“Novicia en el convento” Miguel-A. “Novicia en el convento”
La Madre Superiora del convento está muy preocupada La Madre Superiora del convento está muy preocupada. El arquitecto considera necesario reponer, en su totalidad, la techumbre del convento. Aduce que ya no es posible parchear más veces el tejado de un edificio construido hace cuatro siglos. Cree que es necesario reconstruirlo de nuevo con materiales modernos, siempre que se preserve la identidad y antigüedad del convento, y se respeten las ordenanzas municipales. Sin embargo, le ha hablado de costos desorbitados, que ni de lejos, podría costearse con los recursos económicos de la Comunidad Religiosa.
Expuesto el tema a las monjitas de la Comunidad, piensan pedir ayuda económica al Obispo para afrontar una obra de construcción de tal calibre. Piensan que, más que pedir, pueden exigir, pues la mitad del edificio es utilizada habitualmente por la Diócesis para ritos religiosos abiertos a sus feligreses. Sin embargo, creen necesario poner la petición por escrito, pues las palabras se las lleva el viento. La tarea de escritura recae en la nueva hermana novicia, que tiene ciertos conocimientos en informática.
La novicia del convento se pone a escribir la carta, y comienza escribiendo: “Querido Monseñor”. Se da cuenta de que el Obispo puede mal interpretar sus palabras y vuelve a empezar. “Excelentísimo Monseñor”. Recapacita pensando que es demasiado formal. “Sr. Monseñor”. Este título le parece muy mundano. Decide que es mejor “Don Monseñor”. Pero, para asegurarse de no meter la pata, va a pregunta a la Madre Superiora:
- ¿Madre, Monseñor se pone con Don?. - ¡Claro que se pone condón, si no, este convento sería una guardería!.