ETNOGRAFIA El oficio de la mirada y el sentido. Autor: Luis Jesús Galindo Cáceres

ANTECEDENTES HISTÓRICOS: Tuvo su origen en la Europa del siglo XIX. Nace en Inglaterra y Francia. Toma forma discursiva y disciplinar, y sobre todo adquiere oficio en campo. Ingleses y franceses inician un viaje analítico hacia lo desconocido, hacia las formas de sentido del otro, hacia el tiempo-espacio de lo extraño, bajo la motivación del poder, de la curiosidad y sobre todo, de la racionalidad que tiene la última palabra. Se distingue de otros campos de investigación por que el trabajo de campo que realiza es indispensable.

Es un instrumento que potencia la mirada del curioso y del analítico; penetra a todos los campos de las ciencias sociales y del comportamiento; incluso a la naciente ciencia de la comunicación. Lo importante es que toda situación social puede ser descrita y puede ser percibida en detalle. LIMITES Y POSIBILIDADES: La etnografía es la gran perspectiva descriptiva del catálogo posible de métodos de investigación social.

La percepción es el corazón del trabajo etnográfico; el lenguaje, lo visual, lo natural, todo el universo semiótico configura el cosmos visible del oficio de la mirada y el sentido. La reflexibilidad lingüística es una cualidad que habrá que desarrollar el aprendiz hasta rebasar los límites de su sentido común. Hoy el trabajo etnográfico sigue siendo fenomenológico, pero sobre todo se configura hermenéuticamente. La etnografía depende menos de instrumentos de registro y medición, aquí el investigador está al centro, de su formación depende todo, la experiencia entre un novato y un experto es enorme y definitiva.

El investigador requiere una atención especial hacia su conciencia reflexiva lingüística, la etnografía hoy supone una combinación inestable de alma de poeta y sudor científico. La etnografía es en principio un oficio de descripción, por lo tanto el lenguaje sustantivo con marcas tiempo-espaciales es la base del registro de lo observado. Instrumentos tecnológicamente propicios: Fotografía, cine, video, grabadora, etc. puntualizan dichas marcas. Aún así la mirada y percepción del etnógrafo siguen marcando la guía de lo que registra y lo que no. El otro rostro del oficio es el visible, el que los demás ven, el resultado, el producto texto de la indagación, la llamada etnografía de tal o cual grupo o segmento socio-cultural. Es la vida pública de lo etnográfico, es algo parecido a un relato o a un informe. Aparece por escrito y con algunas fotos y gráficas.

El oficio adquiere una doble forma: 1.- El desarrollo de la capacidad de lectura, de impresión del mundo exterior en el interior. 2.- La fuerza expresiva y el dominio de sus formas, en la exteriorización textual de lo configurado sobre la comprensión. La etnografía parte del asombro y el extrañamiento, de la curiosidad y la capacidad de maravillarse con lo extenso y diverso de los mundos posibles. El etnógrafo es un escritor, un creador de imágenes que muestran los caminos de lo que está más allá de lo evidente.Pero también es un ser analítico y observador, especializado en mirar detenidamente y por largo tiempo.

La etnografía pasa a ser una ruta a seguir, una forma de conocer y relacionarse con el otro, un camino hacia la comunicación. Un componente más del oficio de entender al otro, un componente entre otros de la nueva forma de la convivencia de lo múltiple y lo plural. EL PROGRAMA METODOLOGICO: El trabajo de investigación parte de alguna guía primaria que ayuda a ordenar los pasos de cada operación necesaria de un proceso previsto. El oficio de investigar se tensa y se relaja entre tres puntos: el momento del investigador y su mundo interno; las normas protocolarias del bien hacer consensuadas por una comunidad visible e invisible; y la situación concreta que exige ajustes a cualquier a priori disponible.

El a priori de la investigación ocupa buena parte el proyecto preliminar de un proyecto de investigación. Antes de iniciar los caminos de la indagación, el investigador tiene ante sí un panorama amplio de opciones por desarrollar, depende de su cultura de investigación qué tan amplio es ese panorama y depende de su buen sentido el uso de la cultura. Un investigador culto evalúa las opciones que tiene a la mano y las calibra según sus recursos y energías disponibles. Se trata de optar por lo justo, lo más conveniente. A PRIORI: Lo ideal es que el investigador cuente con el tiempo necesario para hacer un buen balance previo a la acción, para que su plan administrativo científico implique la mayor cantidad de situaciones difíciles y permita todo tipo de ajustes sin alterar la lógica y los principios generales de la propuesta de trabajo.

El programa metodológico supone una correspondencia entre criterios de tipo lógico y técnico de manejo, obtención, registro de información y criterios de tipo administrativo que opera sobre la lógica de la energía y recursos materiales necesarios para operar en el nivel de información. En Etnografía los programas metodológicos suponen siempre un largo periodo de permanencia en campo. Un investigador con énfasis etnográfico deberá de pensar en eso. Estar sumergido con la atención al 100% para decidir si algo es significativo o no. El tiempo es el elemento básico de la Etnografía. El programa metodológico en etnografía puede ser muy amplio, complementarse con diferentes paquetes técnicos, pero también puede ser una apuesta simplificada y estrecha.

LOS OBJETOS COGNITIVOS: Son muchos los objetos cognitivos a escoger, las implicaciones y consecuencias también son múltiples.El investigador no puede ser nunca inocente bajo la coartada de la verdad. El asunto es que la verdad no existe, solo contamos con efectos de sentido y los mundos posibles que habilitan. RUTA DE ACCION A PRIORI: Para el etnógrafo el mundo social es un territorio donde ocurren sucesos que hay que registrar para después tratar de entender. El corazón del oficio de la mirada y el sentido es la observación y el registro. El etnógrafo requiere de un buen mapa de acontecimientos posibles para un registro fino de ellos. Este mapa es previo al momento de registro.

El indagador debe ocuparse de él como primera actividad básica y estratégica, la cual le antecede al trabajo pesado de la descripción detallada. Puede valerse de otras técnicas como redes exploratorias sensitivas. Historia de vida, encuestas, entrevistas.esto para que interiorice el mundo que tiene al frente, así como, entre en contacto con sus signos y simbolos y su territorio físico. No hay que apresurarse, hay que tener paciencia, que todo llegue en su momento. El objeto cognitivo es mirar, abrir los significados, unir lo imposible y descubrir lo oscuro e invisible. En este punto el indagador despega, se arma de los oficios del loco y el poeta, e inventa, crea, descubre, y en el camino se encuentra con un nuevo sentido y percepción.

Autor Mtro. José Samuel Martínez López México D.F. Enero del 2004