Los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verle le adoraron; algunos, sin embargo dudaron. algunos, sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les dijo:

Mt 28, «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. y en la tierra. Id, pues y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado». os he mandado».

Soledad y esperanza Somos perpetuos adolescentes. Tan contradictorios y tan complicados. Gritamos que nos dejen en paz, pero no somos capaces de estar solos.

Buscamos la soledad y la llenamos de mensajes por medio de las últimas tecnologías. Pasamos la vida proclamando que nos bastamos a nosotros mismos, que no necesitamos nada de nadie. Pero no podemos prescindir de los demás. Pero no podemos prescindir de los demás. La soledad puede ser una excelente ocasión de encuentro con nosotros mismos, pero tal vez sea ese encuentro el que menos deseamos.

La soledad es fuente de creatividad, pero hace falta tener un espíritu creativo. De lo contrario la soledad es un manantial de aburrimiento, de nostalgias, de insatisfacción. La soledad es un tesoro, cuando ha sido elegida libremente. Cuando es impuesta, constituye por sí misma una condena insoportable. una condena insoportable.

Jesús había prometido a sus discípulos que no los dejaría huérfanos. Sin embargo, el misterio de la Ascensión del Señor parece desmentir aquella promesa. Así lo cantaba Fray Luís de León: ¿ Y dejas, Pastor santo, tu grey en este valle, hondo, oscuro, en soledad y llanto; y tú, rompiendo el puro aire, te vas al inmortal seguro?

El Mesías había sido prometido con el nombre “ Enmanuel”, que significa “Dios con nosotros”. Sus amigos temían quedar sumergidos en la soledad de su ausencia. Había estado cerca de los pobres, los humildes y los enfermos.

El cristiano sabe que no está solo en el mundo. Que su Señor lo acompaña en sus caminos y le muestra los ideales de los que ha de vivir y por los que ha de luchar.

La promesa alienta el secular peregrinaje de la Iglesia, tantas veces atacada y ridiculizada tantas veces atacada y ridiculizada por los que ven en ella una amenaza para su libertad.

Todos los hombres y mujeres de buena voluntad han de saber que Jesús y su mensaje no pertenecen al pasado de buena voluntad han de saber que Jesús y su mensaje no pertenecen al pasado ni a un solo grupo. Están ahí para todos.

Señor Jesús, la fe te descubre siempre a nuestro lado. Ayúdanos a vivir de tal modo que podamos hacer evidente tu presencia a todos los que caminan con nosotros. Amén.

José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR, Salamanca 2007 Presentación: Antonia Castro Panero Música: Contemplación. Música para orar.