Ministerio de Planificación. Chile II Seminario del Sistema de Protección Social y Género “Reduciendo las Brechas de género: avances para una mayor inclusión” Santiago, 25 de septiembre de 2009 Trabajo doméstico no remunerado. Uno de los grandes desafíos para la protección social María Nieves Rico División de Desarrollo Social CEPAL

Esquema de la presentación Algunos conceptos claves ¿Quiénes son las trabajadoras domésticas no remuneradas? ¿De qué trabajo estamos hablando? El recorte del cuidado Para abrir el debate …

Conceptos claves Ampliando las fronteras del trabajo y de la economía Protección social y derechos de ciudadanía La división sexual del trabajo, obstáculo para la autonomía económica de las mujeres y mecanismo de exclusión y de desprotección Las mujeres latinoamericanas, heterogeneidad de situaciones y elementos comunes Discriminación en el ejercicio de los derechos económicos-sociales y el rol del Estado (sobre todo en tiempos de crisis…)

¿Quiénes son en América Latina las mujeres dedicadas exclusivamente a los trabajos domésticos no remunerados? ¿En qué condiciones hacen ese trabajo que no se mira ni se cuenta?

AMÉRICA LATINA. TASAS DE ACTIVIDAD DE LAS MUJERES DE 15 AÑOS Y MÁS POR PAÍS. 1990, 2000 Y 2010 Fuente: CEPAL, Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, 2007.

América Latina (zonas urbanas de 15 países, zonas rurales de 12 países): composición de la población de 15 años y más por sexo, según tipo de actividad, alrededor de 2005 (promedio simple)

Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las Encuestas de Hogares de los respectivos países.

América Latina (zonas urbanas de 17 países, zonas rurales de 15 países): población sin ingresos propios por sexo y tramo de edad, alrededor de 2005 (promedio simple)

El cuidado Los gobiernos latinoamericanos y caribeños acordaron: “Adoptar todas las medidas necesarias, especialmente de carácter económico, social y cultural para que los Estados asuman la reproducción social, el cuidado y el bienestar de la población como objetivo de la economía y responsabilidad pública indelegable” Punto XXVII del Consenso de Quito Décima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, 6-9 de agosto 2007

Trabajo de cuidado no remunerado en el ámbito del hogar Implica donación de tiempo generalmente alejada de un criterio “económico / monetario” respondiendo a criterios sociales y culturales (división sexual del trabajo, relaciones intergeneracionales, construcción de identidades) Consumen cuidado, es decir necesitan que otros les regalen su tiempo: menores de edad, personas enfermas o discapacitadas, ancianos, adultos. El trabajo de cuidado puede realizarse voluntariamente e involucrando sentimientos de afecto y protección. También puede hacerse de manera indeseada bajo presiones sociales, culturales, psicológicas o incluso violencia física. La idea de trabajo de cuidado indica que se trata de actividades costosas en términos de tiempo y energía, y se realizan como obligaciones (contractuales o sociales), a la vez que implica una renuncia a la inversión de dicho tiempo en trabajo remunerado u ocio. La forma que adopta la domesticidad y la distribución del trabajo de cuidado no remunerado está condicionada por la existencia de servicios de cuidado fuera del hogar provistos por el Estado, por el mercado y/o por el tercer sector.

El trabajo de cuidado no remunerado Es un pilar de los sistemas de protección social Es contracíclico, aumenta y se intensifica en períodos de crisis, disminuyendo en momentos de crecimiento económico, mayores ingresos, gasto social y redistribución Debido a los cambios demográficos, en la estructura y composición de las familias y en la participación de las mujeres en el mercado laboral los tradicionales equilibrios entre el Estado, el mercado y las familias para proveer cuidado han entrado en situación de crisis.

Para abrir el debate…..

La escasa articulación (y menos conciliación) entre el trabajo no remunerado y el remunerado es uno de los grandes desafíos de la protección social -Los modelos de protección social asentados en el mercado de empleo formal requieren ser revisados -La exclusión de las trabajadoras informales y de las trabajadoras domésticas no remuneradas de los sistemas de protección y seguridad social por derecho propio eleva la vara de las políticas. -El gran desafío: sistemas no contributivos y flexibles -Los cambios demográficos y las transformaciones en las estructuras familiares y sus impactos sobre el mercado laboral y la economía requieren definir nuevas estrategias para el desarrollo de sistemas integrales de protección social (y no solo redes de protección social). -Se necesitan políticas sociales universales que a la vez que reconocen necesidades particulares de distintos segmentos poblacionales aseguren el derecho al cuidado, la solidaridad intergeneracional e intergenérica y la redistribución de obligaciones domésticas, así como una redefinición que rompa con la rigidez de la división sexual del trabajo dentro y fuera de los hogares.

Empezar por el inicio Incorporar en el debate y la agenda pública el trabajo doméstico no remunerado y la división sexual del trabajo. Analizar los aportes del trabajo no remunerado a la protección social, en especial la función de cuidado. Subsanar la ausencia de protección y seguridad social de aquellas mujeres que trabajan no remuneradamente al interior de sus hogares. Aportar evidencias empíricas sobre las consecuencias del trabajo doméstico no remunerado sobre el tiempo, la salud, las opciones, las relaciones y el bienestar de las mujeres. Hacer estudios de impacto de políticas específicas.

Gracias... María Nieves Rico División de Desarrollo Social CEPAL