Mandalas Círculos mágicos Identidad profunda Diagramas sagrados Despliegue del cósmos

El simbolismo y el ritual El simbolismo real desempeña un papel importante en las construcciones y en el ritual del mandala. La soberanía está en relación con lo sagrado. El ritual al interior del mandala es una consagración real, un bautismo con agua. Una vez dentro del mandala el discípulo se encuentra en un espacio sagrado, fuera del tiempo.

Todo marcha hacia el centro

Las puertas En la parte exterior de la construcción se abren cuatro puertas cardinales, definidas por imágenes aterradoras, llamadas “los guardianes de las puertas”. Su actuación es doble: defienden a la conciencia contra las fuerzas disgregantes del subconsciente y por otro tienen una mision ofensiva: para dominar al mundo fluído y misterioso del subconsciente…

Partes fundamentales El círculo exterior o “barrera de fuego” : impide el acceso a los no Iniciados y por otra parte “quema” la ignorancia. Seguidamente un “cinturón de diamante”: consciencia suprema. Dentro un círculo con ocho cementerios: consciencia desintegrada Cinturón de hojas: renacimiento espiritual En el centro el mandala propiamente dicho: el palacio

diagrama mágico simbólico va de un simple punto, un triángulo Yentram: diagrama mágico simbólico dos o tres dimensiones va de un simple punto, un triángulo hasta un templo o construcción monumental.

Algunas veces, en determinado colegio secreto, el Guru ofrece a su chellah un arcano, una lámina, una carta que viene a ser entonces como una clave. El discípulo meditando algún tiempo en aquello que puede ser considerado como un yentram, encuentra la solución a sus problemas y recibe de tal suerte la respuestas Iniciáticas .

Símbolos básicos El triángulo invertido representa el poder femenino, el agua, las emociones, la madre cósmica, shakti, la matriz. Cuando el triángulo es rojo representa la potencia femenina en su máxima expresión. El triángulo en posición normal representa lo masculino, el principio viril, al fuego, la espiritualidad ascendente. Shiva.

Símbolos básicos Un punto representa la densidad, la energía condensada, TODO gira alrededor de un punto. Cuando se encuentra en el centro expresa el Brahman indiferenciado Es el símbolo que representa la fuerza y es más potente si no está dibujado, si permanece oculto. El cuadrado es la figura estática por excelencia, estable, firme. Representa el plano de la manifestación. Es el recinto sagrado abierto al mundo “exterior” y lo forman cuatro puertes en forma de “T”.

Mandala tántrico Un rito particular de la liturgia tántrica es la construcción del mandala. Puede ser un dibujo bastante complejo, que incluye un círculo exterior y uno o más círculos concéntricos que encierran a un cuadrado dividido en cuatro triángulos: en medio de cada uno de los triángulos, lo mismo que en el centro del mandala, hay otros círculos que contienen los rostros de las divinidades o sus emblemas.

Yantra El más sencillo de los mandala es el yantra, utilizado por el hinduísmo (literalmente “objeto que sirve para retener”) Esta formado por una serie de triángulos, al medio de varios círculos concéntricos y encerrados en un cuadrado con cuatro “puertas”

Mandala Este esquema es susceptible de infinitas variantes: ciertos mandala ostentan la apariencia de un laberinto, un palacio ( con murallas, torres, jardines), flores, cristales, diamantes, flor de loto…

Espacios sagrados Tal como el yantra, el mandala es a la vez una imagen del universo y una teofanía: la creación cósmica es, en efecto, una manifestación de la divinidad; pero el mandala sirve también de “receptáculo” a los dioses. Los dioses descienden al altar: todo espacio sagrado estaba separado de forma mágica del resto del territorio. Lo sagrado se manifiesta como una ruptura de nivel que permite la comunicación entre las zonas cósmicas: cielo, tierra, región, subterránea. Es centro del mundo…

Una mirada desde occidente El espectro solar, que percibimos a través de la vista, está compuesto por siete colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. Por debajo del rojo y más allá del violeta, el ojo humano no percibe ningún otro color. Los colores son, pues, la parte visible de la radiación solar.