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Allí estaba el manantial de Jacob.

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Presentación del tema: "Allí estaba el manantial de Jacob."— Transcripción de la presentación:

1 Allí estaba el manantial de Jacob.
Domingo 3º Cuaresma - A 2, 13-17 LA SED Y EL DESEO Llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José. Allí estaba el manantial de Jacob. 1

2 Jesús, cansado del camino, estaba sentado junto al pozo.
Era alrededor de mediodía. Llegó una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: “Dame de beber”.

3 2, 13-17 3

4 “ Si conocieras el don de Dios, y quién es el que dice
2, 13-17 Jesús respondió: “ Si conocieras el don de Dios, y quién es el que dice “Dame de beber”, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva”. ( Jn 4, 5-42)

5 ¡Si por un momento tuviéramos la valentía de confesarnos nuestra propia sed…!
Tratamos de acallar nuestra sed acudiendo a una fuente y a otra. A un vaso y a otro. Al dinero. Al prestigio social. A la fama.

6 Los del alma, claro. Pero allá en el fondo del corazón,
sabemos que la sed nos abrasa todavía en la garganta y nos agrieta los labios. Los del alma, claro.

7 Las insinuaciones de Jesús pasan del agua del manantial a otra agua
que se ha de convertir en un surtidor que salta hasta la vida eterna.

8 “Soy yo, el que habla contigo”,
La mujer intuye en el peregrino la figura de un profeta. La discusión sobre el verdadero lugar de culto. La alusión al Mesías esperado que ha de venir. Y la revelación final de Jesús: “Soy yo, el que habla contigo”, constituyen el largo itinerario que va desde la lejanía a la fe.

9 Solo tiene fe quien la anuncia y comunica.
2, 13-17 La búsqueda se ha convertido en hallazgo, y el hallazgo se convierte en noticia. La mujer que ha descubierto al Mesías no puede callarse la novedad. Solo tiene fe quien la anuncia y comunica.

10 no pueden calmar una sed que solo Jesús, el Salvador
El viejo pozo de Jacob y la antigua alianza, no pueden calmar una sed que solo Jesús, el Salvador puede calmar.

11 Esa es nuestra historia. La de nuestra sed y nuestra búsqueda.
La de nuestra nostalgia y nuestra inquietud. La de nuestras frustraciones y nuestro hallazgo.

12 confesamos que seguimos buscando un manantial que no se agote.
En la cultura de la postmodernidad, que hace de la frivolidad y de la inmediatez su código vital, confesamos que seguimos buscando un manantial que no se agote.

13 “Señor, dame de esa agua”. Amén.
Señor Jesús, que conoces nuestra insatisfacción y el alcance de nuestros anhelos, desde lo más hondo del alma, nos atrevemos a orar diciendo: “Señor, dame de esa agua”. Amén.

14 José Román Flecha Andrés
DIOS CON NOSOTROS–Salamanca Presentación: Antonia Castro Panero Música: De profundis


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