Solidaridad Económica
Se puede hablar de solidaridad económica sólo a un corazón que ama y que ama aquello en lo que cree
En la Asociación cada uno es un don para los otros; por eso resulta natural que los Cooperadores se sostengan recíprocamente, compartiendo en un estilo de familia todo lo que cada uno es y tiene.
En la Asociación cada uno presta un servicio distinto de otro según sus capacidades y da en medida diferente según sus posibilidades.
La Asociación precisa de medios que han de salir de todos y cada uno de los Salesianos Cooperadores. “yo debo hacerme cargo de la Asociación y de su buen funcionamiento”.
Compartir los bienes es poner en práctica la Doctrina Social de la Iglesia, que recuerda a todos el destino universal de los bienes de la tierra.
Don Bosco para sostener económicamente sus innumerables obras puso su confianza en tres canales: El don generoso de sí mismo, La demanda de ayuda a muchas personas y La confianza inquebrantable en la Divina Providencia.
Don Bosco nos enseña no solamente a dar con generosidad, como la viuda del Evangelio, sino también a no tener miedo de pedir, porque se pide, no para uno mismo, sino para hacer el bien.
En la gestión de la solidaridad económica deben prevalecer los principios, no de la fiscalidad y de la imposición, sino los de la flexibilidad y la gradualidad.
Si se da con solidaridad, muchas iniciativas y obras podrán nacer y crecer para el bien de muchos jóvenes y gloria de Dios.
Todo Cooperador dé su contribución a la Asociación libre, generosa y alegremente porque la única riqueza es aquella que se comparte con los otros y “Dios ama al que da con alegría” (2 Cor. 9,2)
“Yo debo Hacerme cargo de la Asociación y de su buen funcionamiento”