haga cada vez mas evidente que la línea esta interrumpida y uno va a llegar tarde como no suba a la calle y coja enseguida un taxi.
Algunas parejas que llevan varias décadas con una pésima relación piensan que no tiene sentido divorciarse ahora, después de tanto tiempo, y que lo adecuado es seguir martirizándose algunas décadas más. La mayoría de los espectadores aguanta hasta el final de una película insufrible porque han pagado la entrada, Algunos accionistas de empresas, que van imparables a la quiebra, se resisten a vender sus títulos cuando todavía valen algo porque perderían dinero en relación con el precio al que los adquirieron, y así se arruinan del todo.
Cuando al poco de iniciarse una obra pública o una política costosa, la iniciativa se revela claramente mal planteada o inútil, la administración siempre decide continuar con ella cueste lo que cueste: ¿Cómo vamos a tirar a hora los cien millones del contribuyente que ya nos hemos gastado?, se preguntan los responsables. No, se contestan, hay que llegar hasta el final y tirar quinientos millones mas. Todas estas decisiones se basan en un error contable.
Nos cuesta aceptar que lo que se ha perdido está perdido y es irrecuperable. Lo que tendría que fundamentar nuestras decisiones racionales no es el pasado sino el futuro. Lo que vamos a ganar o perder ahora con el contador puesto a cero. Los periodos de crisis suministran una excelente oportunidad para reflexionar sobre lo que realmente queremos que sea el resto de nuestra vida y decidir en consecuencia
Alfred Font Barrot (Barcelona 1947). Profesor Derecho Pompeu Fabra. 26-mayo-2013