Tercer Domingo de Agosto Día del Niño

Día del niño Actualmente en Argentina el Día del Niño se celebra el tercer domingo de agosto, esto surge de intereses comerciales; y poco a poco, se ha ido asimilando a la cultura del país. Se acostumbra regalar juguetes a los niños en esta fecha. La celebración del día del niño, en otros países de Latinoamérica, tiene diferentes fechas que van entre los meses de abril a octubre. Y el 20 de noviembre se recuerda el día internacional del niño

Actualmente; los niños tienen sus derechos, considerados a nivel internacional, aunque lamentablemente, no siempre son respetados debidamente. Pues el mundo, a través de los tiempos, no ha cambiado mucho. Hace casi 2000 años sucedía también lo mismo y en una oportunidad estaba el Señor Jesucristo rodeado de muchas personas, y dice la Biblia en el Evangelio de San Marcos 10:13 “Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolos Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía”.

Por ese entonces no se celebraba el día del niño como ahora; pero el Señor Jesús les regaló en ese día su especial amor, tolerancia, comprensión, atención, caricias afectuosas y palabras agradables hacia ellos. Seguramente para aquellos niños, ese fue su día más importante, por haber estado en los brazos del Señor Jesús. Los discípulos no habían entendido muchas cosas aún, por eso tuvieron esta actitud de rechazo a los niños en ese momento.

Pero tal vez Ud. Se preguntará ¿qué es esto de ir a Jesús, y recibir el reino de Dios como un niño? Y ¿por qué es este el único modo de entrar al cielo? (reino de Dios). Esto fue dicho por el Señor Jesucristo, escuchado por los discípulos y luego escrito en la Biblia. Y si el Señor Jesús dice que: esto es así, ¿Quién puede dudarlo?. Ahora bien; en primer lugar, tengamos en cuenta, que un niño pequeño, no tiene preconceptos, y cree todo aquello que se le dice sin poner objeciones, ni discutir. Simplemente lo cree. Es decir que hay que acudir a Cristo creyendo en él sin discutir, y sin poner objeciones, porque lo que el dice es la verdad, ya que él es el único camino que permite llegar al cielo, (San Juan 14:6), hay que acercarse al Señor Jesús, y procurar que ninguna cosa, ni nadie lo impida, porque entonces sería impedir la salvación eterna de esa persona. Y recibir el reino de Dios (el cielo), por la fe, Creyendo, confiando en Cristo como el único Salvador, y entonces, el Señor nos tomará en sus brazos no para acusarnos, sino para salvarnos de la condenación eterna , nos dará su bendición, y estaremos con él por la eternidad, en el reino de Dios.

El Señor Jesús nos dio una gran enseñanza a todos; adultos, adolescentes o niños en esta ocasión, haciéndonos ver que cualquiera fuera nuestra edad, debemos tener la sencillez, y credulidad de un niño si queremos ser salvados por él. El Señor Jesucristo, es Dios el Hijo, que tomó forma Humana, y sin dejar de ser Dios, se hizo Hombre, (San Juan 1:1 y 14) pero a diferencia del resto de los seres humanos, el no conoció el pecado por experiencia propia en su andar diario, mientras estuvo aquí caminando por esta tierra, es decir que él nunca pecó, sin embargo, para poder salvarnos, en la cruz, (2da Corintios 5:21), el Señor Jesús se hizo cargo, el tomó todos nuestros pecados, el se hizo responsable de y por lo que no había hecho, el se responsabilizó y pagó por todo lo que nosotros hicimos (por todos nuestros pecados). (Isaías 53:5-6). Para que ante la justicia Penal de Dios, no quede impune el pecado de toda la humanidad. Alguien tenía que pagar la deuda de pecado y el Señor Jesucristo lo hizo, en la cruz, de una vez y para siempre, y la obra de Cristo en la cruz, y la cancelación de la deuda del pecado que él hizo, está vigente para los que vivimos hoy en este mundo.

Nosotros no podíamos pagar la deuda del pecado de los demás, a lo sumo pagaríamos la nuestra propia en el infierno eterno, y jamás las buenas obras que podamos hacer, podrán salvarnos, porque hacer lo bueno es nuestra obligación pero, lo malo que hemos hecho, dicho o pensado, es condenable. Quieres ir al Señor Jesús como un niño, para que te perdone de todos tus pecados, te de una nueva vida aquí en la tierra, y la salvación eterna en el reino de Dios? No dejes que nada ni nadie te impida ir a Cristo. No importa tu edad, tu raza, tu color de piel, tu condición social o física. El no hace discriminación, ni tiene ningún tipo de preferencias entre las personas. El Señor Jesucristo dijo: al que a mí viene no le echo fuera, (San Juan 6:37). Y no solo lo dice, también lo hace. ¿Quieres venir a Cristo ahora? Y ¿recibirle como tu Salvador?. Si lo deseas, puedes hablar con Dios, allí en el lugar en que te encuentres ahora, él puede leer aún tus pensamientos. Dile a Dios, Señor; me arrepiento de mis pecados, perdóname, Señor Jesús creo que moriste por mí en la cruz y pagaste por todos mis pecados, y te recibo ahora como mí Salvador. Amén

Escrito y diseñado por Daniel Pappalardo Este mensaje, se puede enviar a otras personas Escrito y diseñado por Daniel Pappalardo