Domingo 1º Adviento- Ciclo B Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad! Mc 13, 33-37
“Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia.” Isaías 64,1 Un sueño convertido en plegaria. Refleja la oleada de insatisfacción que nos sube desde lo hondo del alma y nos lleva a imaginar un mundo nuevo.
El profeta espera a Aquél que se identifica La imagen es poderosa y sugerente. El profeta espera a Aquél que se identifica con el mismo cielo. Su llegada supondría la aniquilación de la altanería humana.
Si los montes se derriten ante la majestad del Absoluto, es que todo es relativo , caduco y perecedero.
que expresa el anhelo de que amanezca la justicia sobre la tierra. El poema es un canto que expresa el anhelo de que amanezca la justicia sobre la tierra. Una justicia que ya solo se espera de los cielos.
Jesús exhorta a sus seguidores a mantenerse despiertos ya que no saben cuando vendrá el dueño de la casa.
Se nos pide superar las tentaciones de la comodidad y la modorra, ya que hemos de preparar la venida del Señor.
Y se nos prohíbe hacer cábalas fantasiosas sobre el tiempo de su llegada y las condiciones del mañana.
¡Velad! ¡Velad! ¡Velad!
¡Velad! Esta palabra contiene una advertencia de cautela. Hay que mantener los ojos bien abiertos para no caer en el engaño. ¡Velad!
¡Velad! Él viene, viene siempre. Esta exhortación acompaña a una “buena noticia”. No permaneceremos huérfanos para siempre. El Señor no se ha desentendido de nosotros. Él viene, viene siempre.
¡ ¡Velad! Si ignoramos el momento de la llegada del Señor y de su gracia, nuestra espera será más activa.
Dios nuestro, al comenzar el Adviento, aviva en nosotros el deseo de salir, acompañados de buenas obras, al encuentro de Cristo, que viene a nosotros. Amén.
PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca Texto: José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca Presentación: Antonia Castro Panero Música: Canto a la vida