Los derechos de l@s lector@s

El decálogo de los lectores fue escrito por Daniel Pennac, un escritor francés nacido en Marruecos. Ha escrito libros de teoría, así como textos para niños. El decálogo aparece en su libro Como una novela (1993), donde explora las diferentes maneras de ser lector y lectora. Estos derechos fueron escritos para fomentar la lectura entre niñ@s y jóvenes; para evitar que éstos vean la experiencia lectora como una obligación, cuando en realidad debe ser un gusto.

La mayor parte de las y los lectores se conceden este derecho, ya sea por períodos o de manera permanente. Leer no es una obligación moral, es algo que debes hacer por que te gusta. Para saber en realidad si te gusta leer, tienes que haber leído. Esto no significa que de vez en cuando no puedas acercarte a alguna lectura; hay una gran variedad y podrías encontrar algo de tu agrado.

A veces en un texto que presenta diversos temas, nos interesa uno en especial; ésta es una invitación a saltar las páginas hasta llegar a las partes que nos interesan. También en ocasiones, hay partes que nos pueden aburrir o dar miedo. Podemos saltarnos las páginas para evitar esas sensaciones. Siempre tomaremos de los textos aquello que nos interese.

Hay muchas razones por las cuales no terminamos un libro: nos parece cansado, no entendemos el lenguaje, estamos en desacuerdo con el autor; la trama ha tomado un camino que nos parece desagradable, o simplemente no atrapó nuestra atención. Es importante recordar que los libros no envejecen; es muy probable que hayamos escogido uno inadecuado para nuestra edad. Siempre podremos guardarlo y dejarlo para una lectura futura.

Los textos poseen diversos significados, que son dados por nosotr@s, l@s lector@s. Una o varias relecturas del mismo texto es un puerta abierta hacia nuevos significados.

¿Hay textos buenos y malos? Lo cierto es que hay textos más comerciales que otros; es decir, fueron hechos exclusivamente con la intención de vender, más allá de lo creativo o social que hay en una obra de arte. Si has leído alguno de estos textos, sería bueno que investigaras qué otros autores clásicos han escrito sobre temas similares. Por lo pronto, ya has dado el gran paso de leer.

Emma es el personaje principal de la novela Madame Bovary; gustaba tanto de leer novelas románticas que soñaba –he hizo todo lo posible- para vivir en una. Este derecho a la transmisión textual consiste en leer algo que nos guste mucho; que nos dejemos llevar por la trama e incluso nos sintamos como un personaje más de la historia.

¡Cualquier sitio es el lugar perfecto para leer ¡Cualquier sitio es el lugar perfecto para leer! Siempre y cuando nos parezca el adecuado.

También llamado derecho a “picotear”. Cuando no se cuenta con el tiempo necesario para sumergirse en un lectura completa, siempre es entretenido leer páginas de manera aleatoria. Una recomendación especial es leer al azar páginas con poesías o relatos cortos.

Es importante conservar la oralidad de la lectura, pues consiste en una de las formas más eficaces de compartir lecturas. Es una forma de saber si nos estamos comunicando con el texto.

Siempre existe la posibilidad de no hablar sobre nuestras lecturas.