Hacia una economía basada en el conocimiento Prof. Rafael Rodríguez Clemente. IDAEA-CSIC. Barcelona ACTO ANUAL DE COMUNICACIÓN SOBRE POLITICA REGIONAL Y FONDOS EUROPEOS EN ESPAÑA. CHINCHON (MADRID) 13 Y 14 DE NOVIEMBRE DE 2014.
El problema estructural La globalización es una realidad y un desafío para nuestras sociedades. La gestión eficiente de recursos, materiales e intelectuales, es la única oportunidad que tiene Europa para mantener sus estándares de vida. La economía basada en el conocimiento, que es una garantía de desarrollo sostenible, debería tener como actores a los emprendedores y a los generadores de conocimiento. Sin embargo, asistimos al control del conjunto de la economía por actores financieros y políticos con poca sensibilidad por la función social de la economía y la sostenibilidad de la sociedad del futuro
Los desencuentros La competitividad europea solo puede basarse en el conocimiento, pero… La innovación que surge de la investigación científica no suele acompasarse con la demanda de los sectores productivos, por lo menos en el Sur de Europa. Los dos subsistemas, académico e industrial, deben reconocer al otro como un aliado con el que se comparten intereses comunes, que solo se pueden identificar si se conocen y comunican entre sí.
El déficit de formación El capital humano es el mejor recurso europeo La formación científica debería explicar como la ciencia impulsa el avance del conocimiento, el impacto de este en la estructura de la sociedad y sus desafíos, y como contribuir a la transición a una economía basada en el conocimiento y no en el maximizar los beneficios como único objetivo. Los estudiantes de ciencias deben poder plantearse convertirse en empresarios como opción profesional, y recibir formación básica sobre esta opción.
El déficit académico La Universidad y los Centros de Investigación son un recurso mal aprovechado en nuestro país. La valoración de Currículo académico debe incorporar como figuras de merito la colaboración con empresas (proyectos, asesorías, participación en clusters, etc.) al mismo nivel que las buenas publicaciones científicas.
El precio de la ignorancia La ausencia de un proyecto consistente de evolución hacia la sociedad del conocimiento, hace que las políticas regionales de innovación financiadas con fondos propios o procedentes de FEDER no hayan conseguido disminuir la brecha entre las regiones con mayor desarrollo en innovación (competitividad industrial, mejor aprovechamiento del conocimiento local, etc.) y las menos desarrolladas. Al revés, la brecha ha aumentado. Se deben revisar en profundidad los criterios de gobernanza, evaluación y seguimiento de las políticas de investigación e innovación.